Novena Parte: Capítulo 3.

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Capítulo 3: Arena y Sol.

Joscar hace un gran esfuerzo hasta que puede abrir la puerta lo suficiente para salir, y lo primero que ve es a Carmita moviendo su cola

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Joscar hace un gran esfuerzo hasta que puede abrir la puerta lo suficiente para salir, y lo primero que ve es a Carmita moviendo su cola.

- Hola Carmita –dice mientras abraza al castor-.

Entonces voltea y se da cuenta que acaba de salir de una especie de edificación rectangular hecha de ladrillos de barro. Recuerda haber visto en un programa de historia que se llama mastaba, y que se utilizaban como tumbas antes de que comenzaran a construirse pirámides. Pero aparte de esto, lo único que puede ver es un desierto interminable de dunas de arena, y frente a él hay algo que no había visto en ninguno de los mapas de El Reino: el sol.

- Vaya aquí sí hay sol –dice-. Pero está bastante bajo, más bien parece un sol de mentira flotando sobre el desierto. Carmita te apuesto a que seguro tengo que ir hacia allá.

Antes voltea a la derecha e izquierda y puede ver montones de mastabas que se pierden de vista a lo lejos.

- Aumentar sentido de visión –dice y, aunque no es tan efectivo como la mira telescópica de Pitufo, si logra distinguir muchas más mastabas-. Debe haber montones. Quizás una por jugador. Eso quiere decir que éste mapa es enorme. Y todo el tiempo que perdí en la tumba. Por eso el acertijo decía que aquí el principal enemigo es el implacable; me imagino que se refiere al tiempo. Bueno Carmita, ¡a caminar!, por lo menos no me voy a morir de sed.

Comienza a andar por las dunas, siempre siguiendo la dirección del sol. El calor es insoportable, es verdad que no puede morir de sed, pero la sensación térmica es la misma. Siente el ardor del sol en su rostro y desearía poder conseguir aunque sea una sombra. Entonces a lo lejos logra ver unas palmeras y corre directo hacia ellas. Al llegar puede ver una piscina con una fuente en el centro y un trampolín en una de sus orillas.

- ¡Bien! ¡Buena esa por la gente del nodo 06!

Corre al trampolín, sube un par de metros y se lanza en posición fetal para al fin lograr refrescarse y ¡Paf!; cae de espaldas en la arena y la armadura le baja un poco. Se da cuenta que todo se convierte en humo, palmeras, piscina y trampolín quedando solo arena. El humo de pronto se condensa y por un momento el SITIR muestra una etiqueta que dice "Espejismo: I.A. 05". Y se va volando en busca de otra víctima.

- ¡Malvada sea! ¡Los odio diseñadores del nodo 06! –grita a todo pulmón-.

Y mientras todo esto sucede Carmita se limita a ver con curiosidad a su amo. Entonces continúan su camino.

Solo se ve más y más arena. Ya no se distingue la mastaba ni ninguna otra cosa. Tampoco oye nada, solo el viento que de vez en cuando levanta remolinos que lo dejan ciego. Y luego de casi una hora de caminata puede ver algo que brilla en la distancia.

- ¡Ah no! esta vez no me vas a engañar malvado espejismo.

Así que continúa su camino como si nada. Pero a medida que se acerca puede darse cuenta que el objeto brillante se mantiene en la misma posición.

Guerra por el paraíso VirtualDonde viven las historias. Descúbrelo ahora