Cap. 2

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Habían pasado ya tres años desde esa primera vez que Yue le había levantado la mano a Sakura, pero para su mala suerte nada había mejorado, cuando trataba de escapar los guardias la detenían, solo le quedaba aparentar unas pocas horas al día un matrimonio perfecto para después quedarse encerrada leyendo miles de libros que Yue tenía en la biblioteca de la casa, al menos no le había quitado su pasatiempo favorito.

También había tenido que aprender a ocultar hematomas con maquillaje, Yue no medía su fuerza al tomarla fuertemente del brazo cuando salían, y también cuando se ponía celoso la golpeaba. Ya solo usaba ropa que pudiera cubrirle la mayoría del cuerpo, era una tortura extra cuando hacía demasiado calor.

Sakura ya tenía 24 años, la mayoría del tiempo se preguntaba cómo sería su vida su hubiera podido darle una familia a Yue, quizá seguiría siendo el esposo perfecto que era antes, ese que siempre la mimaba, le decía cosas hermosas y le hacía el amor todas las noches.

Pero ya nada de eso quedaba, se había convertido en un monstruo, y poco a poco ese amor que le tenía se fue haciendo odio.
Termino de odiarlo cuando ya no le dejaba ver a su padre ni comunicarse con Tomoyo o Touya y su sobrino, ese pequeño debería de tener al menos 4 años, lo extrañaba a mares.

Por su cabeza pasaban miles de cosas, pensando en su familia y amigos a los que ya casi no veía, mientras se alistaba para aparentar unas horas ser la esposa perfecta.

Se había puesto un vestido rojo de manga larga para ocultar las marcas de sus brazos, suelto de la parte de la falda que le llegaba a las rodillas y unos tacones no muy altos.
Se maquillo para tapar sus ojeras y su cara demacrada, ya no tenía el brillo en sus ojos que solía tener cuando era felíz.

Yue la esperaba abajo ya listo, seguía siendo el mismo hombre impotente y atractivo, pero para Sakura todo eso ya no importaba, ya no lo amaba.
Cuando salieron este la tomo del brazo como de costumbre, subieron a el carro mientras el chófer conducía a la gran empresa donde trabajaba Yue, al parecer hoy iban a conocer a alguien muy importante, hasta el mismísimo Yue estaba nervioso.

-No vayas a hacer ninguna estupidez, hoy conoceremos a un empresario muy importante dueño de una gran cadena de hoteles y restaurantes, y si haces algo que lo arruine ya sabes lo que te espera.- le susurró al oído y Sakura hizo rodar sus ojos.

-Ya soy una excelente actriz, quizá debí haber estudiado eso.- dijo con sarcasmo y eso molestó a Yue haciendo su agarre aún más fuerte.

Sakura ni se inmutó, siguió con su actuación mientras caminaban por los enormes pasillos de la empresa, llegaron a la sala de reuniones y ella tomó asiento junto a Yue.

Al poco tiempo se escuchó que la puerta se abrió y dejó ver a un hombre alto de traje negro, cabello castaño como el chocolate, ojos que parecían de bronce ardiente, facciones muy varoniles y un cuerpo que dejaba babeando a toda aquella que le viera.

Si Sakura había pensado que Yue parecía imponente, este hombre lo era mucho más, dejaba parecer a Yue como un hombre común al lado del tremendo hombre que había entrado por esa puerta.
Sakura se puso de pie casi de inmediato imitando a su esposo, y la actuación había comenzado.

-Mucho gusto Señor Li, soy Yue Tsukihiro y ella es mi esposa Sakura Tsukihiro, es un gran placer encontrarnos con usted hoy.- dijo Yue haciendo su mejor esfuerzo por impresionar.

-Mucho gusto Señor y Señora Tsukihiro, Syaoran Li.- respondió Syaoran y Sakura se estremeció al escuchar esa voz tan varonil.

Syaoran les tendió la mano a ambos, pero mientras saludaba a Sakura la observó a los ojos haciéndola sentir intimidada ante esos ojos que parecían que tenían fuego ante su intensidad.

Yue y Syaoran hablaron durante casi una hora de cosas que no entendía Sakura, solo se limitaba a observarlos con una sonrisa que hacía más que nada por inercia. Notó que Syaoran algunas veces le dedicó una mirada fugaz haciéndola sentir hipnotizada por varios segundos, como si buscara algo en ella.
Mientras seguía sumergida en sus pensamientos, algo le hizo salir de golpe de ellos.

-Ya he sabido mucho de usted Señor Tsukihiro, pero me gustaría saber también que tipo de persona es su esposa.- dijo de pronto Syaoran y Yue solo arqueó una ceja ante tal comentario.

-Mi nombre es Sakura Tsukihiro como ya lo ha escuchado, tengo 24 años y estudié Psicología.- dijo Sakura segura de sí misma, al menos sabía bien quien era ella.

-Psicología es una carrera interesante que puede ser de utilidad en muchas áreas laborales, si me permite preguntar, ¿Dónde ejerce su carrera?.-

-Por el momento no ejerzo mi carrera, Señor Li.-

-Eso me parece bien, ya que estaba pensando que necesito alguien como usted en mi empresa, que me ayude a contratar personal eficiente, si su esposo no está en desacuerdo, pero no le veo problema si empezará a colaborar con mis empresas también. -

Yue no muy convencido de querer dejar trabajar a Sakura lo dudó, pero no le convenía decirle que no a alguien que tenía mucho más poder que él, y que su colaboración le iba a aportar muchas ganancias a su empresa.

-No le veo problema, mi esposa es una persona capaz y confío en que hará un excelente trabajo, Señor Li.- dijo tomando la mano de Sakura.

Sakura ya se había acostumbrado a la falsedad de las palabras de Yue cuando estaban frente a personas, así que fingió una sonrisa.
La reunión terminó, al parecer empezaría su trabajo al día siguiente, pero en parte se sentía muy felíz de laborar, era algo que Yue no le había permitido hacer.

Durante todo el trayecto a casa todo había estado silencioso, no habían hecho comentario alguno de la reunión. Cuando llegaron a casa Sakura se apresuró a subir a su recámara antes de que a Yue se le ocurriera armar una escena de celos y golpearla.
Incluso se acostó sin cenar, pero ya se había acostumbrado también, incluso había perdido peso en los últimos años, pero seguía con un cuerpo envidiable.

Sacó de su clóset ropa formal para su primer día de trabajo, eligió una falda negra tipo lápiz, una camisa blanca de botones, tacones negros cerrados y medias negras.
Una vestimenta típica pero al menos funcionaba, y por supuesto esos colores hacían resaltar su cabello castaño que seguía siendo corto y lacio.

Se dispuso a acostarse para estar lista al día siguiente, al parecer se encontraría con el Señor Li de nuevo.

Vaya, que hombre. 》 pensó al recordarlo, su voz varonil, su cuerpo escultural, sus ojos como el fuego y su porte de elegancia.

Pensó que era normal que se sintiera atraída por tal hombre, todas las mujeres seguro morían por él, y no estaba equivocada, pero estaba segura de que esa atracción no debía pasar a más, porque estaba segura de que si sentía algo por alguien Yue seguro la mataba, aunque él fuera un descarado que la engañaba con muchas mujeres.

Se quedó dormida al paso de los minutos, y en sus sueños vio aquellos ojos como el fuego, y eso no le molestó para nada.

Dulces cicatrices. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora