Capítulo XVIII. Tan cerca y tan lejos

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Continuando con el parecido entre personajes de anime, les traigo ahora a otro personaje, el cual tiene un enorme parecido con nuestro querido Takano Masamune, me refiero a Reiji Sakamaki, del anime Diabolik lovers. Déjenme decirles que ambos comparten al mismo seiyuu. Por aquí les dejo una imagen.

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Capítulo XVIII. Tan cerca y tan lejos
Narra Masamune
Este sujeto me lleva tomado de la mano. Salimos del hospital y logró subirme a una camioneta. Estoy un poco asustado. No quiero que le pase nada a mi hijo ni a Akihiko. Pero tampoco quiero dañar a Takafumi. Yasuda me dijo que quiere utilizarme para poder acercarse a Hiyo. Estoy completamente seguro de que esto no es correcto, pero no puedo hacer nada más.
Amo a Hiyo y es como mi hija. No podría hacer algo para herirla. Además, cuando se entere de que yo ayudé en todo esto, me va a odiar. Ni modo, todo sea con tal de salvar a Akihiko.
-¿en qué piensas, amor mío?-escuché la voz de Yasuda, quien se acercó a mí y puso su mano en mi vientre. Estoy nervioso.
-no, en nada. Sólo pensaba en mi bebé. ¿En serio me prometes que no lo lastimarás?-le supliqué.
-te hice una promesa, ¿no?-asentí-. No tienes por qué dudar de mi palabra. Pero bueno, ya que estamos aquí, déjame decirte una cosa: quiero que te conviertas en mi amante-lo miré incrédulo.
-¿eh? ¿A-amante? Pero yo...
-¿no lo harás? Mira, prometí no lastimar a tu bebé, pero no es lo mismo si lo hago con Akihiko, ¿verdad? ¿Quieres que acabe con su vida?-me miró serio.
-l-lo haré-murmuré, con la mirada baja.
-¡bien! Pues entonces, quítate ahora mismo ese anillo-señaló el anillo que había en mi mano derecha.
-¿mi anillo? ¿Por qué?-le pregunté.
-yo puedo comprarte joyas mucho más hermosas. Vamos, quítatelo-me ordenó, con la mirada seria. Yo miré la hermosa joya que había en mi mano derecha y entonces, decidí quitarlo de mi dedo.
-lo siento, mi amor. Esto lo hago por ti-hablé en mi mente y me quite el anillo.
-bien, ahora tíralo por la ventana-Yasuda abrió la ventana que había justo a mi lado y no tardé mucho para tirarlo fuera del vehículo. Una lágrima escurrió por mi mejilla y él se acercó para limpiarla.
-vamos, no puede ser tan malo, ¿o sí? Verás que ambos estaremos muy bien-me abrazó por los hombros y yo solamente me recargue en su hombro.
-¿por qué hiciste eso?-me atreví a preguntarle. Sé que me estoy arriesgando, pero necesito saberlo.
-¿hacer qué? ¿Secuestrar a Usami?
-sí.
-pues verás, Onodera Ritsu vino a mí, con la esperanza de que tú volverás a su lado. Me pidió que me deshiciera de Usami Akihiko y que a cambio, él haría todo lo que yo quisiera. Pero... no sabe con quién se está metiendo. Me temo que se va a arrepentir mucho de haberme pedido ayuda a mí.
-no entiendo. ¿Qué es lo que planeas hacer?-le pregunté.
-no lo sé. Tal vez... te haga de mi propiedad-lo miré asustado-. Tranquilo, ya dije que no pienso lastimarte, ni a ti ni a tu bebé. Sólo quiero que estés a mi lado. Me enamoré de ti desde el primer momento en que te vi. Quiero que permanezcas a mi lado, que me dejes cuidarte y amarte como sólo yo puedo hacerlo. ¿Aceptas?-me preguntó. Tengo que hacerlo. ¿Qué otra cosa puedo hacer?
-está bien-acepté, tratando de esbozar una sonrisa.
-perfecto-me miró con una sonrisa y se acercó de nuevo para abrazarme.
Pasó poco tiempo para que llegáramos a su casa. No sé si realmente es su casa, pero es bonita y muy acogedora. Él bajó del automóvil y me extendió la mano para que yo bajara.
-cuidado, amor, el suelo está algo resbaladizo-me tomó de la mano y ambos bajamos del vehículo. Entramos a la casa y bajamos directamente hasta el sótano. Es todo lo contrario a la parte superior, este es frío y oscuro. Comencé a sentirme mal y unas nauseas invadieron mi esófago. El olor que desprende me resulta muy desagradable. Me sujeté el estómago y con la otra mano me cubrí la boca. Respiré hondo y fue como poco a poco pude calmarme.
Yasuda se detuvo exactamente frente a una puerta, le quitó la llave y la abrió. Me hizo señas para que yo lo siguiera.
-hola, mi querido Usami Akihiko. ¿Cómo la estás pasando? ¿Bien? Mira, quiero presentarte a alguien muy especial-me tomó de la mano y me colocó al lado de él. Akihiko estaba en muy malas condiciones y ni siquiera tenía las fuerzas suficientes como para levantar la cara. Me sentí muy mal al verlo de esa manera.
-A-Akihiko-lo llamé. Siento que mi voz suena quebrada. En ese momento Akihiko levantó su mirada. Se veía preocupado y su rostro reflejaba sorpresa.
-M-Masamune... ¡maldito! Dijiste que no le harías nada a Masamune. Rompiste tu promesa-alzó la voz alterado.
-te equivocas. Él vino por su cuenta, ¿verdad, amor mío?-se acercó a mí y me acarició la mejilla. Yo asentí. Me duele que esto esté pasando, pero no quiero que nada le pase al hombre que amo.
-¿qué? No puedes estar hablando en serio, ¿verdad?-escuché la voz de Akihiko bastante alterada.
-¿te puedo pedir un favor, Yasuda?-le pregunté.
-¿qué es?-me preguntó de forma seria. Me da miedo decírselo.
-¿puedo hablar un momento a solas con él?-señalé hacia Akihiko. Él, rápidamente bajó la cabeza.
-mmm... bueno, sólo porque tú me lo estás pidiendo. Nos veremos más tarde-se despidió de mí y salió de la habitación.
Nos quedamos él y yo completamente solos. La mirada de Akihiko es triste y hacen que mi corazón se parta. Me acerqué a él lentamente y me arrodillé enfrente.
-¿es cierto?-me preguntó.
-¿eh?
-¿es cierto que viniste aquí por tu propia voluntad?-alzó la voz. Retrocedí un poco.
-es verdad, todo es verdad. Lo siento, yo...
-¿por qué lo hiciste? ¿No entiendes que lo que menos quiero es que a ti o a nuestro hijo les pase algo malo?
-eso ya lo sé, pero entiéndeme, yo también estoy preocupado. No sabía dónde estabas o si estabas bien. Créeme, yo tampoco quiero que algo malo te suceda. ¿Por qué no lo entiendes? Yo te amo y quiero que estés bien-hablé con firmeza.
-pues... no creo que me ames tanto como dices. Si lo hicieras, no estarías aquí para hacer quién sabe qué cosas con el imbécil de Yasuda-lo miré sorprendido.
-¿cómo te atreves a decirme eso? ¿Estás dudando de mi amor? No puedo creerlo lo que acabas de decir. ¿Sabes qué? Me voy. Me iré para siempre y no volverás a saber de mí ni de nuestro hijo. No te mereces el amor que yo siento por ti. Me voy-me levanté completamente enfurecido, pero al hacer esto, un gran mareo me hizo cubrirme la cara con las manos.
-¡Masamune!-sentí que se acercó a mí, pero no lo escuché.
-no me toques-me alejé de él como pude y me mantuve agachado.
-Masamune-me llamó. Su voz sonaba preocupada, pero no lo escuché.
-n-no me siento bien-en ese momento, mi vista comenzó a ser borrosa y me dejé caer hacia atrás. No supe qué fue lo que sucedió después de aquello.
***
-¡Masamune!-exclamó el peli plata completamente histérico. El azabache se había desmayado.
-¡Yasuda! ¡Yasuda!-exclamó el peli plata con todas sus fuerzas. El mencionado llegó rápidamente y se preocupó al ver al azabache desmayado en el suelo. Se acercó y lo tomó de forma muy delicada. El menor se veía más pálido de lo habitual y sus labios estaban resecos.
-¿Masamune estará bien?-preguntó el peli plata con preocupación. El azabache lo miró con odio.
-¿no te das cuenta del gran daño que le estás causando? Eres un imbécil, no te mereces para nada el amor de Masamune. Te aseguro que yo lo obtendré y a ti te olvidará-le reclamó.
-¿por qué dices que le causo daño?
-muy fácil, porque por tu culpa la vida de Masamune y la de su bebé corren mucho peligro. Él tiene la presión muy alta y su vida está en peligro-Akihiko se quedó con la boca abierta al oírlo. ¿Las dos personas más importantes para él estaban en peligro de muerte? Y él solamente se dedicó a reclamarle.
En ese momento, el azabache comenzó recobrar la consciencia, pero aún su vista era borrosa.
-¿d-dónde estoy?-preguntó el azabache menor. Miró a la persona que lo tenía sostenido entre sus brazos.
-estás conmigo, amor mío. Jamás te dejaré ir-miró con dulzura al menor y acarició su mejilla.
-Masamune... yo-murmuró Akihiko. El mencionado lo miró serio y después se dio la vuelta. Este último sintió como si su corazón hubiera sido arrancado de su pecho.
-vamos, amor. Tiene que revisarte un médico, ven-lo ayudó a levantarse y después lo cargó a modo de princesa, ya que este no tenía la suficiente fuerza como para ponerse de pie. Ambos salieron de la habitación y dejaron al peli plata completamente solo.
Subieron a la casa y Yasuda dejó al menor recostado sobre el sofá.
-¿cómo te sientes?-preguntó el azabache mayor.
-aún me siento mareado-respondió tapándose la cara con la mano.
-entonces espera, llamaré al doctor para que venga a revisarte-se acercó al menor y le besó la mejilla. El azabache se quedó quieto en el sillón y asintió.
Pasó un poco más de tiempo hasta que llegó el médico a la casa y pudo atender al menor.
-¿cuáles son tus malestares, Takano?-le preguntó el doctor.
-pues, tengo dos meses y medio de embarazo, pero el médico que me atendió me dijo que mi presión estaba muy alta y eso era peligroso para los dos-explicó el menor.
-bien, déjame entonces medirte la presión. Si es así, tendrás que quedarte en cama durante todo tu embarazo, ¿de acuerdo?-el azabache menor asintió.
Dicho esto, le hicieron un chequeo rápido y salió que su presión estaba muy elevada. Eso no era para nada bueno.
-¿cuánto me dijiste que tienes?
-dos meses y medio.
-esto no es para nada bueno-respondió el médico con preocupación.
-¿qué ocurre?-preguntó Yasuda.
-la vida de ambos está en peligro. Lo mejor será que Takano permanezca en cama durante todo su embarazo. También debemos hacer lo posible para que su presión arterial disminuya, si no es así, y esta continúa subiendo, tendríamos que realizar una cesárea de emergencia, ya que Masamune puede sufrir un derrame cerebral o un infarto. Sé que es algo arriesgado, pero por eso debes mantenerte tranquilo y descansar lo más que puedas. Además, te voy a recetar unas pastillas para estabilizar la presión. Tenga-le entregó la receta a Yasuda. Este la tomó y la miró. El médico se fue y el azabache lo acompañó a la puerta. Masamune se quedó en el sillón, tapándose la cara para poder controlar esos horribles mareos. Yasuda regresó poco después y se puso de rodillas frente al azabache. Este notó su presencia y miró al mayor. Este lo veía preocupado.
-¿quieres que te traiga algo? De seguro aún no has comido y eso no le hace ningún bien a tu bebé-respondió el azabache mayor con preocupación.
-no tengo hambre. Solamente quiero que estos mareos se me quiten.
-vamos, tienes que comer algo. Pediré que alguien te traiga algo y mientras yo iré por tu medicina-Masamune lo miró sorprendido. Jamás pensó que el mayor se comportaría de esa manera con él.
-¿por qué estás haciendo estas cosas? Se supone que tú...
-no, no se supone. Tú me gustas y mucho, y quiero que tú y tu bebé estén bien. Aunque no lo parezca, soy un hombre que se preocupa por sus seres queridos. Sé que has escuchado cosas malas sobre mí, pero también hay muchas cosas buenas, que la mayoría de la gente no sabe apreciar.
-¿en serio? ¿Como cuáles?-preguntó con curiosidad. Al parecer, los malestares fueron disminuyendo poco a poco.
-después lo haré. Por el momento, iré a conseguir tu medicina y también debes comer algo, ¿sí?-el azabache menor asintió.
-también hay algo que quiero pedirte. No sé si sea lo correcto, pero ¿me dejarías ver a Akihiko una vez más?-le suplicó.
-¿por qué quieres hacer eso? Aún estás débil, y...
-por favor, te lo suplico.
-de acuerdo, pero te diré una cosa: si te atreves a hacer algo que pueda perjudicar a Usami o a ti, no tendré otra opción más, ¿está claro?
-sí, gracias-lo miró agradecido.
-está bien. Tú-señaló hacia uno de los guardias. Este se acercó casi enseguida-. Quiero que acompañes a Masamune al lugar donde se encuentra Usami Akihiko, ¿entendido?-el sujeto asintió. Dicho esto, Yasuda se marchó y el sujeto ayudó a Masamune a levantarse para poder bajar de nuevo al sótano. Bajaron las escaleras lentamente y al final se detuvieron frente a una puerta. El guardia se quedó fuera y Masamune entró. El peli plata se sorprendió al oír que alguien abría la puerta y ahí pudo ver al azabache.
-Masamune...

Un amor dolorosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora