Desperté, y me costó unos segundos para darme cuenta de la vida que estaba viviendo ahora.
Todo lo que viví anoche... todavía no conseguía asimilar por lo que había pasado.Había sido increíble.
Desde esa noche aprendí que las mezclas de emociones "buenas" con las "malas" formaban las mejores experiencias.
Y, poder conocer a gente que siento que me valoran, que se preocupan por mí, que sabía que podía contar con ellos... era indescriptible para mí. Pensar en todo eso me hizo levantarme con una sonrisa tonta en mi cara, y por primera vez en mi vida le puse entusiasmo a prepararme para ir al instituto. Ducharme, vestirme, y desayunar se sentía genial, y no como ese espantoso sentimiento de pereza o de intentar buscar una excusa barata para no ir.
Aunque por desgracia la realidad no tardó en golpearme. Había conseguido olvidarme de mi fría relación con mi madre, si tan sólo pudiese contarle todo esto y que se sintiese orgullosa de mí... Pero eso era trabajo de mi padre, y todavía no consigo despegarme de su recuerdo.
También me preocupaban Marco y Jean. Me gustaría, de verdad me gustaría, preguntarles cómo se sienten, pero siento que únicamente voy a estorbar.
Como sea,
bajé a desayunar, y por supuesto mi madre me esperaba con la comida, aunque siempre eran tostadas por lo que no era ninguna sorpresa.
Mientras desayunaba estuve todo el rato pensando en si contarle algo, pero ella no me hablaba, ni yo a ella, y como siempre, acabó en nada.–––––––
—¡Bert! —Reiner me saludó mientras hacía mi camino hacia el colegio, aún en la calle— ¿Por qué no vienes conmigo?
A pesar de que faltaba poco para llegar, decidí aceptar. Nada más verle, el sentimiento de culpa me invadió al recordar la mentira que le dije ayer.
"Sí, te considero mi amigo, Reiner."
Afirmé con la cabeza, mientras expresaba una sonrisa falsa que realmente odiaba hacer. Le seguí detrás de él.
—¿Cómo te encuentras? Por lo de ayer. —me preocupé por Reiner, o quizás sólo intentaba buscar algún tema de conversación.
—Estoy genial, Bert. —me sonrió, y yo lo hice de vuelta— Anoche aprendí bastantes cosas, me alegro mucho de que seas mi amigo. Y dejando una grata sensación en mí, seguimos andando.
–––––––
Si dijese que no me esperaba ver a aquella chica llamada Pieck, y además que me alegraría encontrarla y que ella me saludase, mentiría. Visualicé, pocos minitos antes de llegar al edificio, que estaría en la entrada, como cuando la conocí. Y justo ahí estaba, la miré sonriendo, incluso antes de que ella notase mi presencia; y cuando la notó, me sonrió de vuelta, alzando su mano.
Estaba con su padre, del cuál se despidió en segundos.
—¡Me alegro de ver que estáis bien! —dijo Pieck, y supe inmediatamente que sabía algo de lo que ocurrió la anterior noche. Parecía ser que aquí los rumores volaban como la espuma. Me preguntaba si Reiner, que seguía a mi lado, se estaba preguntando lo mismo— ¿Os parece bien si me acompañáis a clase?
Los dos asentimos, obviamente. La presencia de Pieck me traía seguridad y sentía curiosidad por saber más de ella, pero al mismo tiempo sentía que alguien como ella; que parecía llevarse bien con todo el mundo no quería ser mi amiga.
—Pieck, ¿cómo sabes lo que pasó ayer? —preguntó Reiner, confirmándome que hace unos minutos estaba pensando lo mismo que yo.
Con su típica seguridad que era común sentir cerca de ella, la pelinegra se dio la vuelta mientras caminaba, primer sólo giró su cabeza; más tarde el cuerpo para empezar a caminar para atrás, alarmando a Bertolt que estaba viendo que se iba a caer o chocar con alguien.
—¿Eres nuevo, verdad? —preguntó Pieck a pesar de ya saber la respuesta—. Quizás no sea algo que te guste, pero lo que tiene que todos nos conozcamos aquí es que es muy difícil esconder cosas, los rumores son muy comunes aquí. Aunque me preocupa saber que los rumores no tienen por qué ser verdad siempre.
Ya cerca de la clase de Pieck; noté cómo pronunció aquella última frase con cierta tristeza; en un principio no pude ignorarla, pero ni siquiera tuve tiempo de pensar en si le preguntaría sobre eso, pues ella ya planeó despedirse de nosotros cuando notaba que estaba más cerca de su clase.
Supongo que cada uno tenía sus problemas personales aquí.
—¡Hablamos luego si quieres, Bertolt! —se despidió, desvaneciéndose detrás de la puerta.
Un par de metros hacia delante, estaba nuestra clase; sentí la mirada de Reiner encima mía, mientras volvíamos a emprender el rumbo.
—¿Te cae bien esa chica, Pieck? —como suponía, Reiner me lo preguntó.
—¿Pasa algo? —no pude dejar que aquel tono con el que realizó su pregunta me intimidase. Con sólo eso, es como si lo dijese de mala manera—. Sí, me cae bien.
Reiner me miró un poco despreocupado, ahora parecía como si se estuviese metiendo en una charla en la cuál no quería seguir diciendo nada;
—No, pasa nada, sólo es un poco misteriosa. Nada más. —dicho eso, adelantó su paso y entró en la clase sin mí.
Por el momento decidí pasar por alto su extraño comportamiento; al fin y al cabo Reiner seguía siendo alguien desconocido para mí.
De todas formas, cuando entré en la clase, unos diferentes pensamientos me invadieron. Observé el aúla, y quizás por mi preocupación de esta mañana, lo primero en lo que me fijé fue en Jean y Marco.
Solían sentarse juntos, pero los dos estaban demasiado separados, supe al instante que no era ninguna casualidad. Casi por instinto, me dirigí a Marco, que estaba en la fila de sillas más adelantada. Parecía perdido en sus pensamientos.
—Marco, ¿podría hablar contigo en el descanso?
Él simplemente asintió con una sonrisa, para después volver a sumergirse en lo que fuese que le preocupase.
Sin más, y deseando que Jean no me hubiese visto hablar con Marco, me acerqué a él, que a diferencia del otro, estaba en la fila menos adelantada de la clase. Cómo no, el también parecía estar inmerso en sus pensamientos.
—Jean, ¿podría hablar contigo e el recreo?
Sin abandonar aquella seria expresión, asintió, para después yo retirarme y volver a mi clase. Sabía que me pasaría tres horas pensando en lo que haría, y preocupándome en exceso además de impacientarme, pero esperaba que la espera mereciese la pena.
En mi mente, me estaba dado cuenta de que la idea que tuve fue muy impulsiva, y quizás demasiado. Me dejé llevar por el pensamiento de intentar ayudar a aquellos dos, sentía como culpa además que sabía que no había hecho nada malo, pero no iba a arrepentirme por intentar ayudarles.
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Buenas, siento la demora en actualizar, pero volveré con el rumbo de actualizar cada semana, empezaré a partir de la semana que viene y será en sábado.
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𝑯𝒊𝒈𝒉𝒔𝒄𝒉𝒐𝒐𝒍 𝑻𝒉𝒐𝒖𝒈𝒉𝒕𝒔 {𝑅𝑒𝑖𝐵𝑒𝑟𝑡}
Fiksi PenggemarBertolt se tendrá que enfrentar a su nueva vida, aunque si es una experiencia agradable o desagradable dependerá de cómo se lo tome él. =Esta fanfic incluirá más personajes y parejas de shingeki no kyojin que Reiner y Beltort= Pausada.