Hija De Joker y Harley Quinn [Corrigiendo]

Capítulo 29

Canción que les recomiendo 'Doja cat—Candy'

Eso sí, no tiene nada que ver con el capítulo.

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LUCY

Salimos detrás de el Joker y un hombre nos informó que los secuaces del éste están intentando detenerlos. El Joker nos pidió que guardáramos armas y lo qué necesitáramos para irnos ya que la policía no tardaría en llegar.

Pero, ¿cómo supieron dónde estábamos?

Harley y yo guardamos lo que nos pidió y luego ella agarró su mazo y yo mi bate, listas para pelear contra Batman y los demás. Bajamos por las escaleras y estaban los hombres del Joker disparando hacia los policías, quiénes querían entrar a la mansión.

— Iré por el jardín – le avisé a Harley y, sin esperar respuesta de su parte, me dirigí a la puerta trasera para poder salir por allí. Salí con cuidado, cubriéndome de algunos disparos. De repente siento que algo se enrolla en mis piernas haciendo que caiga al suelo boca abajo y mi bate se alejase de mí.

— Vaya, vaya – esa maldita voz solo podría ser del ser más insoportable de todos –. Tenía tiempo sin verte, Lucy. ¿Me extrañaste? – rió.

Me giré cómo pude, encontrándome con Robin. Traté de pararme pero no pude debido a que mis piernas estaban muy juntas, así que con mis manos traté de sacarme la soga con la cuál me había capturado.
Robin no tardó en ponerme unas esposas en las muñecas al percatarse de mis intenciones.

¡Mierda! Ahora sí que estaba en problemas.

— ¿Íbas a alguna parte? – preguntó, en tono de burla.

— ¡Sí! ¡Lejos de ti! – traté de hacerle algo, sin embargo, debí de verme ridícula dada la situación en que me encontraba. Robin tenía una sonrisa de burla en su rostro,  luego me tomó de las muñecas para que no le hiciera nada y en un movimiento rápido me sostuvo como sí fuera un saco de papas.

¡El colmo! ¡Qué humillación!

– ¡Hey, ¿que haces?! ¡Suéltame! – gritaba mientras pataleaba, pero no conseguí hacerle daño. Lo que era obvio en parte.

Descarté la idea de pedir ayuda porqué: uno; no me escucharía en medio de un tiroteo. Dos; en el caso de que llegasen a escucharme, serían los policías o algunos de nuestros enemigos. Y eso no sería nada bueno.

Genial, ahora si que estás en problemas.

¡Muy bien hecho! Ahora el Joker se molestará contigo.

¡¿Eh?! ¿Ustedes cuándo aparecieron? ¡Vayansen, estuvieron desaparecidas y me dejaron sola!

Nunca nos iremos Lucy...

Siempre estaremos contigo quieras o no...

— ¡Callensen! – exclamé enojada.

— ¿Con quién hablas, loca? – ruedo los ojos, fastidiada. Robin me dejó dentro de un auto color negro y luego el subió en el asiento de conductor.

— ¡¿A donde piensas llevarme?! – exclamé, alterada.

— ¿Dónde piensas que te llevaré, eh? ¿A tomar un helado? – que graciosito. Agh es irritante, cuándo salga del hospital psiquiátrico lo mataré.

HARLEY

El Joker me pidió que buscara a Lucy para así poder irnos, pero no la encuentro por ningún lado. ¡Mierda! ¿dónde estará? ¡No paran de llegar policías! A este paso terminaremos en Arkham y no quiero volver ahí. Ivy me ayudó a buscarla pero no la encontramos.

— Señora Harley, Robín se ha llevado a Lucy. – dice Rocco.

— ¿Dónde está el Joker? – pregunté con el ceño fruncido, tratando de no alterarme.

— está peleando con Batman.

— Búscalo y dile que nos vayamos sin Lucy – decido, algo dudosa —. Posiblemente se la llevaron a Arkham ya. Iremos por ella en cuánto podamos.

Rocco asintió y se fue corriendo.

(...)

LUCY

Ya ha pasado una semana. ¡Una maldita semana que sigo estando en este horrible lugar! ¿Por qué no han venido por mí?
Una psicóloga me toma terapia dos veces a la semana y es taaaann aburrido. ¡No me entiende! Para entender a una persona loca tienes que estar igual de loca que esa persona, ¿no?

Robin también viene a veces a verme. Y, aunque odie admitirlo, hace de mi estancia aquí menos aburrida. Claro que cada vez que nos vemos nos hablamos con sarcasmo.

— Prefiero estar muerta a que estar aquí. Es muy aburrido, paredes blancas, piso blanco, techo blanco, cama blanca ¡Odio el blanco! Y más odio está maldita camisa de fuerza. – me quejé. – ¡los odio a todos!

Por lo menos nos tienes a nosotras...

Eres muy afortunada de tenernos, Lucy...

— Callensen. – no he podido dormir nada ya qué las voces no me dejan en paz. Una vez empecé a agarrarme el cabello y a tirarlo con fuerza para que las voces se callaran, pero eso solo hizo que me pusieran calmantes y otras porquerías más, creo.

—Ojalá vengan pronto mis padres...

Pero, ¿a quiénes me refería exactamente?

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Ojalá y les haya gustado. No sé si lo había dicho, pero esta es la tercera vez que el libro está en corrección. Ahora tengo quince y me doy cuenta de varias cositas que escribí mal a diferencia de mi yo de trece años jsjsj.

Dejen su estrellita si me la merezco. c: