Capítulo 37

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*Narra Ela*
Lilya no paró de insistir en que fuera a trabajar y no siguiera con la excusa de estar enferma, que no me aprovechase de la situación. Ahora estaba en el bar atendiendo a unos clientes.
- Una coca cola y un nestea. Enseguida les traigo su pedido. ¿Les apetece algo de comer con sus bebidas?
- No, así está bien.
- Entendido, iré por sus ellas entonces.
Me acerco a la barra y le pido a Brayan, el jefe, que me pase las cosas.
- Estás trabajando muy bien para haber venido de estar enferma. Aunque se te nota más apagada y callada de lo normal. ¿Estás bien?
- Sí Brayan, estoy bien. Voy llevar esto a la mesa 5.
- Antes de eso. Quiero hacerte una pregunta. ¿Tienes algo que hacer esta noche? - de la sorpresa casi me cae la bandeja.
- Brayan... No es ético que salga contigo.
- ¿Y eso por qué?
- ¡Eres mi jefe! - grito en un susurro - Voy a llevar esto ya.
- Ela... - me agarra del brazo.
- No Brayan... No voy a salir contigo, lo siento... - me suelto de su agarre y por fin vuelvo al trabajo.

Por fin se acabó mi jornada de hoy. Son las 6 de la mañana... Haber vuelto un sábado no fue buena idea, por suerte no vengo hasta el lunes...
- Ela - me llama furioso mi jefe.
- ¿Qué pasa Brayan?
- ¿Sigues diciendo que no a lo de venir conmigo?
- Brayan, no. Ya me obligaste a quedar hasta cerrar porque si no me echabas. Cosa que está mal... No me voy a ir contigo. Ni loca vamos. - se acerca a mí y agarra mi brazo, su aliento huele a alcohol - Me estás lastimando. Brayan...
- Eres una perra asquerosa. ¿Quién te crees para rechazarme? - me pega una bofetada, recuerdos de cuando me pegaba mi madre me vienen a la mente, trato de evitar sollozar y aguantar las lágrimas - No eres más que una furcia barata. Das asco, encima que tengo compasión por ti y estoy dispuesto a follarte me rechazas... Esto no se queda así - otra bofetada aún más fuerte hace que caiga al suelo.
- ¿Por qué me pegas?
- Porque es lo que hay que hacer para domar a fierecillas como tú. Vas a acabar en mi cama quieras o no. Por hoy te lo dejaré pasar ya que estuviste enferma... - me coge de los pelos - Pero no cantes victoria todavía. Ah, cierra cuando acabes de limpiar - me dice mientras me suelta la cabeza de un empujón y me tira las llaves al lado. Después de esto se va dejándome sola, me levanto y empiezo a limpiar el bar yo sola mientras trato de no llorar.

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