EN EL CREPÚSCULO

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Caminaba junto a una versión más pequeña de mí. Trataba de entablar una conversación con ella y romper la incomodidad que había, pero la menor simplemente respondía con "Pronto escucharás la voz del Crepúsculo y por eso no tendremos necesidad de hablar".

Era el mismo lugar dorado dónde sucedían las batallas, había edificios derrumbados y nada, todo era dorado, con arena. El tiempo estaba pausado, no había viento, nada más que escombros.

—Tengo hambre —solté de la nada. No era verdad.

—El tiempo se ha detenido para nosotras, es imposible que tengas hambre o sed —informó.

—Vayamos a algún fragmento a comer kimchi, kimbimbap, no importa si es incluso ramen instantáneo —odiaba ese silencio incomodo, se me hizo más fácil hablar hasta hacer a mi mini yo llegara a su límite.

Era un fragmento muy parecido al mío, no había vaqueros, robots, casamientos obligatorios, era normal, igual que el mío.

Pude ver de lejos a mí yo. Era muy diferente, en lugar de estar con las chicas (Shuhua, Yuqi, Minnie, Soyeon y Soojin), estaba con las mismas personas que estuvieron con mi doble (Jisoo, Jennie, Rosé y Lisa), pensé que en todos los mundos la historia era igual. Sin embargo, la historia cambiaba.

—El Dios imaginario que inventé porque se me olvidó la respuesta en el examen de quinto grado, dice que Tae está en este fragmento, ¿por qué no lo comprobamos?

—Así que tú también respondiste esa pregunta de esa manera —musitó.

Estábamos en una especie de cuarto con varias representaciones de la habitación de Taeyong. Su cama roja, sus juguetes, comics, discos, todo estaba en su lugar; el cuarto lucía como si aún no hubieran pasado casi seis años.

—No importa el mundo, él siempre desaparece ese día, créeme, he visitado varios, y en ninguno hay rastro.

—Tal vez en los que hayas visitado fracasaste, aunque puede que lo encuentres en el siguiente o el siguiente del siguiente.

—¡Eso es imposible! —exclamó.

Tras mi insistencia, ella decidió llevarnos a distintos fragmentos.

En ninguno existía Lee Taeyong, en algunos él murió en algún accidente o desapareció. Pero en cada uno de ellos había una Miyeon fuerte, valiente, rodeada de amor, siendo feliz, teniendo amigos, saliendo adelante; existía una Miyeon que en lugar de darle a su pasado el poder de cambiar su futuro, le daba más importancia a su presente.

Era el tipo de persona que debí haber sido desde el principio, pero me aferré a algo que no debía.

El mundo depende de nuestras acciones. Ahora me doy cuenta del verdadero significado de aquellas palabras.

—No podemos rendirnos, si él estuviera en nuestro lugar, seguiría buscando —dije, y era verdad, él sería capaz de dejar todo solo por encontrarme.

—Puede que tengas razón —susurró.

La habitación se oscureció, solo aparecían pantallas con lo que sucedía en los otros fragmentos.

—Siempre que estoy mal, pienso en él. Me empiezo a presionar más, me da fuerzas para seguir. Constantemente me pregunto qué haría él en la situación donde me encuentro. —confesé— Tae sigue dentro de mí y también de ti.

—Desde el día que desapareció dejó de existir —dijo con frialdad, sé que es cierto.

—Ese día lloré demasiado, pero no porque lo perdí, sino porque nadie pensó que era mi culpa, quería que me culparan e inconscientemente comencé a odiarme por haberlo hecho, ¿también tú lo hiciste? ¿Lloraste? ¿Te culpaste por algo que no era tu responsabilidad? ¿También pensaste que debían castigarte por ser tan egoísta? Llorar por ti, culparte y odiarte a ti, a ti y a nadie más que a ti. —declaré— Tú no te llenaste de mentiras, tú preferiste abandonar cualquier tipo de emoción, pero se debió a lo mismo, ¿verdad?

—¡No tenía opción! —gritó.

Las pantallas se rompieron y el escenario cambió.

Habíamos vuelto al mundo dorado.

—El Crepúsculo me llamó, y desde ese día borré el mundo, abandoné todo, me rendí, renuncié, pero... —nos había encerrado en una especie de cubo, volteó los alrededores, el suelo se había convertido en paredes, nos estaba encerrando— ¡Tú hiciste amigas y sonreíste! ¡Pudiste volver a ser feliz! ¡No es justo! ¡Debiste haber perdido todo!

—Al igual que tú, yo también he visto muchos fragmentos —comencé a acercarme a ella— Y ahí fue cuando me di cuenta que Cho Miyeon tiene muchas posibilidades diferentes, pese a eso me vende los ojos y evité cualquier posibilidad, me dejé llevar por el dolor y todo lo que sentí cuando le pasó eso a Tae, pero no culparé a nadie. Shuhua y Seriyeon me dijeron que debo enfrentarlo, el mundo es el resultado de las acciones que tomamos, una vez que lo aceptes podrás ser libre, yo seré libre.

El escenario había vuelto a su forma original. Terreno dorado y plano, restos de edificios.

—Pero si hago eso, no habrá nadie que piense en Taeyong —su voz era una mezcla de tristeza y decepción.

—No hay porque olvidarlo, justamente ahora puedes recordarlo y llorar —me agaché hasta quedar a su altura— Está bien, llorarás por él desde el fondo de tu corazón y no por ti.

—¿Crees que Tae me perdonará?

—Claro, mientras eventualmente el mañana se vuelva el hoy. Taeyong siempre estará con nosotras —le sonreí.

—¿Todo este tiempo él estuvo aquí? —puso ambas manos en su pecho, y asentí.

Me abrazó y comenzó a llorar desesperadamente gritando el nombre de nuestro "hermano".

Sentí algo cálido en mi espalda, alrededor nuestro, pero lo ignoré, supuse que era el sentimiento.

Todo este tiempo, estuviste junto a mí.

Abrí los ojos y estaba en la orilla de la playa.

Adiós yo, espero volver a verte.

Extrañamente me sentía algo aliviada, como si un gran peso se me haya quitado de encima.

Soy libre.

—¡Miyeon! —mis amigas estaban ahí. Me habían esperado.

—¡Regresé! —comencé a ir hacia ellas.


5:55 | (G)I-DLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora