Jeon Jungkook
Había salido de la fiesta a fumar un cigarro. Aunque a decir verdad, la fiesta no estaba muy buena. Pues se había arruinado cuando el idiota de Sungwo comenzó a pelear con mi amigo Jimin, quien ahora no tenía la más puta idea en donde mierda se encontraba.
Ese tipo me tenía hasta los cojones, lo único que hacía era provocar a los demás y buscarse los problemas por si solo. Un drogadicto, desgraciado, traidor, todas esas mierdas que puedan existir las carga el maldito de Sungwo.
Me recargué sobre mi auto, como normalmente solía hacer, y encendí el cigarrillo con rapidez. Estaba algo ansioso, así que tomé una gran bocanada y la expulsé lentamente luego de unos segundos cerrando los ojos.
Suspiré. Vi como de adentro de la fiesta salía la mismísima Kim Miyeon. Desde que habíamos empatado en aquella carrera no supe más de ella, y tampoco quería saber que era de ella.
Estaba tan furioso cuando la vi arriba de ese auto junto al idiota de Min Yoongi. Sabía su identidad, claro que la conocía. Ese tipo me traía una muy mala espina, y mucho más cerca de ella.
Min Yoongi, según lo conocía -lo cual era muy poco-, siempre me pareció un muchacho muy misterioso. No entendía por qué quería ocultar su identidad con un estúpido casco bajo el absurdo nombre de Yeon Kimin.
Lo he visto en las carreras y debo admitir que es muy bueno, pero no tanto para lograr vencerme. A veces lo veía hablando con grupos de drogadictos, otras con personas que con tan solo verlas te advertían que no te les acerquen; pero él siempre estaba un paso al costado. Nunca lo vi drogarse, nunca lo vi peleando, ni amenazando; pero de todas formas me daba una muy mala espina.
La muchacha me vio, y murmuró algo entre dientes lo cual casi me hace soltar una risa, pues se le notaba que había bebido demasiado, estaba algo pérdida.
Tomé mi celular y le envié un mensaje a Jimin, debía asegurarse que estaba bien. Porque a pesar que parezca un pedazo de hielo me preocupo por las personas que quiero.
Yo:
Dónde mierda estás.Alejé mi vista del celular cuando escuché los gritos de un chico muy furioso. Interesante.
— ¡Váyanse de aquí! ¡No quiero volver a verlos en este lugar o les romperé su asquerosa cabeza con mis propios puños! ¿¡Me oyeron!?
El muchacho gritaba totalmente enojado. Su rostro estaba rojo de la furia, lo cual me resultó algo gracioso.
Éste empujaba a tres tipos con todas sus fuerzas, haciéndoles perder el equilibrio. Se notaban que estaban mal, muy mal. Apenas podían mantenerse de pie, y sus miradas estaban perdidas. Estaban drogados hasta la madre.
El muchacho les cerró la puerta en las narices, dejando a los tipos afuera. Rodé los ojos al notar que se trataba de Sungwo y sus zorritas. Tan solo verlo me daban ganas de cortarle las pelotas.
Pero a pesar de todo, hubo algo que me llamo por completo la atención. Cuando Miyeon vió que Sungwo comenzó a acercársele inoportunamente, es como si su cara se hubiese transformado a una de pánico. Fruncí el ceño. Ella comenzó a caminar rápido, daba zancadas largas y rápidas, pero al parecer está muy mareada y los zapatos que traía puestos eran como un dolor de culo a simple vista.
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Clandestino𒊹︎ᴊᴊᴋ
Hayran KurguEsa necesidad de velocidad era lo que los volvía el uno para el otro. El destino los volvió a juntar, y no diría que fue pura coincidencia. Juntos seguirían teniendo la misma pasión por las carreras, y un secreto el cual iban a descubrir pronto...