18. La Propuesta 2/3 (MARATÓN 2/5)

152 22 5
                                    

Cuando finalmente llegué a mi casa, atravesando un camino que sólo fue acompañado por el ruido de los coches, la atmósfera cambió por completo. La entrada a mi casa ofrecía una vista que mostraba a su vez la sala de estar, el comedor y la cocina, por lo que era costumbre el encontrarme a mi madre nada más volver, normalmente preparando la comida.

Pero esta vez no era así. Me di cuenta inmediatamente, en cuanto dirigí mi mirada hacia la izquierda, donde estaban la cocina y el comedor, para encontrarme con vacío. Al analizar rápidamente que mi madre no estaba ahí, instintivamente miré hacia la derecha, a la sala de estar, y allí estaba.

Mi madre estaba sentada en una silla, apoyando el codo en una mesa circular de madera no muy grande que apenas usábamos, sus ojos, cuya dirección apuntaban a abajo, estaban cubiertos por la propia palma de su mano derecha, y al rato escuché tenues jadeos que salían de su boca, que sonaban como si estuviese llorando.

Y yo, con sólo ver eso lo primero en lo que pensé era que estaba en el lugar menos indicado, en el tiempo menos indicado, así que opté por irme de ahí lo antes posible. Sólo tenía que subir las escaleras.

—¡Bert! —me gritó, cosa que yo no me esperaba para nada, por lo que sentí cóm mi corazón daba un pequeño brinco—, ¿Tú sabes que te quiero, no? —ni siquiera se podía dignar a mirarme, pero ciertamente era mejor que observar sus, posibles, llorosos ojos.

No sabía qué responder, ni qué pensar, así que solamente subí a mi habitación lo más rápido que pude.

En cuanto terminé de subir las escaleras, abriendo la puerta de mi cuarto, para después entrar y cerrarla, y finalmente acomodarme, dejando mi mochila en el suelo, con mucho cuidado, y desprendiéndome de mi prenda superior, pero dejando únicamente una camiseta interior gris.

Me lancé hacia la cama, y sentí cómo mis músculos se relajaban al encontrarse con el tacto de mi colchón. Segundos después, recordé que mi teléfono estaba en unos de los bolsillos de mi pantalón, y al darme cuenta de ello lo agarré, acordándome que Pieck me había dado su número de teléfono hace nada.

No tenía nada que hacer, ni deberes, ni comida que consumir, ni un poco de diversión, así que sin pensar más en eso, agregó el número de Pieck. Primero pensó en llamarle por teléfono, pero después de pensarlo de forma rápida me dio pereza, así que sólamente le abrí en whatsapp.

¡Hola! Soy Bertolt, supongo que te acordarás de mí. Me diste tu número, no sé si me recuerdas ^^

Algo que en principio no tuve en cuenta fue que Pieck me dio su número por si quería hablar -del tema de Jean y Marco, supongo- Eso también me daba pereza, pero lo hecho, hecho estaba. Y no era una idea que me disgustase del todo.

Ahora no podía hacer otra cosa que no fuese esperar. Como no iba a estar todo el rato mirando el chat en la pantalla de mi móvil, me decidí por revisar otras aplicaciones, entrando a Instagram, donde podía ver las publicaciones temporales -o no- de los cantantes que seguía, además de otras personas de las que quizás ni recordaba porqué había decidido apretar su botón de seguir.

Aunque eso sí, no sabía ni el Instagram de mis amigos de la antigua escuela.

Estuve bajando por unos minutos por la feed hasta que un apartado de cuentas recomendadas me llamó la atención. Vi una cuenta, una foto de perfil donde Marco y Jean tenían sus rostros, sonrientes y rozando sus mejillas, y debajo de la foto un nombre que hacía algún tipo de combinación con el nombre de marco bodt, un número y color.

Entré a la cuenta, obviamente privada, y pensé que era mejor que siguiese siendo así para mí, porque no me sentía lo suficientemente confiado para seguir a alguien de mi Instituto, pero como no tenía nada mejor que hacer, me puse a examinar las cuentas recomendadas.

La cuenta de Jean tenía una foto donde solamente salía él, y una biografía vacía. El Instagram de Reiner parecía abandonado, tenía pocos seguidores, no tenía foto de perfil ni biografía, y el número de sus publicaciones era cero. Luego, por la contraparte, ví la cuenta de Pieck, donde salía ella con su grupo de amigos, donde reconocía a personas como Porco, otras que observé en clase de pasada, y por alguna razón su padre. Además, tenía una biografía mínimamente elaborada.

Estuve así unos cuantos minutos, completamente en silencio, solamente acompañado de los sonidos que producían los muelles de mi cama cuando cambiaba de posición. No encontré mucho más, Ymir y Krysta compartían fotos de perfil, al parecer eran de alguna serie, el icono de Ymir miraba a la izquierda, mientras que el de Krysta miraba hacía la derecha, como si de alguna forma su perfil les recordase cada vez que lo veían a la persona que tenía el ícono complementario. Annie parecía tener un perfil abandonado, y hasta juraría que había visto que el padre de Pieck también tenía instagram.

Cuando por fin me llegó la notificación de la respuesta de Pieck, abandoné Instagram, no si antes notar un cambio en la cuenta de Marco, la que al principio encontré. Su foto de perfil era diferente, pues Jean ya no salía en ella. 

𝑯𝒊𝒈𝒉𝒔𝒄𝒉𝒐𝒐𝒍 𝑻𝒉𝒐𝒖𝒈𝒉𝒕𝒔 {𝑅𝑒𝑖𝐵𝑒𝑟𝑡}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora