La beso haciéndome dueño de sus labios. Esta vez no dejo que ella sea quién lleve el ritmo, la sorprendo con esta acción. La sujeto fuerte contra mi queriendo todo de esta mujer. Quiero sentirla de mil formas.
Ella queda bien sujeta a mi cintura y eso hace que mis manos se trasladen a su trasero para tocarlo. Ella abre los ojos apartándose y la mirada oscura que me dedica no hace más que hacer crecer mi miembro.
La beso de nuevo sujetando su rostro y meto mi lengua en su boca. Ella jadea y se une a la conversación que nuestras lenguas tienen y la cercanía porque ambas se comprenden bien. Muerdo y luego chupo su labio inferior para separarme y darme cuenta de que su respiración se encuentra agitada como la mía.
Me encanta como siendo una mujer peligrosa, una mujer capaz de matar, torturar y convertirse en la mujer de tus pesadillas puedan sus mejillas cubrirse de rojo al excitarse. Kagome me dedica la pequeña sonrisa que suele utilizar para hacerme perder la cordura. Es hermosa joder, ella puede ser la Diosa más hermosa que este jodido mundo ha creado. Una Diosa preciosa, peligrosa, sensual. Una combinación que es el pecado de cualquier hombre que se atraviese en su camino.
Camino despacio con ella hasta sentarme en la cama con ella a horcajadas de mí. Toco sus muslos sintiendo las botas largas que ella lleva. Acerco mis manos a su cintura y tomo el abrigo quitándolo de su cuerpo. Respiro hondo al ver el sujetador rojo que Kagome lleva puesto. Ella me guiña un ojo sin molestarse en ocultar su cuerpo, me encanta su confianza en sí misma. Ella sabe que es una Diosa, ¿Por qué ocultaría su belleza?
Mi dedo se desliza por la piel que acabo de exponer ante mis ojos. Desde su cuello hasta las copas del sujetador que cubren un maravilloso lugar de Kagome.
—¿Qué esperas?—mi mirada se levanta y la miro a los ojos. Ella me dedica una sensual sonrisa, su mano sube hasta mi mejilla para acunarla. Se acerca y sus labios rozan mi oreja enviando las sensaciones correctas para endurecerme—no quiero que te detengas Inuyasha, te quiero complementado a mí en todos los jodidos sentidos—lamo su cuello y la aparto.
—Si continúo temo no poder controlarme, todavía estás herida Kagome, no tendremos sexo—aclaro y ella sonríe.
—¿Me dejaras así?—pregunta haciendo un puchero que me hace bajar la mirada a sus labios y luego a sus pechos aún cubiertos por la tela del sujetador.
—No—mis manos recorren su espalda y quito rápidamente su sujetador. Ella de encarga de terminar de sacarlo de su cuerpo y lamo mis labios.
He visto pechos de chicas antes. No es un misterio que luego de estar con Miroku muchas chicas se acercaban a mi buscando más que solo un beso, por lo cual muchas me mostraron la creación delantera más hermosa. Sí, soy un poco fanático de pechos femeninos.
Pero mirar los pechos de Kagome en vivo me hace volver a lamer mis labios. Su busto es perfecto. No es exageradamente grande, ni pequeño. Es perfecto con unos pequeños pezones que justo ahora me gritan y me llaman. Mis dedos lo tocan y Kagome muerde sus labios. Me maravillo al sentirlos y los toco causando que ella se mueva un poco sobre mis caderas. Bajo su atenta mirada llevo uno de ellos a mi boca, mi lengua sale y lame su pecho para luego succionar y morder. Ella gime y el sonido me parece más que erótico.
Me entretengo en sus senos. Todo el tiempo posible para calmar las ganas que tengo que comerla entera. Kagome cierra los ojos y echa la cabeza hacia atrás. Mientras atiendo uno con mi lengua y labios, al otro le dedico atención con mis manos. La veo perderse en lo que le hago sentir y sonrío. Me separo de ese hermoso lugar de su cuerpo para, despacio, acostarla en la cama.
Toco sus botas nuevamente y mis manos suben por sus muslos. Ella me sonríe y abre las piernas. Levanto la falta corta hasta su cintura viendo las pequeñas bragas que lleva. Las quito y respiro hondo. Kagome no va con pequeñeces, ella me abre las piernas y mis ojos no pueden ver más allá que no sea lo hermosa que es esta mujer desnuda.
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Guerra de pandillas
FanfictionInuyasha Taisho es un chico guapo, algo que cualquiera que lo viera no negaría. Es un nerd de primera, pero eso lo hace encantador. Nunca se ha involucrado en malos pasos, eso hasta que su primo se queda a vivir en casa se él. Una carrera ilegal, u...