10. Primer anochecer 2/4 (MARATÓN 3-6)

215 32 0
                                    

—Oye, chicos. —Reiner llamó la atención de las dos chicas, quienes dieron un poco salto al no esperarselo— ¿Sabéis algo de Annie?

Oh, no.

—¿Qué importa eso ahora? —Preguntó Ymir, gritando debido al alto ruido del lugar, un poco molesta— Vamos a disfrutar de esta noche, por favor.

—Por favor, Reiner, puede ser peligroso, quédate con nosotras. —ahora era Krysta la que le hablaba. 

—Me siento mal por no haberla invitado. —se pronunciaba Reiner con tono de preocupación.

Krysta le miraba con una cara como si no se lo pudiese creer;

—Seguro que ella está bien, Reiner. —intentó tranquilizarle Krysta otra vez, siguiendo agarrada a Ymir.

—No, no. Tú no la conoces como yo. —parecía que empezaba a volverse loco— Por favor, vayamos a su casa.

—¿Pero lo dices en serio? —dijo de forma incrédula la chica castaña y delgada.

Reiner paró, haciendo gestos extraños como ponerse a mirarnos a cada uno, como si nos estuviese examinando de alguna manera mientras se preguntaba a él mismo que por qué no le entendíamos. Era sub realista.

—Entonces... ¿vamos a su casa, o qué?

Obviamente nuestras caras ya le dieron una buena respuesta.

—Iré yo solo, entonces. —estableció de inmediato, como se sintiese un incomprendido, dejándonos a nosotros como si tuviésemos culpa de algo y le hubiéramos hecho sentirse mal. Podía notar que aunque teníamos la idea firme de que lo que Reiner quería hacer era estúpido, en el fondo sentíamos tristeza por él.

Ymir y Krysta, al igual que yo, no parábamos de mirarnos los unos a los otros, como si nos estuviésemos preguntando que si alguno iba a ir a por él, pero nadie parecía dispuesto.

Sería normal preocuparse, por supuesto. A estas horas de la noche, dejar campar a alguien que no parecía estar en sus facultades nos agobiaba. Al principio pensaba que Ymir, al ser tan atrevida, sería la primera que iría, pero estaba ahí congelada. Pensando en lo mal que podría salir parado Reiner, no sólo por estar solo, si no por querer ir a por Annie, rechiné los dientes con rabia y salí corriendo hacia su dirección. Ni siquiera miré para atrás, era raro en mí, pero me sentía decidido en cierta manera.

Fui atravesando la fauna de aquel lugar gritando el nombre de mi desaparecido amigo acompañado de la poca iluminación que la luz de la fiesta me brindaba mientras ya estaba más que alejado de la zona viendo cómo la gente faltaba, ni siquiera había alguna pareja que estuviese por ahí para querer estar solos. Acabé muchas veces al borde de caerme teniendo en cuenta el complicado y desconocido terreno.

Pero a pesar de la oscuridad, pude dislumbrar su cuerpo.

—¡Reiner, detente! —grité, ocasionando que se diese la vuelta.

—¿Pasa algo? —me preguntaba como si nada hubiese pasado.

Realmente no pensé dos veces en lo que le dije a continuación, simplemente lo solté mientras el aire me faltaba;

—¿Acaso estás loco? ¡Annie no quiere estar en esta fiesta, es tarde, ahora mismo estamos corriendo peligro, y, quién sabe, quizás Annie ni siquiera estar contigo!

Acto seguido, se llevó las manos a la cabeza, sentándose de forma rara en lo que sea que estuviese en el suelo.

—¿Reiner...? —susurré confundido.

—Lo siento.

Lo que dije le había afectado, sí, pero no sabía si era de una buena o mala manera. Creo que ni siquiera él sabía cómo se sentía.

—Por favor, volvamos con las chicas. Deben estar preocupadas.

Dicho esto, le ofrecí mi mano, para ayudarle a levantarse. Él la recibió con gratitud, dándome la seguridad de que no seguía en ese extraño estado de antes. Hace unos minutos se veía desesperado, intranquilo y paranoico, y sin embargo ahora parecía todo lo contrario.

—Muchas gracias, Bert.

Le ofrecí una cálida sonrisa casi sin darme cuenta, y cuando se recompuso volvimos por donde habíamos venido.

–––––––

Si hubiera sabido que iba a estar en esta situación en esta ahora mismo, ni siquiera habría ido a clases. Reiner, quién seguía a mi lado, estaba sudando y gritando como si no hubiera un mañana. Ciertamente, parecía que la vida se había acabado para nosotros dos.

Quizás una persona normal pensaría que Ymir y Krysta no están desaparecidas y es sólo una paranoia nuestra. Pero cuando llevas una hora que se te hace como si fueran 10, buscándolas desesperadamente por todos los rincones, intentando llamarlas por el móvil, preguntando a todo el mundo, diciendo que no les habían visto desde que nos separamos de ellas, incluso tener a gente buscando, ayudándonos.

A este punto no sabía qué creer, me gustaba pensar que las dos se habían ido a casa y no tendrían batería o algo así, pero, ¿si estaban preocupados por nosotros, se habrían ido sin más? ¿si se han ido a su casa como es que nadie las ha visto? No es que haya poca gente aquí, y prácticamente tienes vistas a todos los lugares de alrededor por ser una fiesta al aire libre. Y ni siquiera iba a preguntarle a Reiner, quién se veía fatal.

Quería llorar. Estaba a punto de llorar. Ya estaba llorando. 

Y no quería, rodeado de gente, ¿qué pensarían de mí?

Bueno, mejor pensando. Era normal en una situación así, ¿no? Pero yo me seguía sintiendo tan débil ante todo a lo que sucedía a mi alrededor, como si todo me pudiese, unas balas que yo no podía parar cargadas de todo lo que me estaba pasando apuntaban hacía mí.

Quizás no pasaba nada, y estaban a salvo, sólo que nosotros no lo sabíamos.

¿Pero y si no estaban a salvo?

Y las habrían secuestrado, o se habrían hecho mucho daño con lo que sea, o algo peor.

¿Y en qué estaría pensando Reiner?

¿Acaso se siente mal? ¿Siente que todo esto es su culpa? ¿O cree que no ha hecho nada malo?

Me acuerdo de lo que me dijo cuando me pidió que los acompañase para la fiesta, pronunció su petición tan feliz, como si pareciese un niño, y ahora sus amigas estaban corriendo peligro por su culpa;

"—¡Bert! Ya que es el primer día que nos conocemos, ¿por qué no vienes con nosotros? ¡Unos amigos de Ymir y Krysta les han invitado a una fiesta y les vamos a acompañar! ¡Será divertido, te lo prometo!"

𝑯𝒊𝒈𝒉𝒔𝒄𝒉𝒐𝒐𝒍 𝑻𝒉𝒐𝒖𝒈𝒉𝒕𝒔 {𝑅𝑒𝑖𝐵𝑒𝑟𝑡}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora