Capítulo I. Tenemos que hablar

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-Zen, tenemos que hablar-susurró el peli azul cuando su esposo se acercó a él y quiso darle un beso, pero este solamente lo apartó.
-¿qué ocurre? ¿Por qué tan serio?-preguntó en broma.
-quiero el divorcio-dijo con toda la seriedad del mundo.
En ese momento, el castaño sintió como si su corazón hubiera dejado de latir, un escalofrío recorrió todo su cuerpo y sentía que se iba a desmayar.
-estás bromeando, ¿verdad?
-no estoy bromeando, quiero que finalicemos nuestro matrimonio-volvió a decir con la mirada seria.
-¿por qué? ¿Ya no me amas? ¿Hay alguien más?-preguntó el mayor con dolor.
-...
-¡vamos, responde!
-es verdad, ya no te amo. Hay alguien más.
-¿quién es? ¿Es Masamune?
-no, es Onodera.
-¿qué? ¿Te atreviste a meterte con el esposo de tu mejor amigo? No puedo creer lo descarado que eres. ¿Desde cuando llevas engañándome con él?
-¿en serio quieres saberlo? Solamente debes de darme el divorcio y asunto arreglado.
-no te la voy a poner tan fácil. Dime desde cuándo me engañas.
-desde hace dos meses-respondió con toda la tranquilidad del mundo.
-y lo dices así nada más. Ni siquiera estás arrepentido. Bien, te lo daré, pero espero que te vaya muy mal, que tu relación esté llena de dolor y que jamás puedas ser feliz-soltó esas palabras con todo el odio que había en su corazón.
-¿ese es tu deseo para mí? ¿Deseas que sea infeliz?
-así es. Espero que nunca puedas ser feliz y que tampoco Onodera sea feliz. Ambos se lo merecen, por traidores.
-está bien. Hoy mismo me voy a mudar con mis hijos, ¿de acuerdo?
-haz lo que se te dé la gana. A mí ya no me importa nada de lo que hagas. Por mí, te puedes morir.
Takafumi lo miró sorprendido. Jamás se esperó que su pronto ex se pondría así. (¿Qué esperaba? ¿Que se pusiera feliz?).
-¿quieres que me muera? Entonces, ¿qué esperas? Mátame-lo reto.
-no vales la pena. No voy a echar por la borda mi libertad, matando a alguien que no vale nada-le lanzó una última mirada, llena de rencor y después entró a la habitación. Tardó unos cuantos minutos y volvió a salir con un montón de ropa en las manos.
-toma, no quiero esto en MI casa, lárgate y no vuelvas a aparecer por aquí, ¿me escuchaste? Me das asco-lo miró por última vez y ahora sí entró a la habitación dando un portazo.
-te odio...

Un amor dolorosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora