Cap. 7

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Había llegado la hora, ya estaban listos para declarar en contra de Yue, Syaoran había traído a su abogado privado, había previsto que Yue tendría los de él listos, pero él no se quedaría atrás.

Sakura estaba nerviosa, pero su padre estaba a su lado dándole ánimos, su hermano le revolvió el cabello como cuando era pequeña y Syaoran y Eriol estaban a una distancia prudente.

-Es mejor que no te le acerques a Sakura cuando esta Touya presente.- dijo Eriol a Syaoran.

-Creo que me di cuenta, en la mañana me vio con ojos de asesino.-

-No sabes cuanto me costó demostrar que no quería nada con Sakura cuando éramos unos adolescentes, pero creo que tú la vas a tener más difícil, porque tú si quieres con su hermana.- dijo Eriol burlándose y Syaoran no pudo evitar sorprenderse.

-¿De qué hablas? Estás loco. - dijo mirando hacia otro lado.

-Te conozco, Syaoran, no me vas a engañar, sé cómo la miras y cómo sonríes como idiota cuando hablas con ella.- contestó dándole un golpecito en el hombro.

-¿Tanto se me nota?- dijo apenado.

-A kilómetros, pero si te consuela te diré que me parece que no le eres indiferente a Sakura, la conozco desde que éramos niños y puedo notar cuando alguien le gusta.-

-No te creo.-

-No me creas, lobito.-

Llegó un detective, llamó a Sakura para que rindiera su declaración de los hechos y después llamó a Eriol, y al último a Syaoran, le contaron todo con detalles.
Su abogado empezó a decir los delitos que había cometido y cuantos años en la cárcel merecía.
Le dieron la fecha dentro de tres semanas para el juicio, donde habría un juez presente.

-Sakura, tienes que regresar conmigo a nuestro hogar.- dijo el papá de Sakura.

-Sí papá, pero antes debo de darle las gracias a Syaoran.- dijo Sakura apenada.

-No deben de dar las gracias, no fue una molestia para mí.-

-No, en serio, te doy las gracias por cuidar de mi hija Señor Li, no tenemos como pagarle, le estaremos eternamente agradecidos.-

-Llameme Syaoran por favor, Señor Kinomoto.-

-Entonces tu llámame Fujikata, Syaoran.- le dijo dándole una cálida sonrisa.

Sakura le dio un corto abrazo a Syaoran mientras Touya lo miraba con ojos de asesino, eso lo ponía nervioso, se había ganado al padre de la chica que le gustaba, pero no a su hermano.
Se fueron todos, pero Touya se quedó parado delante de Syaoran, quien esperaba un sermón de esos que duran horas pero no fue así.

-Gracias por cuidar de mi hermana.- dijo finalmente.

-Ya dije que no ha sido nada, no deben de agradecer.- dijo con notados nervios.

-Pero no me agrada cómo la miras, a lo que sea que estés tramando es un No, si antes la cuidaba ahora la voy a cuidar aún más. -

-Jamás me atrevería a hacerle daño a tu hermana, es especial para mí y creo que ya lo has notado.-

-Lo noté desde la primera vez que te vi, pero si quieres tenerla debes de dar buena pelea, haré que sea imposible para ti.-

-Daré buena pelea.- dijo Syaoran seguro.

Touya no dijo nada más, solo levantó su puño y Syaoran hizo lo mismo chocando el de él con el de Touya. No había sido tan mal comienzo al menos.

Sakura llegó a su antigua casa, la había extrañado tanto, no pudo evitar soltarse en llanto cuando vio la foto de su madre en la cocina, le contó todo, sabía que la escuchaba donde quiera que estaba, la extrañaba muchísimo desde que había fallecido.
Entró a su antigua recámara, todo estaba tal y cómo lo recordaba, incluso estaba su pequeño muñeco al que llamó Kero.
Touya entró con sus maletas donde llevaba la ropa de su hermana y le dio un abrazo.

Dulces cicatrices. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora