Desperté a eso de las 12 del mediodía con el corazón en la boca ¡era demasiado tarde! Así que me alisté apurada y con torpeza para bajar las escaleras rápidamente, eso si no quería que mi hermosa abuela me saque de la cama jalándome de los pocos pelos que tenía.
— ¡Oh, por todos los cielos! — exclamó mi madre cuando me asomé al comedor, cubriendo sus labios con sus manos.
Sin embargo, por apurarme y temer que mi abuela me deje calva por despertar tarde, me olvide por completo que tenía la jodida cara destrozada. Maldita sea, ¿por qué hago todo mal? Tierra, trágame por favor y escúpeme en la otra parte del mundo si es posible.
— Miyeon, hija... ¿qué rayos te ocurrió? Estas... toda lastimada. — habló mi padre entre sorprendido y preocupado.
— Dime que no te estas metiendo en peleas callejeras... dime que no por favor. — dijo mi abuela con un tono levemente amenazador e inquietante.
— ¿Cómo? ¡Por favor, abuela! ¡No! ¡No ha pasado nada malo! Y... no me meto en peleas señora. — dije con obviedad, incredulidad.
— Entonces... — agregó mi padre, obligándome a continuar con mis explicaciones -es decir, excusas-.
— Pues, como saben anoche salí de fiesta, y estaba un poco ebria... — solté una pequeña carcajada nerviosa, rasqué mi nuca. — ...y como ya saben, soy algo torpe usando zapatos con taco alto. Y, pues, solamente... me tropecé y caí. — mentí, bajando los hombros con inocencia. Sentí como mis manos comenzaban a picar por sentirme culpable.
— ¡¿Cómo es eso de que te emborrachaste?! Ya verás. Niña desobediente y alcohólica, no haré más suéteres para ti por cinco meses. — la vieja se acercó a mi y comenzó a forcejear con mi brazo y me dio una nalgada tremendamente fuerte que me hizo brincar en mi lugar.
Rodé los ojos con escepticismo.
— Bueno, entonces para la próxima llévate unas zapatillas y no bebas mucho hija. Ahora lo importante es que no paso nada más que unos golpes. — habló mi madre con dulzura, ya colocando el delicioso almuerzo en la mesa.
— Si. Solamente fue una caída. — sonreí, nerviosa.
Sin embargo fue imposible no sentirme completamente arrepentida y culpable tras mentirles de esa forma tan hipócrita.
Pero, ¿qué les iba a decir? Que Sungwo y sus amiguitos me golpearon hasta dejarme inconsciente; que casi intentan abusar de mi, si no fuera por la milagrosa aparición del inepto de Jeon Jungkook a la escena.
Definitivamente, sería como colocar una bomba nuclear en el centro de la mesa, pues las reacciones de mis padres y la de mi abuela podrían ser psicopatas y devastadoras; pues mi padre no descansaría hasta encontrar a los desgraciados que arruinaron mi cara a golpes, y mi abuela... no lo quiero imaginar.
Aún estaba conmocionada por lo que había ocurrido anoche. Aquellos idiotas me habían hecho mucho daño - tanto físico como verbalmente- y dejaron mi dignidad por el subsuelo. Lo pienso y me dan ganas de esconderme bajo mis sabanas y no salir más de allí, todo había sido tan inoportuno. Horrible.
Jamás había pensado que llegaría a tener un trato así de Sungwo; es decir, no esperaba que me trate como si fuese su hermanita pequeña. Conocía las actitudes violentas y malévolas que adquiría en ciertas ocasiones, pero lo de anoche fue increíblemente imprevisto.
Sin embargo, haberme topado con Jungkook fue mucho peor. Fue aniquilador para mi conciencia.
Es que, después de haberme salvado de aquellos zopencos pensé que quizás estaba tratando de volver a establecer nuestra relación de alguna manera. Pero simplemente se encargó de dejarme en claro que no tenía ni el más mínimo interés en volver a encontrarse conmigo.
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Clandestino𒊹︎ᴊᴊᴋ
FanficEsa necesidad de velocidad era lo que los volvía el uno para el otro. El destino los volvió a juntar, y no diría que fue pura coincidencia. Juntos seguirían teniendo la misma pasión por las carreras, y un secreto el cual iban a descubrir pronto...