15. Impaciencia

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Tal y como esperaba, la ansia empezaba a consumirme. Sentía cómo la siguiente clase (de la cuál ni sabía qué era) llegaba pronto, y yo mientras tanto sentado en el sitio que, a pesar de estar al lado de Annie, no observaba su presencia por ningún lado, pero tampoco le di mucha importancia.

Mientras estaba ocupado mirando a la nada mientras me esforzaba por no morderme las uñas, la presencia de Reiner; su olor, sombra y forma corporal, se acercaban a mí.

—¿Pasa algo, Bert? —me preguntó, sabía exactamente que muchas cosas estaban pasando por mi cabeza desde que nos encontramos por la mañana, pero exactamente no sé si es por que él es muy intuitivo, o yo muy transparente.

—Estoy preocupado por... ya sabes, Jean y Marco.

—Oh, ¿en serio? —se cuestionó, desorientado, probablemente porque esperaba que dijese otra cosa—. Creo que no he notado nada raro de ellos.

Inmediatamente, y cuando Reiner pronunció la última palabra de su frase, las chicas Krysta y Ymir aparecieron por detrás; 

—¿De qué habláis? —preguntó Ymir curiosa, acercándose a Reiner y a mí de manera ligeramente amenazante.

Los dos nos miramos, preguntándonos. sin palabras, si acaso deberíamos responder; ni siqueira lo veía como algo que les interesase.

—¿Sabéis qué? Realmente no sé ni por qué pregunto si sé que estáis hablando de Marco y Jean. —se respondió a ella misma, impaciente por no recibir una respuesta nuestra—. Ví a Bertolt hablando con aquellos dos nada más entrar a la clase, además, no sabéis hablar bajito.

—¿Sabes algo de ellos? —pregunté.

Justo en ese momento, el profesor entró a la clase, causando como siempre una estampida entre los alumnos, que volvían a sus sitios.

—Sé que son amigos. —respondió, para inmediatamente después volver a su sitio junto con Krysta. Reiner hizo lo mismo, quién se largó en completo silencio, mientras yo me centraba en no acordarme de lo que observé ayer en el despacho de Erwin Smith, cuál cara me saludó nada más entrar por la puerta.

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Mientras el director hacía la diaria revisión de la lista de alumnos, Annie tuvo la "suerte" de justamente venir unos segundos antes de que su nombre fuese mencionado. Observé cómo se asomaba a la puerta, para después intentar escabullirse entre la clase para que pareciese que no había llegado a tarde y que antes de que viniese el profesor, ella estaba en su sitio. Juraría que en el proceso, el profesor la miró de reojo; al fin y al cabo no es que fuese tonto.

Cuando Annie llegó a su sitio, que se encontraba a mi derecha, intenté saludarla con una sonrisa, pero, como si nada, apartó su mirada de mí para centrarse en otra cosa.

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Un par de clases después, sobreviviendo al director explicando cosas que pasaron hace siglos, para después estar en clase de inglés, y, sin saber muy bien por qué, soportar que Reiner no me dirigiese la palabra ni la mirada, mientras observaba la mirada asesina que Pixis le dedicaba, y cuando termina la clase separarse de mí como si no existiese o como si no me sentase a su lado.
Había pensando en preguntarle algo, pero no, supuse que se lo tomaría peor y ahora y tenía demasiadas preocupaciones, quizás le preguntaría después.
Finalmente tuve clase de matemáticas, otra asignatura que, ni me interesaba, y encima se me daba mal. Quizás lo más "interesante" fue ver cómo la gente no paraba de mirar a la chica pelinegra que se decía era familia del profesor Levi, y saber que el rumor se había extendido peligrosamente.

El timbre sonó, y todos se fueron yendo mientras yo al salir comprobaba si Reiner Ymir o Historia estaban allí para no emprender de forma solitaria mi camino, pero como no ví a nadie, no tuve más opción.
Al estar en el extenso área de descanso, obviamente me decanté por buscar a Jean y Marco antes que saludar a otros de mis amigos, se había convertido en una prioridad.

Cosa que no tuve en cuenta hasta ahora, es que ellos dos no tenían ni idea de lo que yo tenía planeado, por lo que cuando ví a Marco, en el trayecto desde donde yo estaba hasta donde él estaba, tenía que pensar rápidamente en cómo intentaría reunir a los dos, y sobre todo, que no me odiasen.

—¡Bertolt! —me saludó mientras movía su mano y sonreía.

—¿Podemos hablar solas? —pregunté, sin ni siquiera saludar por mi nerviosismo, aunque sabía que Marco parecía el tipo de gente que a pesar de no saber a dónde le dirigía, me seguiría sólo para que yo pudiese estar contento.

Cerca de Marco, eche una rápida mirada a mi alrededor, y efectivamente, visualicé a Marco, le dije que se quedase donde estaba, ya un poco lejos de la multitud y que no se diese la vuelta.
Sospechoso, pero me haría caso, y la amabilidad de Marco le obligaba a confiar ciegamente en la gente.

Corriendo, fui hacia Jean, y durante el recorrido mi mente empezaba a convencerme de que lo que estaba haciendo era una mala idea, pero, ¿de verdad iba a dejarlo como estaba, y rendirme como si nada?
No, porque justo me encontré con el cuerpo de Jean, casi tropezando con él, pues no podía dejar de pensar en lo mismo.

—Bertolt, —me llamó mientras el bocadillo que estaba en su boca le impedía pronunciar mi nombre con total claridad— ¿qué era lo que querías?

No le respondí inmediatamente, mi indecisión de no saber qué hacer me empezaba a afectar y tardé demasiado en darme cuenta de que lo que estaba haciendo no era lo indicado, mientras Jean me miraba, esperando algo de mí, como era normal, yo estaba preparando otro "plan".

—Quédate aquí, ahora vengo. —dije, para después literalmente salir corriendo.

Quizás Jean en ese momento podría pensar muchas cosas de mí, y estar muy confuso sobre lo que acababa de pasar, pero ahora tenía todas las ideas claras en mi cabeza, por lo que volví a correr hacia Marco, quién seguía de espaldas, seguramente no se hubiese dado cuenta de nada, y era mejor así.

𝑯𝒊𝒈𝒉𝒔𝒄𝒉𝒐𝒐𝒍 𝑻𝒉𝒐𝒖𝒈𝒉𝒕𝒔 {𝑅𝑒𝑖𝐵𝑒𝑟𝑡}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora