Capítulo VII. ¿Quién eres?

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Capítulo VII. ¿Quién eres?
Ha pasado un mes desde que Masamune vive prácticamente en la casa de Akihiko. En ese tiempo, este último se ha encargado de hacer de las suyas para dejar al pobre azabache sin poder caminar durante días. También es ese tiempo, Masamune estuvo pensando acerca de su relación con Ritsu, y ha tomado una decisión.
-¿vas a pedirle el divorcio?-preguntó el peli plata, quien estaba acostado al lado del azabache. Ambos estaban acostados en la cama, después de la acción, y abrazaba al menor cariñosamente por la cintura. Pasaba de vez en cuando sus dedos por todo su abdomen.
-yo creo que eso sería lo mejor. Además, no quiero seguir lastimandolo de esta manera. Tarde o temprano se tiene que enterar de esto-hablo cabizbajo.
-siento mucho que su relación haya terminado de esa manera. Pero velo por el lado bueno, ahora estamos juntos y pronto seremos una linda familia-acarició su vientre con delicadeza.
-¿de qué rayos estás hablando?-preguntó, con un enorme sonrojo en sus mejillas.
-estoy diciendo que, vamos a tener muchos bebés-se colocó encima del azabache nuevamente y empujó su miembro nuevamente hacia dentro, debido a que este aún no había perdido su firmeza y estaba ligeramente fuera de la entrada del azabache. Este último gimio al sentir como el pene del peli plata chocaba contra su próstata, provocando que este arqueara la espalda y sus ojos se nublaron debido al placer que este le brindaba. Se sentía en las nubes cuando el peli plata le hacía el amor de esa manera, tan apasionada, pero a la vez cargada de sentimientos.
-ahhh... ahhh... ¿p-por qué siempre haces eso?-apenas y logró formular la pregunta debido a que su mente estaba en blanco. Sus ojos se cerraron y su boca se mantuvo abierta ligeramente. Sus gemidos y jadeos se escuchaban en toda la habitación.
-porque quiero que sepas que me perteneces sólo a mí. Quiero que estemos juntos y que podamos tener hijos-hablo también con algo de dificulta mientras embestia.
-¿tienes idea de lo que me estás pidiendo? ¿Cómo demonios quieres que tenga un bebé si soy un hombre?-respondió con molestia.
-Takafumi sí pudo-respondió rápidamente.
-eso... lo sé. Pero que él haya podido, no significa que todos podamos tener hijos.
-tenemos que intentarlo para poder estar seguros-respondió con seguridad.
-pero aún no. Todavía no estoy preparado. Además, tengo que hacer todos los arreglos con respecto a mi divorcio. No puedes hacer planes tú solo, así sin más. Tienes que hablarme sobre lo que estás planeando hacer-hablo serio.
-está bien, lo siento. Hablaré contigo acerca de mis planes-murmuró cabizbajo. Masamune sonrió un poco y logró que el peli plata tomara su mano.
-creo que... te amo-murmuró muy bajito. Akihiko se emocionó demasiado al escucharlo.
-haré que lo digas, sin las primeras dos palabras-lo miro con lujuria y continuó penetrandolo y embistiendo, hasta que ambos se vinieron. Akihiko se dejó caer, exhausto, al lado de Masamune y dejó que este se acurrucara un poco en su pecho. Después de una cuantas caricias por parte de ambos, al fin se quedaron profundamente dormidos.
***
Mientras tanto, en algún otro lugar...
-no puedo creer que acabamos de hacer esto. Yo en serio que estoy muy preocupado por Masamune y acabo de engañarlo contigo. No puedo creer la clase de persona que soy-se culpo un chico de estatura baja, ojos verdes y cabellos castaños. Este estaba recostado, completamente desnudo, al lado de un hombre alto, de cabellos azabache.
-no entiendo por qué te sientes culpable. Cuando lo estábamos haciendo, gemias y gritabas por más-respondió burlón.
-eso ya lo sé, pero estuvo mal. Ni siquiera sé dónde está mi esposo y ahora me revolque contigo. No, esto está mal. No puede repetirse. Nosotros no tenemos nada, solamente una cosa en común: destruir a Kirishima-habló con voz seria.
-así es. Yo, Yasuda Gou, voy a recuperar lo que ese maldito me robó. Además, tengo que recuperar también a mi hija. Espero que te prepares, Kirishima Zen, porque esta vez no voy a tener piedad. Esta vez no voy a fallar, y te voy a eliminar para siempre de mi camino...

Un amor dolorosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora