Capítulo VIII. Una hermosa pareja

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Capítulo VIII. Una hermosa pareja
Unos días después, Masamune y Akihiko salieron de la casa del segundo, para dirigirse a hablar con Ritsu. Hace poco que había hablado con su abogado para tratar lo de su divorcio y le dijo que todo lo dejara en sus manos.
Akihiko condujo hacia la casa del castaño y este se quedó fuera cuando Masamune entró a la casa. Le dijo que lo esperara dentro del automóvil.
-¿por qué no puedo entrar contigo? Quiero que me presentes como tu pareja, y no sé, tal vez tu futuro esposo-hablo con burla.
-no entiendo cómo es que llegue a enamorarme de un tipo tan inmaduro-respondió con voz seria. Akihiko se quedó perplejo-. ¿Qué? ¿Y ahora qué te pasa?-le preguntó sin dejar de estar serio al ver que el otro lo miraba con sorpresa.
-¿tú estás enamorado de mí?-preguntó el peli plata emocionado.
-pues, claro que sí. En estos últimos días, que hemos pasado tanto tiempo juntos, me he dado cuenta de mis sentimientos hacia ti. No puedo evitar sentirme feliz cada vez que me besas o me tocas. Puedo decirte, que te amo, y quiero que lo que me resta de vida lo pasemos juntos, tomados de la mano. Y quién sabe, a lo mejor y hasta con niños-se encogió de hombros y desvío la mirada. Lo había avergonzado decir todas esas cosas. Pero al fin pudo expresar sus verdaderos sentimientos. Akihiko se tapó la boca para evitar dejar salir un grito de emoción, y rápidamente tomó la mano del azabache. Este se sorprendió mucho y antes de que pudiera hacer nada, el peli plata lo jaló y logró que este se sentara sobre sus piernas. Se sorprendió todavía más y se sonrojó al tener al mayor tan cerca de él en un lugar tan estrecho.
-¿qué es supone que estás haciendo? ¿Te das cuenta del lugar donde estamos? Alguien podría vernos-respondió avergonzado.
-sí, me doy cuenta. Pero no tengo la intención de detenerme. Te deseo en serio. Quiero que me permitas estar en tu interior, que me permitas ser la persona más importante para ti y me dejes tomar tu mano por el resto de nuestras vidas-Masamune se sonrojo y suspiro ante la sinceridad y seriedad con la que se expresaba su casi novio. Akihiko se estaba tomando muy en serio su relación, aunque ellos aún no eran nada.
-ya te había dicho que sí. En estos momentos ya no hay espacio para el arrepentimiento. Realmente estoy muy seguro de mis sentimientos. Quiero que seamos felices y nuestros... hijos sean felices. No sé si realmente puedo quedar encinta, pero yo...
-no es importante si puedes o no quedar embarazado. Lo que realmente importa es que nosotros siempre podamos estar juntos y nuestras manos jamás se suelten-expresó con alegría. Miró a su casi pareja con una sonrisa, hermosa y sincera. Masamune correspondió, con un poco de nerviosismo. En ese momento, Akihiko comenzó a pasar sus manos por debajo de su playera. El azabache llevaba una playera negra, de manga larga, para así cubrir las marcas que cierto peli plata había dejado en su cuerpo. Este último se estremeció ante las manos cálidas y suaves del peli plata.
Akihiko continuó acariciando la pálida piel del azabache y logró que levantara los brazos para poder quitarle esa estorbosa prenda. Se pegó rápidamente a su cuello y comenzó a repartirle besos, bajando hacia sus hombros. Masamune comenzó a respirar de forma acelerada y apretó los labios cuando el peli plata se acercó a besar uno de sus pezones. Besó uno y el otro lo tocó con sus dedos.
Masamune comenzó a sentirse extraño. Su cuerpo se calentaba con cada beso, cada caricia. Su cuerpo le pedía que el peli plata lo hiciera suyo cuantas veces quisiera. Él tampoco quería quedarse atrás y sus manos se deslizaron hasta las mejillas de su pareja, para tocarlas suavemente. Akihiko sonrió. Masamune se puso nervioso. No quería admitirlo, pero cada vez que el peli plata le sonreía de esa manera, algo en el interior de su corazón crecía cada vez más y más, hasta volverse infinito. Se acercó más, hasta abrazarlo por el cuello, y lo abrazo tan fuerte como le era posible.
-te amo-le susurro al oído. Akihiko suspiro al oírlo. Después de hacer eso, Masamune besó suavemente el cuello de su pareja y con sus manos lo fue despojando lentamente de su corbata y también desabotono su chaleco.
La temperatura de sus cuerpos aumentaba con cada caricia, cada muestra de afecto. En ese punto, ambos estaban desnudos de cintura para arriba y Akihiko tenía la intención de dejar al menor sin su pantalón. No tardo mucho para que esto sucediera. Ahora, Masamune se encontraba completamente desnudo, sobre las piernas del peli plata.
Akihiko tenía el pantalón, desabotonado, pero aún puesto. Masamune no pudo contenerse más y terminó bajando más el pantalón del peli plata, dejando este a la mitad de ambos muslos. Lo mismo hizo con el bóxer. Cuando al fin dejó al descubierto lo que tanto anhelaba, bajo de las piernas del mayor y se agachó para quedar frente a la entrepierna del mismo. Tomó su erección con sus manos y comenzó lamiendo la punta, esta se veía un tanto enrojecida y sentía un poco su palpitar. No perdió más tiempo lo metió a su boca. Con sus manos estimulaba lo que no podía entrar en su boca. Akihiko comenzó a excitarse aún más y tomó al azabache delicadamente del cabello para guiarlo. Cerró los ojos y recargo su cabeza en el respaldo del asiento. Un gemido se dejó escuchar cuando el azabache rozó la punta con sus dientes.
-ahhh-gimió sin poder evitarlo. No fue precisamente de dolor, pero Masamune así lo interpretó.
-l-lo siento... ¿t-te lastimé?-preguntó con preocupación.
-para nada. Continúa-esbozo una sonrisa dulce para tranquilizar al menor.
-no, quiero que me penetres-susurro con vergüenza y volvió a sentarse sobre las piernas del peli plata. Este no pudo contenerse más y beso los apetecibles y carnosos labios del azabache mientras acariciaba sus glúteos, para así encontrar su estrecha entrada.
-ahhh... mmgh... nngh-gimió al sentir como este presionaba su entrada con su dedo índice y medio. Se aferro con fuerza al cuello de su pareja cuando ambos dedos comenzaron a abrirse paso entre sus paredes. Dichos dedos entraron rápidamente y éstos comenzaron a moverse de forma circular. Akihiko movió sus dedos un poco más adentro, a una distancia de diez centímetros. En dicho lugar, sintió una pequeña protuberancia, sabía lo que era. Se sentía como una nuez. Sus dedos se movían cada vez más rápido en dicho lugar. Sabía que había encontrado su próstata. El llamado punto "G", o mejor dicho, punto "P". Sus dedos se detuvieron en ese lugar y se movían lentamente, haciendo círculos alrededor de este.
Masamune comenzó a respirar rápidamente y apretó los labios al sentir al peli plata acariciando su punto "mágico" con sus largos dedos. Sus piernas temblaron y sin querer, terminó corriendose. Se separó un poco de su pareja y se tapo la boca con la mano.
-¿tan pronto? Pero si aún no hemos empezado-respondió con voz burlona. Masamune aún se recuperaba de su reciente orgasmo y solamente miraba al mayor con los ojos entrecerrados.
-l-lo siento... n-no fue mi intención... es que...
No pudo terminar de hablar debido a que el peli plata se acercó a él y lo besó de manera apasionada. Sus labios se movían de manera rápida y desenfrenada mientras ambas lenguas entraban en la boca ajena. Masamune enredo sus brazos en el cuello del peli plata mientras este lo acariciaba por la espalda y bajaba hasta su cintura.
Mientras ambos se entretenían con los labios del otro, Akihiko aprovechó y penetro al azabache con una sola estocada. Este estaba demasiado excitado, así que esta entró rápidamente y sin ningún tipo de dolor.
Ambos se separaron del ardiente beso y se miraron a los ojos.
-muévete, muévete. Quiero sentirlo todo dentro de mí-expresó el azabache comenzando a mover su cadera de atrás hacia delante.
Akihiko atendió su pedido y tomó las caderas del menor para comenzar a moverlas de arriba a abajo rápidamente. El azabache gemía y gemía sin parar y también movía su cadera rápidamente. Hubo un punto en el que Akihiko encontró su punto y lo embistió incontables veces en ese lugar.
-no puedo más, amor. Estoy a punto de venirme-expresó el peli plata al sentir como los músculos internos del azabache presionaban su miembro.
-y-yo también... hazlo. Vente dentro-expresó con sus últimas fuerzas. Su vista se vio nublada por un intenso placer y al final, derramó todo su semen entre ambos vientres, mientras que el peli plata se venía dentro de él. Respiro agitado y se dejó caer sobre el hombro del mayor, quien lo abrazo por la cintura y le beso la mejilla izquierda.
-te amo-susurro Akihiko en su oído.
-y-yo también te amo-respondió casi en un susurro. El sueño comenzaba a vencerlo.
-descansa. Necesitas estar muy bien para ir a pedirle el divorcio a ese castaño. Pronto serás Usami Masamune-siguió murmurando en su oído.
-deja de decir tantas tonterías-le reclamo, sintiendo los ojos realmente pesados. Terminó dejándose llevar por el cansancio y finalmente cerró los ojos. Akihiko lo abrazo por la espalda y Masamune dejó su cabeza recargada sobre su hombro.
-descansa, amor mío-susurro en su oído y acarició su pálida mejilla. Al quedarse solamente abrazando a su pronta pareja, decidió que él también merecía descansar y terminó cerrando los ojos.
Paso casi una hora desde que ambos se habían quedado dormido. El primero en despertar fue Masamune, quien se reincorporo y observó bien al peli plata. Estaba dormido, y tenía la cabeza deslizado hacia el lado contrario de donde el estaba recargado. Acarició su mejilla y le dio un suave beso en los labios.
-te amo-se separó del mayor y se cambio hacia el asiento del copiloto para ponerse su ropa. Cuando terminó, salió del automóvil y cerró la puerta. Se dirigió a su casa y abrió con sus propias llaves. Al entrar a la casa, lo recibieron cuatro hermosos niños. Todos lo rodeaban y lo abrazaban por la cintura.
-¡papá, papá Masamune!-exclamaban los cuatro. Se veían ansiosos. El azabache se sintió culpable al verlos de esa manera. Sabía que esos pequeños lo querían como si fuera su padre y él los consideraba sus hijos. Lo que menos deseaba era preocuparlos o lograr que se pusieran tristes. Los miró a todos y después se agachó a la altura de estos para poder abrazar a cada uno. En su corazón sentía una especie de calidez muy agradable al pasar tiempo con sus hermosos hijos. Cuando los niños se tranquilizaron, Masamune pudo levantarse y camino hacia la sala. En esta debía estar su amigo. Claro, esos niños no pudieron haber ido hasta su casa ellos solos. En efecto, Takafumi estaba sentado en la sala y al lado estaba su pronto exmarido.
-¡al fin llegas! ¿Dónde demonios estabas? Me tenías con el pendiente-exclamó un chico castaño. Este se reincorporo rápidamente y corrió hasta donde estaba el azabache. Intentó abrazarlo, pero este se negó.
-toma-le entregó un sobre color amarillo. Ritsu lo tomó y lo abrió.
-no estás hablando en serio, ¿verdad? ¿Quieres separarte de mí? ¿Ya no me amas? ¿Es por él? ¿Aún lo amas a él?-preguntó de manera despectiva, señalando hacia el peli azul que estaba sentado en la sala.
-ya te he dicho que lo mío con Takafumi quedó en el pasado. Solamente somos amigos. Vine a hablarte de alguien más. Esa persona ha cambiado por completo mi vida. Me siento tan feliz cuando estoy a su lado. Su sola presencia hace que mi corazón lata como loco.
-no puedo creer lo que me estás diciendo. Todavía de que te vas y ni siquiera me dices a dónde, me dices que estás enamorado de alguien más. No puedo creerlo-hablo el castaño con odio.
-lo siento. Fue algo que no pude evitar. Uno no puede mandar en el corazón. Lo siento, pero quiero que nos divorciemos-hablo con toda la seriedad posible. Ritsu lo miro perplejo.
-está bien. Pero espero que todo en tu relación vaya mal, que esa persona te abandone y te quedes solo-soltó todo su veneno y firmo el acta de divorcio. Masamune lo miro atónito. Jamás se espero que el menor actuaria de esa manera.
-me voy-se dirigió a la salida, se puso los zapatos y se fue azotando muy fuerte la puerta. Masamune miró hacia la puerta y después se acercó a la pequeña Haruka para abrazarla, debido a que con el ruido de la puerta se asustó y comenzó a llorar.
-¿es verdad? ¿Tú te enamoraste de alguien más? ¿Desde cuándo? ¿Por qué yo no estaba al tanto?
-comenzó a preguntar el peli azul.
-lo siento. Pasó todo muy rápido. Esa persona me ofreció alojamiento cuando me pelee con Ritsu, de eso ya tiene como un mes. Me fui haciendo más cercano a él, y pasó. Terminé enamorandome de él. Él me dijo que ya llevaba enamorado de mí desde que estábamos en la universidad, pero fue cuando tú y yo estábamos saliendo todavía. Fue por eso que no me di cuenta de sus sentimientos. Hasta esa noche, me lo encontré en el parque, le platique todo aquello y me dijo que si lo necesitaba me podría quedar en su casa. Así lo hice y así fue desde ese entonces.
-¿te acostaste con él esa noche?-preguntó con picardia.
-¿p-para qué quieres saber eso?-respondió con nerviosismo.
-¡sí lo hicieron! Dime, ¿cómo fue?
-¡basta! No pienso decir una sola palabra sobre eso. Lo importante es que estoy divorciado oficialmente y ahora puedo ser novio de Akihiko.
-¿Akihiko? ¿En serio eres novio de Usami Akihiko? ¿El famoso escritor?-preguntó sorprendido.
-así es. Pero debo decirte que aún no somos novios. Él quería esperar hasta que estuviera divorciado para poder declararse. Déjame voy por él, está fuera-salió de la casa y encontró el auto estacionado frente a la puerta. Se acercó rápidamente y vio a su casi novio a través de la ventana y la tocó un poco con sus dedos. El hombre que estaba dentro del auto se despertó rápidamente y abrió la puerta cuando vio al que estaba fuera. Se alegro mucho al verlo. El azabache entró al vehículo y abrazo a su pronta pareja. Se separó un poco de él, sólo para darle un beso en los labios.
-¿qué ocurre? ¿Por qué tan feliz?-preguntó el peli plata acariciando la mejilla del otro.
-al fin estamos divorciados. Ven, quiero presentarte con mis niños-tomó la mano de su amado y lo hizo que saliera del automóvil. Así lo hizo este y después, le coloco el seguro al vehículo. Masamune lo tomó de nuevo por la mano y ambos entraron a la casa. Se quitaron sus zapatos y caminaron hacia la sala.
-¿a qué te refieres con «presentarme con tus niños»? ¿Tienes hijos?-preguntó dolido.
-claro que sí. Vas a amarlos tanto como yo-miro al peli plata y sonrió.
De nuevo frente a ellos aparecieron cuatro niños. Todos se veían entusiasmados. Se pararon en seco al ver al sujeto peli plata, de gran estatura, trajeado y con una mirada gélida.
-¿quién es él, papá Masamune?-preguntó el mayor de todos los hermanitos.
-presentate-le dio un pequeño empujón para que este reaccionara.
-soy Usami Akihiko, soy el novio de Masamune-respondió con voz seria.
-¿en serio? Entonces, ¿podemos decirte papá Akihiko?-preguntó la menor de todos.
-sí, sí pueden-respondió con una sonrisa un poco forzada. Esos niños se veían tan tranquilos y adorables. Los pequeños se emocionaron y corrieron a abrazarlo. Este se sorprendió mucho y miró a su pareja.
-parece que les agradas-se dirigió a su pareja-. Bueno, bueno, dejenlo respirar o si no se asfixiara con tantos abrazos. Más al rato podrán seguir abrazándolo-Los niños se pusieron tristes y se separaron del peli plata.
-¿por qué esas caritas? ¿No quieres venir a abrazarme a mí? ¿O es que acaso ya me reemplazaron por Akihiko?-fingio indignación. Hideki y Haruka se asustaron y comenzaron a llorar.
-no, no es cierto... también te amamos a ti-lloraron ambos pequeños.
-no es verdad, mis amores. Ustedes saben que los amo a todos. Los cuatro son mis hijos-se agachó y extendió los brazos para que ambos pequeños corrieran a sus brazos. Los otros dos se anexaron poco después.
Akihiko observaba esa escena desde la puerta. Ahora que lo veía mejor, ninguno de los niños tenía rasgos como los del azabache. Entonces, ¿por qué decía que eran sus hijos?
Los niños se separaron del azabache y después se dirigieron a la sala. Ahí los esperaba el peli azul. Este, al ver al peli plata se sorprendió mucho.
-¿Usami Akihiko? Ya te recordé. Íbamos juntos a la universidad, ¿no es así?
-así es. Fuimos juntos el último semestre. Me alegra tanto verte bien. ¿Cómo te ha tratado la vida?
-no puedo quejarme. Estoy casado desde hace dos años, y como ya te pudiste dar cuenta, estos niños son mis hijos. Saeki, Hiyori, Hideki y Haruka. En verdad la vida me ha tratado muy bien. Estoy muy feliz. Por cierto, felicidades. Masamune ya me dijo lo de su relación. Espero que ambos sean felices y prosperen. Yo ya tengo que irme porque aún tengo algunos pendientes. Un gusto verte de nuevo, Akihiko. Nos vemos, Masamune-se despidió Takafumi. Los niños se acercaron a ambos adultos se despidieron.
-adiós papá Masamune, adiós papá Akihiko-cada niño le dio un beso en la mejilla a los dos adultos. Después de eso, todos se marcharon, dejando solos a Masamune y Akihiko. Este último fue más veloz y logró que el menor se acercara a él y lo sentó sobre sus piernas. Masamune sólo lo abrazo por el cuello.
-¿quieres platicarme más sobre lo que pasó con tu ex?-preguntó el peli plata abrazándo a su pareja por la cintura.
-pues... le di los papeles del divorcio. No le pareció para nada y me dijo que esperaba que nuestra relación saliera mal y que yo me quedara solo-agachó la mirada.
-no hagas caso a sus palabras. Él quiere que nuestra relación salga mal para así tener la oportunidad de volver a estar contigo. Por supuesto que no voy a permitir tal cosa. A partir de hoy tú eres mío y yo soy tuyo. Y no voy a dejar que nadie te aparte de mi lado-Masamune sonrió.
-está bien. Bueno, supongo que ahora somos novios, ¿no?
-así es. Takano Masamune, ¿aceptas ser mi novio?
-claro que sí-esbozo una sonrisa y abrazo a su novio oficialmente por el cuello y escondio un poco su rostro en su hombro.
-bueno, como ya somos novios oficialmente, hagamoslo toda la noche-su sonrisa pervertida se dejó ver y acarició la cintura de su amado. Masamune se sonrojo a más no poder.
-tú sólo piensas en sexo, ¿verdad? Eres un pervertido-puso su cara seria y se cruzó de brazos.
-claro que no. Me ofende que digas eso. Solamente quiero demostrarte todo mi amor. Además, somos pareja oficialmente, ¿qué tiene eso de malo?-Masamune se quedó callado y de la nada, se abalanzó sobre el peli plata para darle un beso apasionado. El mayor, como pudo, se reincorporo y tomó al azabache entre sus brazos para caminar hacia la habitación.
-espero que te prepares, porque esta noche será bastante larga...

Un amor dolorosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora