Capítulo XVII. Lejos de ti, mi amor

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Capítulo XVII. Lejos de ti, mi amor
Narra Akihiko
No entiendo lo que está sucediendo. Todo a mi alrededor es oscuridad y solamente escucho voces que murmuran. ¿Qué está sucediendo? ¿Dónde estoy? ¿Por qué a mí? Pude darme cuenta de que estamos en un automóvil, pero no tengo ni la menor idea de a dónde me llevan. Me quedé pensativo un momento, hasta que oigo que alguien se acerca y me quita lo que está cubriendo mi rostro. Es un hombre, alto, cabellos azabache y tiene puestos unos anteojos. Yo estoy amarrado de las manos y por eso no puedo hacer nada. Él me miró más de cerca y eso me causó escalofríos.
-¿sabes quién soy?-me preguntó.
-no, no lo sé-respondí rápidamente.
-déjame decirte que seré tu peor pesadilla durante los siguientes años. Mi nombre es Yasuda Gou y planeo hacer que tus últimos días sean los peores.
-¿p-por qué? ¿Qué hice yo?-le pregunté, completamente asustado. No entiendo qué es lo que hice.
-¿no lo entiendes? Te metiste con la persona equivocada.
-no entiendo.
-te metiste con Takano Masamune-me miró serio.
-¿qué tiene eso de malo?-le pregunté.
-ay, mi querido Usami Akihiko. No entiendes que te metiste con la pareja de alguien más. Takano ya era feliz con Onodera Ritsu, pero no, tú tenías que aparecer para robarle el amor de Masamune.
-Masamune me eligió a mí. Él me ama a mí, yo jamás lo he obligado a nada. ¿Por qué hacen esto?
-porque queremos verte caer. Eres un estorbo para nosotros. Bueno, más bien, para Onodera. Por mí está bien si mueres, pero él no piensa lo mismo. Quiere verte sufrir y agonizar mientras consuela a un devastado Masamune. Entiendo que él debe estar destrozado y busca la manera de encontrarte, pero jamás lo hará. Encontraré la manera de que jamás lo haga. A partir de ahora, esta será tu casa y será mejor que te acostumbres lo antes posible.
-¿puedo hablar con Masamune?-le supliqué. Entiendo que Masamune debe estar alterado. Eso no le hará bien ni a él ni a nuestro bebé. Maldición. No entiendo por qué está pasando esto. ¿Qué fue lo que hice? Solamente luché por conseguir el amor de Masamune y lo logré. No entiendo, no lo entiendo.
-bueno, dejaré que llames a tu adorado Masamune. Total, no podrán volver a verse en un buen tiempo-me extendió un teléfono y yo lo tomé rápidamente. Marqué el número de Masamune y fue poco tiempo lo que tuve que esperar.
-¡Akihiko!-escuché su voz. Puedo darme cuenta de que está llorando.
-no llores más, mi amor. No quiero oírte llorar. Tienes que ser fuerte.
-¿dónde estás, amor? Por favor, dime que estás bien-murmuró.
-lo siento, se que cometí el error de hacer que te enamoraras de mí. Tú estabas con Onodera mucho antes de que yo apareciera. Entiendo que tú eras feliz y desde que yo llegué todo se derrumbó-me disculpé.
-n-no digas eso. Tú sabes que yo te amo y quiero que seamos felices. Es lo que tú quieres también, ¿verdad? ¿Por qué me estás diciendo estas cosas? ¿Ya no me quieres?-escuché su voz quebrada y eso sólo hizo que mi corazón se partiera.
-así es. Ya no te quiero, me cansé de ti. Estoy harto de que siempre te la pases regañándome y diciéndome lo que debo o no debo hacer. No quiero volver a saber de ti. No quiero que me busques ni que me llames-murmuré esas palabras con un dolor punzante en mi corazón. Sé que estoy destrozando el corazón de Masamune, pero es lo mejor. No quiero verlo sufrir por mi culpa.
-¡es mentira! ¡Estás mintiendo! ¡Tú me amas! No digas cosas como esas. No voy a creer ninguna de tus mentiras. Yo sé que tú me amas-oí su voz demasiado alterada. No quiero que eso sea. No quiero verlo triste.
-entiéndelo, amor. Tú te mereces algo mejor...
-¡no quiero algo mejor! ¡Te quiero a ti! Tú me amas, yo lo sé. ¿Por qué estás diciéndome esto?-escuché su voz cada vez más alterada. No quiero que algo malo le suceda.
-respóndeme una cosa. Antes, cuando estabas con Onodera, ¿eras feliz?
-antes lo era. Mi felicidad estaba con Ritsu, pero eso quedó en el pasado. Ahora tú eres mi felicidad. No tienes por qué sentirte culpable por lo que pasó conmigo y Onodera-me quedé callado un momento-. ¿Akihiko?-volvió a llamarme.
-lo siento. Lamento que lo nuestro no pueda seguir. Entiendo que lo mejor será que tomemos caminos separados y que cada quien vaya por su lado. Adiós-terminé lo que tenía que decir y colgué la llamada. Es lo mejor, si algo le llega a suceder a mi familia jamás me lo perdonaría. Aquel sujeto azabache se acercó a mí y me quitó el celular de las manos.
-veo que al fin le dejaste las cosas claras a Masamune. Entiende que él jamás te amó y solamente lo hiciste perder su tiempo. Él sólo ama a una persona y esa persona es Onodera Ritsu. Resígnate ya-me miró de forma burlona.
-por favor, no le hagan nada a Masamune. Él está esperando un bebé-le supliqué.
-no te preocupes. No me interesa Masamune ni mucho menos su bebé. A mí lo que me interesa es el dinero. ¿Sabes lo que estoy planeando?-negué con mi cabeza-. Existe una gran suma de dinero a nombre de Kirishima Zen. Yo quiero esa herencia. Además, quiero destruir al imbécil que me metió a la cárcel. Juro que él lo va a pagar muy caro-su mirada era fría y daba miedo. Me quedé petrificado y no supe qué pensar.
-por favor, Masamune, amor, cuídate mucho...
***
Mientras tanto, en un hospital, Masamune estaba sentado en la camilla, con una bata de hospital. Tenía el celular pegado a la oreja y lloraba con intensidad.
En ese momento, a la habitación entró un médico y lo vio en ese estado, tan deplorable.
-¿se puede saber qué haces?-le preguntó el médico. Masamune giró su cabeza y miró al hombre que tenía frente a él.
-nada-respondió sin mucho interés y dejó el aparato en la mesita de al lado. Se limpió las lágrimas y miró al doctor.
-bien. Pues, vengo a decirte que te trajeron aquí porque te desmayaste y acabo de hacerte unos estudios. Puedo ver que tienes un embarazo de dos meses y medio. Pero... lamento mucho decirte que tu embarazo es peligroso-dijo el médico con la mirada seria.
-¿por qué? ¿Le pasa algo a mi bebé?-le preguntó con preocupación.
-tienes la presión muy alta. ¿Acaso nunca te habías ido a revisar la presión? Sabes que tener la presión alta es muy peligroso, tanto para ti como para tu bebé. ¿Estás consciente de que puedes morir?-le preguntó el médico con la mirada seria. Masamune no sabía qué pensar. Había perdido a Akihiko, no quería perder a su bebé también. Si quería que él estuviera bien, necesitaba estar tranquilo. De pronto, por la puerta, entró un chico castaño, se veía algo molesto. Masamune lo vio y efectivamente, también se molestó.
-¿y tú eres...?-preguntó el doctor.
-una disculpa, mi nombre es Onodera Ritsu, soy la pareja de este hombre-habló de lo más natural. El mencionado lo miró con odio.
-ya veo, entonces, ¿eres el papá del bebé?
-no, claro que no. Él se embarazó de otro-habló de forma despectiva. El médico se quedó callado y apenado, había preguntado algo que no debía.
-oh, bueno. Como te decía, tienes la presión muy alta y es necesario bajarla cuanto antes. Bien, te recetaré unas pastillas para eso, pero no te preocupes, no afectarán para nada a tu bebé, ¿de acuerdo?-el azabache asintió. Dicho esto, el médico abandonó la habitación y dejó a los dos chicos solos.
-¿qué estás haciendo aquí?-preguntó el azabache de mala manera.
-cuida la forma en la que me hablas. Recuerda que puedo hacer que la vida de Akihiko se termine aquí y ahora-sacó su celular y estaba dispuesto a llamar a alguien, Masamune se puso nervioso.
-está bien, lo siento. No volveré a hablar de esa manera-respondió con la mirada baja. Onodera sonrió.
-así está mucho mejor. ¿Sabes? Me alegra mucho que estemos juntos nuevamente. Tú y yo debemos estar juntos, ese es nuestro destino. Sé que tú me amas y seremos felices. Por eso, quiero decirte que abortarás ahora mismo a ese bebé-dijo con mirada y sonrisa gélida.
-¿qué? ¡No!-se asustó muchísimo y automáticamente llevó sus manos hacia su abultado vientre.
-lo harás. No quiero cuidar al hijo de otro hombre. Yo quiero que tengamos uno propio. Sé que tú me entiendes. ¿Lo harás?-lo miró con súplica.
-n-no puedo hacerlo. Es mi hijo. ¿Cómo me pides algo así? Además, él no tiene la culpa de nada. ¡No voy a hacerlo!-abrazó su estómago con más fuerza.
-es una lástima. No quería llegar hasta estos extremos, pero no hay de otra-tomó su celular y esta vez sí llamó a alguien. Masamune no estaba dispuesto a dejar que alguien dañara a su bebé. Se levantó rápidamente de la cama y se acercó a Onodera, como este era más bajo de estatura, le dio un rodillazo en el estómago con la suficiente fuerza como para sacarle el aire y dejarlo arrodillado en el suelo. Salió de la habitación lo más rápido que le era posible y se escondió cuando le pareció ver una a persona muy sospechosa. Era un hombre azabache, alto y con gafas. Se escondió detrás de un pilar y solamente escuchó lo que este le decía al doctor que lo había atendido.
-¿sabe dónde se encuentra la habitación del joven Takano Masamune?-preguntó de forma amable. Sí, claro, amable.
-sí, es esa habitación de ahí. Pero esperen, está abierta-se alejó de ellos y fue a revisar la habitación. Al entrar, se dio cuenta de que estaba solamente el chico castaño. Salió de la habitación y encaró al azabache.
-no está, Masamune no está. No es bueno que esté solo en estos momentos-se preocupó el médico.
-búsquenlo-el azabache hizo una señal y con esto, sus hombres comenzaron a buscar al azabache. Masamune se asustó y decidió entonces alejarse de ahí. No sería bueno que lo encontraran. Caminó por todos los pasillos y fue hasta que ya casi saldría de este, que se encontró cara a cara con el sujeto.
-vaya, hasta que al fin te dejas ver. Veo que causas muchos problemas. Déjame decirte que tienes agallas para haberte enfrentado a mí. ¿Sabes? Disfruto mucho ver a la gente sufrir y agonizar. ¿Qué te parece si hago lo mismo con Akihiko?-el azabache se puso tenso al oír el nombre de su amado.
-no, por favor, no le hagas daño-le suplicó.
-entonces, ¿quieres ocupar su lugar?-el menor lo miró sin entender-. Me refiero a que tú lo reemplazarás. Me agradas mucho. ¿Qué te parece si vienes conmigo?
-si lo hago, ¿prometes que no lastimarás a Akihiko?-el mayor se quedó pensativo, pero aceptó.
-de acuerdo, acepto-respondió con una sonrisa-. ¿Algo más?
-bueno, yo... estoy esperando un...
-sí, eso ya lo sé. Akihiko me lo contó, pero no te preocupes, no pienso lastimar a ninguno de los dos. Tienes también mi promesa-se fue acercando al azabache y acarició su vientre de forma delicada-. ¿Sabes? Yo también tengo una hija-admitió con una enorme sonrisa.
-¿ah sí?-preguntó con nerviosismo-. ¿Cómo se llama?
-su nombre Hiyori y tiene 13 años. Pero, hay alguien que me la quitó hace años, también me metió a la cárcel. Esa persona es mala y quiero que mi hija vuelva a mis brazos. ¿Me ayudarías?
-¿yo? ¿Cómo?
-eso será sencillo. Yo sé que ella te quiere mucho y hará lo que tú le pidas. Entonces, tú la convencerás para que ella venga a mí. Lo harás, ¿verdad?-por un momento olvidó su tono dulce y miró al embarazado de forma seria.
-¿qué va a pasar si no lo hago?-preguntó, aunque sabía perfectamente la respuesta.
-pues... creo que la respuesta es muy obvia. Voy a matar a Usami Akihiko, ¿es lo que quieres?-el azabache negó.
-buen chico. Pues, vámonos-lo tomó de la mano y lo hizo caminar.
-¿a-adónde?
-¿cómo que adónde? Pues a tu nueva casa. Ya te dije que me gustaste mucho y quiero que vivas conmigo. Vamos-lo hizo caminar detrás de él.
-espero que puedan perdonarme. Esto lo hago por amor. Porque no quiero que la persona que amo sea lastimado...

Un amor dolorosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora