Décima Parte: Capítulo 2.

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Capítulo 2: El Templo.

De nuevo vuelven a estar sobre el lomo de Mantícora

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De nuevo vuelven a estar sobre el lomo de Mantícora. Joscar no deja de pensar en las últimas palabras que le dijo sombra antes de caer al vacío.

- Oigan chicas –dice-. ¿Saben que me dijo sombra antes de caer?

- Me lo imagino –dice Pundarika-.

- Me dijo que debíamos defender al último mago a toda costa. Incluso ayudarlo a escapar de El Reino.

- Es más o menos lo que pensaba.

- Y ¿por qué haríamos eso? –pregunta Costa-. ¿No se supone que el mago puede ser peligroso?

- Es más peligroso si cae en manos inescrupulosas.

- Ahora que lo pienso tienes razón. Tampoco es que se pueda confiar mucho en la gente de la compañía. Para empezar, no debieron jugar con algo como la inteligencia artificial. Aunque desde un principio he sospechado que todo esto no se trata solo de un juego.

- Pero luego dijo otra cosa –dice Joscar-. Que el mago tiene consciencia de sí mismo y...

- Que está vivo –termina la frase Pundarika-. Eso es precisamente lo que yo más temía. Y es la razón principal por la que entré al evento. No fue por acompañar a David y mucho menos por el premio o diversión.

- No entiendo –dice Joscar-.

- Bueno, desde el punto de vista de Sombra, el mago está vivo porque ahora tiene voluntad propia. Puede reprogramarse, lo cual le permite tomar decisiones que estén fuera de su programación original; además está consciente de su propia existencia por lo que ha desarrollado un sistema de auto conservación. Claro desde un punto de vista meramente biológico no puede catalogarse como un ser viviente.

- Ahora desde mi punto de vista –continúa Pundarika-, el mago está vivo porque forma parte de la consciencia divina de Dios.

- Pero las I.A. no están hechas por Dios sino por los seres humanos –dice Joscar-.

- Bueno, eso es relativo. Si construyes un robot que fabrica automóviles la pregunta es ¿Quién hizo el automóvil, tú o el robot?

- Pues yo, los robots no pueden diseñar automóviles, solo los construyen.

- Exacto, y eso es lo que nos asemeja a Dios, la creatividad. Pero entonces si nosotros construimos al robot y Dios nos construyó a nosotros, es obvio que Dios construyó el robot a través nuestro.

- Eso si es que crees en Dios –dice Costa-.

- Eso es irrelevante Costa –contesta Pundarika-. Para una persona que no cree en Dios la definición de la vida es completamente diferente. Para ella la vida es la consecuencia de un proceso evolutivo. Pues la creación de una inteligencia artificial no es más que una nueva etapa en ése proceso. Aunque desde el punto de vista biológico no sea vida como tal, desde un punto de vista más amplio, puede catalogarse como un nuevo tipo de vida no biológica.

Guerra por el paraíso VirtualDonde viven las historias. Descúbrelo ahora