Una semana después, Jungkook ya se había instalado en el departamento, y realmente me emocionaba saber que aceptaba mi oferta de vivir allí hasta que encuentre un lugar donde parezca digno de vivir. Ahora mismo, me conformaba con que tenga un techo por un tiempo indefinido.
Creí que me molestaría, pues obviamente ese departamento no era un pent-house como él deseaba, pero nuestro presupuesto apenas alcanzaba para mantenernos a los cuatro con salud y bien alimentados. Ahora me alegra saber que con mi reciente trabajo puedo aportar un granito de arena a mi familia, por más pequeño que sea.
Sorprendentemente, estuvo más callado de lo normal cuando le mostré el departamento. En el fondo temía que Jungkook esté pasando por algún momento crítico, es decir, siento que él se está guardando muchas cosas por miedo a que la gente se burle de él, de que lo rechacen. Me hacía sentir un poco atosigada con respecto a ese tema, sus padres y el estaban distanciados, una persona anónima lo persigue y amenaza, ¿qué otra cosa puedo esperar? Me da miedo por lo que pueda llegar a pasar por su mente.
Le aconseje que duerma en la habitación que se suponía que iba a ser mi cuarto, pues la de tae estaba equipada con todas sus cosas, creí que sería más cómodo para él decorar su habitación según su gusto. El lugar estaba preparado desde hace mucho tiempo, pues se suponía que íbamos a estudiar ahí... simplemente le hacía algo de limpieza.
Ahora mismo, Jimin y yo esperábamos a que Jungkook nos habrá la puerta. No le habíamos avisado que vendríamos a molestarlo un rato, pero ambos estábamos muy ansiosos por ver cómo había quedado el lugar. Qué más da, un poco de buena compañía le podría hacer bien a su corazón hecho de piedra.
— ¡Sorpresa! — exclamamos al unísono con júbilo.
Gruñó con molestia y trato de cerrarnos la puerta frente a nuestras narices; Jimin fue más rápido y logró evitar que se cierre interponiendo su pie en la entrada.
— Wow, ¿esa es la forma en la que vas a recibir a tus invitados especiales? — su amigo fingió sentirse afectado, sin embargo no pudo evitar sonreír, y sin más, clavo uno de sus deditos chiquitos en el abdomen de Jungkook para que se corriera de la entrada, dejándonos la vía libre.
— ¡Traje un poco de pollo frito! — le enseñe la bolsa con una gran sonrisa instalada en mi rostro.
— ¿Acaso los invite a cenar? Si fue así, díganme cuando, donde y como; solo de esa forma podré echarlos de mi puto departamento ahora mismo. — se quejó enojado, cerrando la puerta detrás de él y apoyándose sobre ella con los brazos cruzados.
— ¿Tu departamento? — cuestione con incredulidad. El azabache solo se dignó a matarme con sus orbes oscuros. Vaya genio el suyo...
— Yah, Jungkook, ven a cenar con nosotros y déjate de estar tan serio. Vamos a festejar que ahora tienes lugar donde estar, y que por fin ya no estas vagueando en mi casa. — Jimin no paraba de sonreír eso parecía causarle más enojo al azabache.
— Por Dios, dejen las chácharas para más tarde. Este pollo frito me está partiendo el estómago de lo deliciosa que huelen. ¡Tengo mucha hambre! — sentencié. Obtuve el apoyo de Jimin inmediatamente, hasta que luego Jungkook reconoció que no iba a ser muy sencillo quitarnos de aquí. Además, estoy segura de que también se dejó seducir por el delicioso olor del pollo, ¡es exquisito! ¿Quién sería el idiota que se resistiría al pollo frito? Por dios, eso es imposible.
Jungkook se notaba un poco menos enojado ahora que se hallaba comiendo. Jimin, que estaba sentado jun to a él, disfrutaba de hacerlo molestar, no miento que se estaba ganando la rifa de un buen puñetazo de parte del azabache.
Mientras los dos masculinos hacían pequeñas guerrillas, yo me dedique a observar el lugar. No había muchas cosas nuevas a decir verdad, simplemente algunos muebles y decoraciones que de seguro estaban en su habitación o que con suerte había podido comprar con el dinero que ganaba en las carreras. De todas formas, el lugar se veía cuidado, limpio y prolijo, era agradable, y más considerando que se trataba de Jungkook de quien estábamos hablando.
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Clandestino𒊹︎ᴊᴊᴋ
FanfictionEsa necesidad de velocidad era lo que los volvía el uno para el otro. El destino los volvió a juntar, y no diría que fue pura coincidencia. Juntos seguirían teniendo la misma pasión por las carreras, y un secreto el cual iban a descubrir pronto...