#7 Deseos.

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Estaba en esa fría casa con esos grandes muros, ¿Porque estoy aquí?, escuché que alguien tocaba la puerta y se escucho la voz de una mujer anciana.

–El señor no podrá venir a su cumpleaños, por favor ya no lo espere señorita– dijo aquella voz.

Sus palabras empezaron a resonar en mi cabeza, ¿Todo fue un sueño? Estoy sola en verdad. Sentí como la habitación se hacía más pequeña y la falta de aire era evidente, me estaba sofocando.

–No quiero estar aquí, quiero volver– grite.

Me estampe contra la puerta y la golpeé con mis manos mientras gritaba.

–Déjenme ir, tengo que ir a Luisiana, tengo que encontrarlo– grite.
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Desperté, al parecer todo fue un sueño, uno muy desagradable debo decir. Me levante y baje a la cocina el reloj marcaba las tres treinta de la mañana, tomé un vaso y lo llene con agua, esta acción hizo que me diera cuenta de que estaba temblando.

Han pasado décadas y aún me aterra la idea de volver a ese lugar, que imbecil. Subí las escaleras y me di cuenta de que la puerta de mi habitación estaba abierta, entre con cuidado pero al instante choque con alguien.

–¿Tú de nuevo?– dije.

Era Alastor, ¿Que demonios hace aquí a esta hora?

–Lo siento querida____, escuché ruidos y creí que tenías otro ataque– contestó con una sonrisa.

Bien supongo que es justificable.

–Gracias pero sólo tuve una pesadilla– dije.

Alastor levantó una ceja y ladio la cabeza como si no entendiera.

–¿Sabes lo que es una pesadilla verdad? – pregunté.

–Sé lo que son, pero ¿que tipo de pesadilla? – preguntó.

–Supongo que mis pesadilla tratan sobre sí me hubiera arrepentido por lo que hice, seguiría en "casa"– conteste.

Alastor noto la repulsión que tenía al decir esa palabra, llamar casa a ese tétrico y horrible lugar no era adecuado.

–Disculpa mi intromisión pero ¿Que te trajo aquí?, a parte de ser la rebelde favorita de Dios si se pude saber– dijo.

–¿Mi pecado? – pregunté.

Alastor asintió y se sento en la orilla de mi cama  haciendo señal de que fuera con él. Me senté a su lado y me dispuse a hablar de ello.

–Supongo que la magia negra fue el comienzo, tenía un tío y me regalo un libro sobre ello la verdad no recuerdo mucho. Luego mate a mi padre y me mude a Luisiana comencé con el vudú, los sacrificios y el homicidio por placer– dije.

–¿Porque Luisiana?– preguntó.

Iba a responder esa pregunta pero las palabras no llegaron a mi cabeza, en realidad no recordaba el porque.
"Déjenme ir, tengo que encontrarlo". El recuerdo de mi pesadilla llegó a mí.

–En realidad no lo recuerdo, pero tenía que encontrar a alguien– respondí.

Alastor se quedo mirándome un momento, por Lucifer sé que conozco su rostro pero ¿de donde?.

–Esto te debe parecer una completa idiotez pero, siento que eh visto tu rostro antes– dije.

Alastor no decía nada, estaba ahí en silencio inerte sin expresión.

–Estoy empezando a recordar cosas, cosas que posiblemente el Señor perfección quiso borrar de mí, no lo va a lograr Al y sea lo que sea sé que tienes que ver más en esto de lo que quisiera– dije.

Por ti. (Alastor x tú). Donde viven las historias. Descúbrelo ahora