NO SOY ELLA | Finalizada | Morat

18

-Muéstrame que no te se ha oxidado - dijo Aleho lanzándole unas baquetas a Martín, el cual las atrapó al vuelo.

-El único que está oxidado aquí es usted - afirmó Martín con una sonrisa burlona.

-Un respeto para tu padre - le exigió Alejandro apuntándole con la baqueta.

A pesar de que intentaron mantener su semblante serio ambos explotaron en carcajadas.

Mientras ambos hacían una especie de duelo de baterías, Isaza observaba desde el marco de la puerta con una sonrisa.

Desde que Martín había ido a Francia parecía más feliz que los últimos años en Bogotá, lo veía más suelto, más decidido a vivir la vida y tal vez un poco más infantil, pero le encantaba.

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- ¿Y si vamos a pasar un rato por ahí? - preguntó Simón casi muerto del aburrimiento en uno de los sofás.

- ¡Sí! - dijo Villamil con emoción.

-Yo no tengo pegas con ese plan - afirmó Aleho levantando la vista de su laptop.

-Mientras ninguno acabe borracho perdido no hay problema - aseguró Pedro.

- ¿Entonces sí? - preguntó el de lentes.

-Sí - respondieron los demás a coro.

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-Marto, ¿puedo pasar? - preguntó Isaza al otro lado de la puerta.

Había olvidado su celular en la habitación, al principio pensó en esperar a que Martín acabara de cambiarse, pero este estaba tardando mucho (demasiado para ser él) y puede que tal vez estuviera preocupándose de si le pasaba algo.

Al no escuchar respuesta por parte de su novio, entró a la habitación encontrando a Martín mirándose al espejo sin camiseta, pero con el binder puesto. No sabía a ciencia cierta qué era lo que estaba pasando en la mente del menor, pero especulaba que podía tratarse de uno de esos días en los que no era capaz de sentirse bien.

Con el mismo cuidado como si el chico frente a él fuera de cristal lo abrazó por la cintura y depósito un beso en su hombro.

- ¿Todo bien? - preguntó Isaza a Martín antes de besar su mejilla.

Marto pareció dudar unos segundos, pero al final dijo:

-Sí

- ¿Seguro? - insistió el más alto

-Completamente seguro - afirmó el menor conectando sus miradas a través del espejo.

-Sabes que siempre puedes contar conmigo ¿cierto? - le recordó.

-Claro que lo sé - afirmó Martín antes de darse la vuelta y besar a su novio.

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Nuestro grupo de personas favoritas se encontraban paseando por las calles entre anécdotas y risas que lograban que los demás viandantes les miraran como si fueran seres de otro planeta.

- ¿Es enserio? ¿Cómo se te ocurre golpear a Paulina con el bajo? - preguntó Martín entre risas mientras su hermano se ponía rojo de la vergüenza.

-Fue un accidente, lo juro - afirmó el de lentes cruzándose de brazos.

-Yo creo que fue aposta, aquel día ninguno estábamos muy felices - comentó Isaza.

Después de un largo rato en el que únicamente deambularon por la ciudad decidieron ir a un bar para pasar el rato y aunque Pedro les había dicho que no se emborracharan se podría decir que a Villamil le valió madres y ahora Aleho debía cuidar de que su novio no hiciera ninguna tontería y que quedara como un estúpido, mientras tanto Simón se reía de la situación del pobre Alejandro a la vez que charlaba con un viejo amigo con el que se había reencontrado por casualidad.

Por otro lado, Martín estaba sentado en un banco frente a la barra tomando una cerveza fría debido a la calurosa noche de verano mientras tanto Juan Pablo Isaza reflexionaba sobre la vida llegando así a la conclusión, después de una semana, de que estar enamorado en Madrid es muy diferente a estarlo en Bogotá, no sabe bien el porqué, pero es como si el lugar te llenara de una forma muy agradable. La gente, el lugar, simplemente increíble y que mejor que estar con la persona que más ama en el mundo.

Se giró a mirarle y se dio cuenta de que su chico ya lo estaba mirando antes y Martín le sonrió divertido.

- ¿Pasándola bien? - preguntó el más bajo.

-Pues sí, la verdad - respondió el del sombrero -. Aunque empieza a hacer mucho calor acá dentro - añadió.

- ¿Quiere que salgamos un rato para tomar aire? - le propuso.

-Está bien - aceptó.

Ambos se levantaron de sus asientos y esquivando a toda la gente llegaron a la puerta. Al salir el aire fresco golpeó sus cuerpos, logrando así que Martín se pusiera la chaqueta que llevaba en las manos mientras que Isaza respiraba profundamente, alegrándose de ya no oler una asquerosa mezcla de sudor y alcohol.

-Últimamente lo he notado mucho más feliz - comentó Isaza mirando a su novio.

-Podría ser... - dijo Martín.

-Me alegra mucho - afirmó el del sombrero.

-Tal vez se deba a que a la niña que estoy cuidando este pasando por lo mismo que yo y el reencontrarme con un viejo amigo, ¿recuerda a Santiago? - dijo el más bajo.

- ¿Aquel que te trataba como un hermano menor y amenazó a dos niñas porque te dijeron algo y él las hizo llorar? - preguntó Juan Pablo con gracia.

-Ese mismo - aseguró el menor.

-Ojalá podamos seguir así de felices con la vida - dijo Isaza.

-No sé qué nos depare el futuro, pero el ahora no lo desperdiciemos preocupándonos - dijo Martín.

El más bajo se acercó al contrario y como pudo logró que el contrario se agachara para poder así besarle. Beso el cual fue correspondido por el mayor y así es como Juan Pablo Isaza decidió que no había trago que supiera tan bien cómo los labios de su novio a las afueras de aquel bar en Madrid.

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Hace dos días descubrí Hamilton y me encantó, tanto que empecé a darle la lata a Cati con ese musical xdxd

~Diana