Capítulo 6

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Cuando Eddie cumplió trece años, Richie fue el primero en felicitarlo, al dar las doce de la madrugada el joven se había colado a la habitación del menor a través de su ventana, le había regalado un oso de peluche muy grande que con gran dificultad había logrado meter en su habitación, despertó a Eddie que dormía plácidamente y le había hecho él mismo un brownie de chocolate, le canto muy despacio la canción de feliz cumpleaños e hizo que el pequeño soplara una vela pidiendo sus tres deseos, se quedó a su lado hasta que Eddie volvió a dormir y luego se fue.

Ahora aunque haya discutido con Richie, el pequeño Eddie se sentía nervioso porque tenía que devolverle aquel gesto a su vecino, el reloj de la mesita de dormir de Eddie marcaban las 11:50 pm.
Diez minutos eran los que separaban a Eddie de Richie, diez minutos eran los que pronto romperían el corazón de un pequeño, diez minutos eran los que pronto empezarían una gran rivalidad y un desenfreno de tragedias, diez minutos eran los que acabarían muchas cosas y empezarían otras... Diez minutos que Eddie no sabía, pero que jamás olvidaría.
Diez minutos que romperían un corazón.
Eddie se escabullo por la ventana de su habitación para poder darle una sorpresa de cumpleaños a Richie, entró por la puerta del patio trasero de la casa de los Tozier, esa puerta siempre estaba abierta, Richie la dejaba abierta por las veces que Eddie tenía pesadillas y necesitaba protección, Eddie se conocía el camino a la habitación de Richie así que sin demora se dirigió a su habitacion para poder darle una sorpresa por su cumpleaños, pero cuando entró a la habitación y sonaron las 12:00 am, Richie no se encontraba ahí.
Se dispuso a esperar a que Richie llegara pero se asustó al oir unas risas y unos pasos torpes acercándose a la habitación, esas risas las conocía bien, eran de Beverly Marsh y de Richie Tozier... Richie venía a su habitación a esas horas de la noche con Beverly y por lo que parecía estaban ebrios, Eddie no lo pensó dos veces y busco un escondite, la mejor opción fueron detrás de las cortinas de Richie, porque esconderse en el baño o en el closet podría hacer que los jóvenes lo descubrieran.
Los minutos parecían pasar demasiado lento, pero ahí se encontraba ya, Richie por fin había abierto esa puerta y había entrado a su habitación, pero claramente no venía solo, la pelirroja que venía con Richie se abalanzó sin más demora  sobre el cumpleañero decidida a darle su regalo de cumpleaños, un regalo inolvidable, no tanto para Richie, si no mas para aquel pequeño que podía ver todo a través de las cortinas.
Por la poca luz que emanaba de la calle apenas y Eddie podía ver lo que estaba pasando, solo podía oír como la joven Marsh unia sus labios con los de Richie y este jadeaba, hasta que solo pudo oír la respiración agitada de Richie, suspirando pesadamente mientras la joven que lo acompañaba solo gemia y reía chillonamente.
Esa risa que Eddie detestaba con cada parte de su ser.
-Ohhh... Mi dulce Spaghetti....
Richie empezaba a repetir esas palabras y Eddie quedó completamente callado e inquieto, pensaba que a la única persona que Richie llamaba Spaghetti era a él, creía que era especial.
La chica no dejaba de besar a Richie con lujuria, se había guardado esas ganas durante mucho tiempo y Eddie sentía un nudo en la garganta, Eddie pudo haberse ido una vez escucho a Richie durmiendo y a Beverly igual, pero por un torpe impulsó tomo unas tijeras que Richie tenía en su escritorio y empezó a cortar el rojizo cabello de la joven que Eddie creía que dormía, Eddie quería desahogar todos los sentimientos infinitos que estaba sintiendo.
Lo que Eddie no sabía era que Beverly estaba completamente despierta y que se había dejado cortar el cabello con el pequeño para comenzar una gran rivalidad, Beverly quería asegurarse que sus sospechas eran ciertas, quería alejar a Richie de ese niño y haría lo que sea que tuviese que hacer para poder conseguirlo.
Eddie sabía que Richie era más grande, Eddie sabía que Richie tenía más experiencia, Eddie jamás se había puesto a pensar en este tipo de situaciones, pero como era evidente ese pequeño de trece años se dirigía a su habitación con un corazón roto, un corazón lleno de ira, pero en el aún más decepción al ver que Richie llamaba por ese apodo a cualquier persona.
Ahora la palabra Spaghetti era una palabra que Eddie Kaspbrak no quería oír nunca más en su vida.
Eddie Kaspbrak trataba de dormir pero esas lágrimas no podían dejar de emanar de sus ojos.
¿Alguna vez podría ser feliz?






Lo sé, lo sé... Me van a odiar por este capitulo, pero tenía que hacerlo..

Creen que esta historia tiene final feliz?
Déjenme sus respuestas :3 ❤️

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