Capítulo X. Estoy seguro de que es amor
Unas semanas después...
-¿cómo les diremos a nuestros padres sobre esto?-preguntó una niña castaña, de 13 años a uno un poco más mayor.
-no lo sé, pero ya pensaremos en algo. Estoy seguro de que ellos nos entenderán-dijo el chico castaño, de igual 13 años.
-no estoy tan seguro. Tal vez ellos se enojen con nosotros por hacer estas cosas. No sé, tengo miedo-abrazo al chico que tenía frente a ella.
-no debes tener miedo. Te aseguro que te protegeré de cualquier cosa, hasta de nuestros propios padres si es necesario. Pero no dejaré que nadie nos separe-la miro con una sonrisa y le dio un beso en la frente.
-te quiero-murmuró ella, aún entre los brazos del otro.
-yo también te quiero-respondió el chico. Ambos se alejaron y se miraron a los ojos antes de volver a acercarse y darse un suave beso en los labios.
En ese momento, por la puerta entró un hombre peli azul, tenía el ceño fruncido y apretaba los puños. Se acercó a ellos y separo a su hijo de la castaña.
-¿qué demonios estás haciendo con MI hijo?-miró a la castaña.
-m-mamá-hablo el castaño.
-o-oniichan... yo...
-no, nada de oniichan. Explícame qué era lo que estabas haciendo con mi hijo-volvió a mirarla de forma fría. La pequeña se asusto, jamás lo había visto así de molesto.
-mamá...
-tú no te metas en esto, ¿sí, Saeki? ¿Qué esperas?-se dirigió a la pequeña-, ¿no vas a hablar?-la niña agacho la cabeza y se quedó callada.
En ese momento, también entró a la habitación un hombre castaño, unos cuantos centímetros más alto que el peli azul.
-¿qué está sucediendo aquí? ¿Por qué tantos gritos?-preguntó preocupado.
-¡papá!-exclamó la pequeña y corrió para refugiarse detrás de su papá.
-¿qué es lo que está sucediendo?-le preguntó a su pareja. Este se veía serio, como pocas veces lo hacía. Algo debió haber sucedido.
-pregúntale a tu hija. La encontré muy abrazada a mi hijo-miró serio a la niña, quien volvió a esconderse detrás del castaño.
-a ver, a ver, déjame ver si te entendí. Dices que encontraste a MI hija con TU hijo abrazados. ¿Qué tiene eso de malo? Además, ¿por qué le reclamas a ella? Es apenas una niña. Si tenías un problema, pudiste haberlo hablado conmigo. No tienes ningún derecho de reclamarle a ella. No puede defenderse y no entiende de qué la estás acusando. Seremos pareja y viviremos en la misma casa, pero eso no te da ningún derecho de gritarle a mi hija ni mucho menos de maltratarla, ¿me entendiste?-lo miró serio.
-entonces quiero que me explique lo que estaba haciendo-volvió a fijar su vista en la pequeña castaña.
-mi amor, ¿quieres hablarme de lo que pasó?-le preguntó Zen a su pequeña. Ignoraba completamente a su pareja. La niña asintió. Ambos salieron de la habitación y se dirigieron a la sala. Mientras estos dos caminaban hacia la sala, cierto peli azul y un pequeño castaño se quedaron en la habitación.
-mamá...
-explícame qué fue lo que vi. ¿Desde cuándo llevan haciendo esas cosas?-preguntó serio.
-Hiyo y yo nos queremos. Somos felices así. Llevábamos saliendo a escondidas desde el año pasado. Mamá, ambos nos queremos-explicó el pequeño.
-"ambos nos queremos". Por favor, ¿tienes idea de lo que estás diciendo? ¡Por Dios, Hiyo es tu hermana!-exclamó.
-¡no es verdad! ¡No somos hermanos! Bueno, no de sangre. Yo no la quiero como una hermana. Ella me gusta y la quiero como algo más. Siempre la he querido. Por un momento, cuando me enteré de que ella era hija de mi papá, olvidé mis sentimientos hacia ella. Pero cuando me enteré de que no era así me sentí feliz y pensé que podría luchar por ella. Créeme, estuve aún más feliz cuando supe que a ella también le gustaba.
-son cosas pasajeras. Pasarán dentro de unos días. No puedes decir que estás enamorado de ella.
-no, mamá. No son cosas que se olviden de un día para otro. Yo estoy completamente seguro de mis sentimientos hacia Hiyo. Ella me gusta y quiero estar con ella-frunció el ceño.
-no puedes estar hablando en serio. Pues, no te será tan sencillo. Mientras yo esté aquí, ustedes no podrán estar juntos. Esto no es correcto y no permitiré que hagan algo así-el pequeño lo miró con furia y apretó fuertemente los puños.
***
-¿así que eso fue?-preguntó un hombre castaño a su pequeña. Esta se veía cabizbaja.
-sí, oniichan entró a la habitación cuando Saeki y yo estábamos abrazados y él me dio un beso en la boca. No hicimos nada malo, papá. Él y yo nos queremos. Entiendo que tú tampoco estés de acuerdo, pero no me voy a alejar de él. Ambos somos felices así-habló la castaña con determinación.
-no tienes que preocuparte por lo que yo opine, por mí está bien. Desde siempre dije que ambos estaban hechos el uno para el otro. Sé que aún son algo pequeños para ser novios, pero bueno, para el amor no hay edad. Solo voy a hablarte de unas cuantas cosas-soltó un largo suspiro. No creía que su hija estuviera creciendo tan rápido. Se estaba convirtiendo en una adolescente y debía guiarla para poder vivir plenamente y feliz al lado de Saeki-. Creo que es hora de que tengamos la "charla"-respondió con algo de nerviosismo.
Jamás había hecho algo así y no tenía ni idea de cómo empezar. Pero se armo de valor y logró hablar sobre "eso" con su niña. Esta se veía asustada, pero no dijo nada hasta que su papá terminó de hablar.
-papá... ¿tú crees que oniichan me odia?
-claro que no, es solo que está sorprendido por lo que pasó. Pero estoy seguro de que si hablas con él, lo entenderá.
-eso espero...
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Un amor doloroso
Romance"Creo que en el amor tengo mala suerte" Segunda parte de, "¿amor verdadero?"