13. Calma después de la tormenta. (MARATÓN 6-6)

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—¡Reiner! —grité casi sin querer por la felicidad que me produció ver que estaba bien.

Marco le llevaba mientras Reiner le rodeaba con los brazos. Jean estaba más o menos alejado de ellos, siguiéndoles por detrás. Pude ver como Ymir y Krysta tenían una sonrisa dislumbrante en su cara.

—Por suerte no tiene ningún rasguño. —nos tranquilizó Marco.

Reiner se sentó con nosotros. Tenía una expresión demasiado confundida en su cara. no podría saber exactamente en qué estaría pensando. Al principio miraba al suelo, pero luego dio una vuelta con su mirada y nos miró detenidamente.

—Estáis bien... —dijo débilmente como si fuese a llorar al ver a nuestras amigas que hace un tiempo creía que les había pasado lo peor.

—Os estábamos buscando. ¿Irónico, verdad? —A pesar del reencuentro tan esperado, Ymir seguía con su típica ironía.

Marco y Jean se veían completamente diferentes a cuándo los había visto por última vez, pero seguía sintiendo mucha gratitud por ellos;

—Muchas gracias a los dos, de verdad... Si hay algo en lo que os pueda ayudar... contar conmigo.

No recibí más respuesta que una sonrisa de aprobación por parte de Marco. Jean parecía enfadado con algo, pero sabía que me había escuchado.

—Yo me voy yendo ya. Me alegro haber podido ayudar. —Marco se despidió de nosotros mientras sacaba su móvil.

—Yo también me voy. —y Jean también lo hizo, sin decir mucho más.

Fue raro. Pues sabía que esos dos tenían una muy cercana relación, por lo que supuse que cuando Marco se despidió, Jean también lo seguiría. Pero en cambio, los dos tomaron caminos completamente diferentes, como si se estuviesen evitando a propósito.

—Nosotros también deberíamos irnos ya, mejor si nos acompañamos. —recomendó Reiner, a lo que todos le hicimos caso— Emm, ¿dónde está vuestra casa? Vamos a organizarnos.

–––––––

Yo, Ymir y Krysta sabían perfectamente que queríamos hablar de lo que había pasado con Reiner, pero nos quedamos en silencio todos. Al fin y al cabo, no dejaba de ser alguien que habíamos conocido esta mañana, y seguro que hay muchas cosas que no sabremos de él. Pero ni un simple "¿Estás bien, Reiner?" nos atrevíamos a preguntar.

Llegamos a la casa de Krysta, todo se me hacía demasiado rápido. Parecía que hace 5 minutos Reiner y yo las estábamos buscando porque estaban desaparecidas.

—Nos vemos mañana, chicos. Y tener cuidado de vuelta a casa. —dicho esto Krysta, se despidió.

Pude ver como Ymir se despedía de ella con simplemente lanzarle un beso, ella le sonrió y desapareció entre la puerta de su casa

Seguimos caminando, sin mucho más que decir. En algún momento miraba a los ojos de Ymir, pero ella no hacía nada.

Y puedo jurar que, mientras andabamos, vi cómo un coche pasaba, y al mirar hacia él, ahí estaba Jean, con una mano en la frente, apoyado en la ventanilla, y llorando. Eso confesó mis sospechas de que algo pasó entre él y Marco, pero, ¿cómo ayudarles? ¿estaría bien meterme en la relación de unos compañeros de los que no sé nada?

Estuve pensando en eso hasta que llegamos a la casa de Ymir.

—Adiós, Bertholdt y mi orangután favorito. —se despidió irónicamente, mientras Reiner le sacaba el dedo como chiste.

Y fue ahí cuando me di cuenta de que nos quedamos completamente solos. Haciendo como que ignoré ese hecho, di la vuelta y seguí caminando, quizás aprovechando que faltaba poco para la casa de Reiner -que unas calles después de ella, estaba mi casa-, tendría suerte de no correr ningún momento incómodo.

𝑯𝒊𝒈𝒉𝒔𝒄𝒉𝒐𝒐𝒍 𝑻𝒉𝒐𝒖𝒈𝒉𝒕𝒔 {𝑅𝑒𝑖𝐵𝑒𝑟𝑡}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora