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-¡Señorita Vargas, preste atención a la lección! - gritó el maestro de física.

-Estoy prestando atención y para que le quede claro, no soy mujer - se defendió Martín.

-Marina no digas bobadas, naciste siendo mujer y morirás mujer - afirmó el hombre.

-Mire, me parece que esto es algo que no tiene nada que ver con su materia así que podemos olvidar el tema - dijo Martín.

-A mí ni se me contesta, señorita Marina - aseguró el profesor y se escucharon algunas risitas en la clase.

-Martín, me llamo Martín - insistió.

-Uy perdón, que la princesita se enoja - le hizo burla uno de los chicos de los que estaban al fondo del salón.

Martín apretó los labios, agachó un poco la cabeza y se mantuvo en silencio.

-Ya no eres tan valiente ¿eh? Marina - continuó diciendo el chico y el maestro solo sonreía ante la situación.

-¿¡Está sordo o qué?! ¡Mi nombre es Martín! - gritó él, perdiendo la paciencia que le quedaba.

-¡Señorita Vargas, ese comportamiento sí que no lo permitiré! - le regañó el profesor -. ¡A dirección ya mismo! - añadió.

-No, hasta que comprenda que soy un chico de esta silla no me levantaré. Y créame puedo ser muy persistente - se negó Martín.

El hombre parecía soltar humo por las orejas y su cara se había vuelto roja de la rabia. Sin cuidado alguno agarró el brazo de Martín y le obligó a levantarse, importándole poco si el joven se golpeaba con algo lo arrastró hasta la puerta mientras la clase reía y susurraba.

Aquello continuó hasta el despacho del director dónde el profesor de física interrumpió de forma muy maleducada.

-Señor Fernández ¿que le trae por acá? - preguntó el director -. Y veo que trae al joven Vargas, tomen asiento por favor - añadió cortésmente.

-Esto de acá faltó al respeto a uno de sus compañeros y a mí - afirmó el profesor de física -. Merece que le expulsen - añadió

Martín iba a protestar pero el director habló antes que él.

-¿No cree que el joven Vargas debería de explicarme su punto de vista? - preguntó -. Por favor Martín, cuénteme su versión - pidió amablemente.

-Pues verá, yo estaba prestando atención a la clase hasta que el profesor Fernández me llamó la atención equivocándose con mi género. Le corregí amablemente, pero insistió en que yo era una mujer y mi nombre era Marina - comenzó a explicar -. Intenté dejar pasar el asunto para no crear una escena, pero Fabián Rodríguez se metió en la "conversación" y en vez de mandarlo a callar dejó que continuara echando leña al fuego - continuó -. Volví a decir que me llamaba Martín y era un chico, pero el profesor Fernández me regañó por supuestamente faltar al respeto a mi compañero - acabó de hablar.

-Entiendo ambos puntos de vista, pero estoy en una situación en la cual no se cual de los dos miente - comentó el director -. No voy a expulsarte, pero si va a tener que cumplir algún castigo cómo ordenar la biblioteca o recoger el gimnasio - añadió.

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-¿¡Cómo que te intentaron expulsar?! - preguntó Simón alarmado.

-No es nada, todo se arregló - afirmó Martín.

-Esto no puede quedarse así, no lo puedo permitir - dijo Aleho.

-Si lo llego a saber no les cuento nada - se quejó el menor.

-Se habrían enterado después - afirmó Isaza.

-Cállese, le dije que no les contaras e igualmente lo hizo - dijo Martín.

-¿Y que esperabas? ¿Aguantarte todo eso? - preguntó Villamil.

-Pues sí - afirmó Martín.

-Martín, somos como familia, estamos aquí para ayudarte, no somos tus enemigos - afirmó Aleho y el menor apartó su mirada del grupo de chicos para mirar un punto inespecífico de la pared.

-Creo que han olvidado el porque están acá, mañana tienen una actuación en el bar cercano. Deberían ensayar - dijo Martín cambiando de tema.

-Las clases no se van a anular por eso, así que siéntate - le dijo Aleho agarrando el brazo del menor para que este no se marchara.

-Bien, muestren su mejor actuación - dijo Martín sentándose en el sofá frente a ellos.

-Bueno, Isaza no es el mejor poniéndo títulos, así que esta se llama "Piedras" - dijo Villamil, el nombrado lo miró mal y Martín rió por lo bajo.

-Un, dos, tres - dijo Aleho para marcar la entrada.

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Creo que ha pasado demasiado tiempo desde la última vez que os di las gracias, por eso os vuelvo a contar lo muy agradecida que estoy por todo el apoyo en mis historias. Muchísimas gracias de corazón.

~Diana

NO SOY ELLA | Finalizada | MoratDonde viven las historias. Descúbrelo ahora