NUESTRA PROPIA ISLA

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Miyeon llegó a Anteiku con la idea de ir a la playa, era otoño, pero milagrosamente pudo convencer a sus amigas, a excepción de Yuqi.

El doble de Shuhua llegó y les ofreció una frecuencia a un lugar donde habría sol, mar, calor; un clima diferente al suyo.

Yuqi fue el enlace, aunque no contaron en caer un escenario muy distinto a los demás.

Estaban en medio del océano, pero cerca de una isla. Así que nadaron lo más rápido a la orilla de ésta.

—¡¿Por qué mierda no nos dijiste que el árbol sagrado estaría bajo agua?! —se quejó la pelinegra con su doble.

—Aquí cada quien tiene una isla —dijo la otra Shuhua, ignorando a ésta— Hay que hacer una parrillada, nadar me dio hambre.

De pronto un dron trajo una gran caja grande y otra más pequeña.
La grande contenía una parrilla, la cual armaron con ayuda de la su Shuhua. Y la pequeña traía carne, marisco, verduras, etc.

Aquí tiene —habló el dron— Son Smartphone de regalo.

—Pueden pedir lo que quieran, probar ropa y si no les gusta, la devuelven y ya —explicó la pelinegra más alta.

Mientras Soyeon, Soojin, Minnie y la otra dimensión nadaban, Miyeon y Shuhua preparaban todo para su parrillada.

Después de lo que se convirtió en su cena, entraron a la casa y durmieron, cada dos en una habitación, pero Miyeon y la pelinegra se quedaron en la sala.

Ni la castaña y mucho menos Shuhua, confiaban ciegamente en el doble de ésta, como lo hacían con Seriyeon.

Cuando amaneció todas estaban con el aparato como si su vida dependiera de ello. Pedían y devolvían cosas, jugaban y gritaban.

—Oye, ShuShu, ¿de quién es esta isla? —se dirigió al doble de su mejor amiga.

—De Shuhua —respondió— Ella pagará todo lo que pidan.

—¡Eso es robar! ¿Dónde está nuestra yo de este mundo? —exclamó la pelinegra.

—¿Robarme a mí misma? —rio sarcásticamente— No es de nuestra incumbencia, ve el lado bueno, tenemos una isla y podemos pedir lo que queramos.

Mientras éstas se peleaban sobre lo que le pasaría a la Shuhua de esa dimensión, Miyeon llamó a un dron para que le enviara un mensaje a Yuqi.

No tardó demasiado y obtuvo su respuesta:

"Gracias por la carta, estoy pasando un buen tiempo sola, nos encontraremos al amanecer para volver a nuestro mundo, disfruten del sol y la playa."

—A veces, las personas prefieren pasar tiempo a solas —comentó Shuhua al leer la carta— Una chica como tú probablemente no lo entienda.

—Creo que tienes razón, pero le escribiré otra —en esta ocasión no hubo respuesta.

El sol comenzaba a ocultarse y la doble de Shuhua desapareció.
Todas entraron a dormir.
Otra vez amaneció y aquellas tres estaban con grandes ojeras, desde lejos podía verse que no pegaron el ojo en toda la noche.

—ShuShu —susurró la castaña en el oído de la pelinegra.

—Ya te dije que no me digas de esa forma —respondió con la voz algo ronca, todavía estaba despertando— ¿Qué sucede?

—¿Es normal que se hayan obsesionado bastante con comprar, jugar, tomarse selfies?

—¿Acaso no durmieron nada? —se puso de pie para exclamar con voz autoritaria—: ¡Dejen esas cosas, ahora!

5:55 | (G)I-DLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora