Hace apenas unos cuatro días había ocurrido aquel extraño acontecimiento que nos dejó en blanco a todos. Aunque lo que dejó aún más perplejo fue el trato amable de Miyeon hacía mi aquella noche, como si no nos tratásemos como gato y perro. Incluso nos dejó dormir en su cama hasta tempranas horas de la madrugada, pues no debía arriesgarse a que su abuela despertase y la maldijera a los cuatro vientos.
Cosa que no pudimos evitar, pues cuando estábamos fuera de su casa pudimos escuchar como su amorosa abuela la regañaba a los gritos por hacer mucho ruido.
Que irónico.
Jimin al oír el jodido regaño que me estaba dando se sintió más que apenado por ella, y me obligó severamente a decirle gracias cuando la vea, cosa que obviamente, todavía no hice, aunque no estaba seguro de realmente hacerlo.
En fin, Miyeon me dio unas recomendaciones para sacarme esta mierda de mi cuerpo, así que ahora me lo paso bebiendo mucho agua, y por lo tanto me la paso meando, y eso es un poco molesto. Pero haría lo que fuera por desintoxicarme.
Ahora mismo, yo estaba con Jimin en el autódromo, aunque él se había ido con Hoseok y sus amigos raritos. Estaba arriba de su auto -Jimin se negó a dejarme venir solo en mi auto, pues creía que era lo mejor- analizando todo con silencio, hasta que mi vista reparó en Miyeon y Yoongi. Salí del auto lentamente, y me senté sobre el capo del auto, encendiendo un cigarrillo pacíficamente.
Desde que ocurrió al que suceso raro me sentía en completo estado de alerta, debía estar al tanto de todo, de mi, de Jimin, incluso de ella. No lo quería así, o al menos no lo quería admitir, pero por más que tenga un gran odio hacia Miyeon no puedo dejar que la hieran, ¿qué haría sino? Ella había sido una persona muy importante para mi infancia, alguien que marcó mi vida por completo, no podía ver como solo la lastimaban y no hacía nada.
Joder, ¿qué me esta pasando? De seguro luego me arrepentiría.
— ¿Que mierda está diciendo Miyeon? ¿Estas bien? — su mirada se oscureció, pero comenzó a toquetéale el rostro para ver si su piel se encontraba en completa perfección.
Ella carcajeó suavemente, y eso me confundió, pues un escalofrío me recorrió por la espalda. — Estoy bien, Yoongi. Solamente estoy un poco preocupada.
El muchacho la miró seriamente a los ojos para luego chasquear la lengua con incredulidad. — No puedo creer que actúes tan normal después de esto. Es decir, es peligroso.
Min no había acudido al sitio con su auto, pues solamente para no difamar su identidad oculta. Si... yo sabía sobre su identidad, aunque no comprendía muy bien el por qué de camuflarse.
— Nena, me tienes muy preocupado. — hice una mueca de disgusto ante tanto afecto.
— Tranquilo, hablaré con Jungkook y tendremos las cosas bajo control. Yo se que él puede ayudarme... — un estúpido nudo se instaló en mi garganta, ¿ella seguía confiando en mí después de todo?
— ¿Jungkook? — su voz sonó áspera, casi rabiosa. Pude divisar como su mirada se dirigió hacia mi presencia, clavándome estacas con sus ojos. Oh... ¿esos son celos? ¿Debo sentirme orgulloso por eso?
Me sorprendí al ver como se encaminó con tranquilidad hacia mí, pero la furia aún instalada en su pálido rostro. Aún así, mantuve mi compostura de me importa todo una mierda, porque la verdadera que era así.
La cara de Miyeon fue todo un poema, estaba asustada y claramente podía vérsele en el rostro. No dudo en acercarse y poner una mano en el hombro del pálido para tranquilizarlo.
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Clandestino𒊹︎ᴊᴊᴋ
FanfictionEsa necesidad de velocidad era lo que los volvía el uno para el otro. El destino los volvió a juntar, y no diría que fue pura coincidencia. Juntos seguirían teniendo la misma pasión por las carreras, y un secreto el cual iban a descubrir pronto...