Capítulo 11

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*Narra Ela*
Me lleva hasta su casa que no está muy lejos de donde yo vivía. Es un piso muy bonito con un estilo moderno muy impactante. Todo tonos negros con las paredes blancas hacen un gran contraste. En una de las paredes, en el salón detrás de la televisión de plasma, tiene pintada la visión de New York de noche. Es una pasada.. me encanta.
- Si quieres puedes instalarte en la habitación de invitados que está al fondo del pasillo a la izquierda. Ya te dejé las maletas ahí.
- Sí gracias por todo.
- Tiene su propio cuarto de baño... por si te quieres asear o... lo que sea.
- Vale. Iré a darme un baño.
Me meto en la habitación y me dirijo a la ducha lista para poder relajarme debajo del agua caliente.

*Narra Kevin*
No sé qué hago. He traído a una desconocida a mi casa. Pero... me dio ternura. Sus ojos me siguen hipnotizando cada vez que me miran.
Aún así tiene que salir rápido de aquí. Dejaré que pase la noche y que se vaya mañana.

Ela... lleva media hora metida en la habitación. ¿Le habrá pasado algo?
Me levanto y voy al cuarto para ver si está bien.
Estoy delante de la puerta. Doy un toque y la abro.
- Ela, ¿necesitas algo?
- ¡Ahhh! ¡Kevin fuera!
Mis ojos se abren como platos. Delante de mí está ella en ropa interior solo con la toalla para secarse el pelo. No sabe dónde meterse para tapar su cuerpo... trata de ocultarlo con esa toalla pero aún se ve mucho de ella. Rápidamente formulo una disculpa y salgo de allí dirigiéndome a la cocina.
- Madre mía que cuerpo tiene la princesita.

(***)

Han pasado quince minutos desde que pillé medio desnuda a Ela. Aún no ha salido de su habitación. Seré idiota. Tenía que haber esperado para que me diera permiso para entrar.
Escucho una puerta abrirse y veo a Ela ir a la cocina. Lleva los auriculares puestos y el teléfono en el bolsillo del pantalón corto negro. Va tarareando una canción y se la ve muy animada. Se está sirviendo un vaso de zumo. Da gusto verla tan natural.
Me levanto y me siento en la barra de la cocina mirándola fijamente. Se da la vuelta y me mira directamente a los ojos... se ha puesto roja. Se da la vuelta dándome la espalda y se quita los los cascos.
- Princesa por mí no pares, te mueves muy bien. - le digo con voz ronca pero a la vez dulce y le miro provocativo. Se gira con los ojos como platos y me empiezo a reír. 

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