Segunda Parte: Capítulo 2

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Los Novios

 La señorita Susana está por llegar –le informa el sistema automatizado de la casa de David-

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 La señorita Susana está por llegar –le informa el sistema automatizado de la casa de David-.

- Dale acceso total.

- Acceso total garantizado.

- Ya llegó reina, por fin –piensa David-.

Después de algunos años de ser novios le siguen sudando las manos cuando ella llega; es innegable que ama a esa mujer. Está claro que no es la belleza más impresionante que ha visto, aunque es muy bonita, un rostro dulce y unos ojos verdes que reflejan algo que, al principio, David no lograba identificar; pero luego, cuando comenzó a acompañarla a las clases de Yoga, se dio cuenta que es compasión. No la compasión que puede tener alguien por un mendigo o un enfermo, sino la compasión que se tiene por todos los seres que te rodean.

- Definitivamente es la cosa más hermosa que he visto en mi vida –piensa-.

- ¿David dónde estás?

- ¡Estoy en el estudio!

- Hola rey –dice dándole un beso-.

- Hola reina, ¿Cómo te sientes? ¿ya se te pasaron los nervios?

- Bueno sí, un poco. –Claro ahora sé que tengo que hacer, piensa Susana-.

- Excelente, ven, vamos a crearte la cuenta.

- ¿Cómo que vamos? Es mi cuenta, yo la creo.

- Okey, está bien –contesta David un poco sorprendido y se aparta dándole paso a Susana para que pueda sentarse en la silla del escritorio donde está la computadora.

- Por favor sal –ordena mientras se sienta-.

- Pero yo te quiero ayudar.

- ¿Crees que no voy a poder?

- No reina, para nada –David sabe que otra de las cualidades de Susana es que es muy inteligente-. Pero ¿por qué no quieres que esté contigo?

- Porque quiero que mi avatar sea una sorpresa.

- ¡Ah! Ya veo. Bueno está bien. Pero avísame cuando estés lista para comprar en la tienda que adquirí 150 monedas para ti.

- Muy bien –piensa Susana-. Bueno yo te aviso para que me las transfieras a mi cuenta cuando esté lista.

- ¿Ni siquiera me vas a dejar que te ayude a comprar las armas?

- No, ya te dije que es sorpresa –en realidad no tiene intenciones de comprar ningún arma-.

- Bueno me salgo. Voy a preparar unos aperitivos mientras tanto.

- Vale. Como si él fuera a "prepararlos", lo único que va a hacer es decirle a la casa lo que quiere -piensa Susana mientras sonríe-. Okey, ya se fue. Comencemos...

Guerra por el paraíso VirtualDonde viven las historias. Descúbrelo ahora