Capítulo 39

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*Narra Ela*
Son las siete y media de la mañana, por fin llegué a mi casa. Lo único que me apetece es ir directa al baño para lavar lo dientes y poder dormir pero al ver mi reflejo en el espejo no pude evitar soltar una mueca de disgusto. Me toco el labio con un dedo, suelto un quejido, duele, lo tengo hinchado. Tras el golpe de Brayan lo tengo muy mal, restos de la sangre siguen en la comisura. Finalmente decido lavarme la cara y los dientes. Al acabar me dirijo a mi cuarto pero antes de que llegue a la puerta sale Lilya de su habitación.
- Hola - bosteza - ¿Qué haces levantada a estas horas?
- Fui al baño. Volvía a cama ahora.
- ¿Y duermes con ropa de calle? Pero, ¿no salías hoy temprano de trabajar? - se frota el ojo derecho.
- Me hizo doblar turno y limpiar antes de irme. Acabo de llegar.
- Ya... ¿Por qué no me miras de frente en vez de estar de lado y mirarme de reojo?
- Por nada...
- Venga, mírame - cuando quiero negar ella ya me puso de frente - ¿¡Pero qué te ha pasado!?
- Me llevé un golpe en el labio. Lilya tengo sueño, voy a dormir. Buenas noches - trata de interrumpir - He dicho buenas noches.
La dejo con la palabra en la boca, me meto en mi habitación y me pongo a dormir.

(***)
A las once de la mañana mi móvil me despierta. Es Brayan.

*Llamada telefónica*
- ¿Brayan qué quieres?
- ¿¡Dónde cojones estás!?
- Brayan hoy es mi día libre, estaba durmiendo. Llegué a casa hace tres horas...
- ¿Día libre? ¿¡Piensas que después de estar días sin venir te voy a dejar días libres en lo que queda de mes!? ¡Ven aquí ya!
- Ya voy...
*Fin llamada telefónica*

Me levanto de la cama y me visto. El cuerpo entero me duele, estoy agotada.
- ¿A dónde vas?
- Brayan me llamó, tengo que ir a trabajar.
- Me dijo Lilya que llegaste de madrugada, amaneciendo, son las once de la mañana. ¿Tú cuando descansas?
- No sé Max. No me comas la cabeza tú ahora. Me voy - le doy un beso en la mejilla y me marcho.

(***)
Como el bar está a quince minutos andando decidí ir a pie, así me despierto de una vez para poder trabajar más despejada.
A cinco minutos de llegar veo a Kevin con una chica morena, casi de su altura, ojos claros. Están riéndose y se les ve muy felices. Sigo de frente, espero que no me vean. No quiero que Kevin me vea con el labio hinchado.

*Narra Kevin*
Haily me convenció de salir a dar una vuelta para que me despeje y después ayudarme con lo de Ela. Estábamos caminando por la calle contándonos anécdotas de la infancia.
- Y fue así como acabé corriendo por el hospital medio desnuda con seis años - nos reímos.
- Te imagino escapando así del doctor tras la revisión médica para evitar poner las vacunas y me da un ataque de risa. Pero lo peor es que a mí me pasó algo parecido. Solo que era desnudo de todo y fue delante de toda mi familia tratando de evitar que mi madre me castigase por no bañarme - nos reímos más fuerte.
Así pasamos media mañana hasta que de repente siento algo extraño en mi pecho. Tengo la extraña sensación de que nos miran, cuando me giro veo como Ela se gira y se va por la calle de al lado. No sabe que la vi.
- Hey, ¿qué pasó?
- Acabo de verla. Acabo de ver a Ela. Se fue por aquella calle.
- ¿¡Y qué haces aquí todavía!? ¡¡¡Síguela Kevin!!! ¡CORRE!
- Pero, ¿y tú?
- ¡No me voy a perder! - bufa - ¡VETE QUE LA PIERDES!
- Gracias, te quiero pequeña - le beso la mejilla y echo a correr.

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