#9 Marcas De Amor.

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Desperté por la mañana, aún era temprano y por alguna razón le sonreí a la nada recordando lo que sucedió la noche pasada. No puedo creer que después de hablar sobre mi racha de virginidad llegue Alastor y lo retracte todo.

Me levante de la cama para ir a tomar una ducha pero antes de eso me cruce con el espejo y pude ver en mis piernas rasguños, mordidas y chupetones, toque con uno de mis dedos las marcas y dolía.

–Ese bastardo– dije sonrojada y con el ceño fruncido.

No podré usar shorts cortos ahora, un momento.

–¿Y si lo hizo con ese propósito?–dije para mí misma.

No podría, Alastor no es así, ¿o si?, camine al cuarto de baño pensando en ello, me desnude sin cerrar la puerta y entre a la regadera.
Ya estando en la ducha lavando mi cuerpo me tope con mi intimidad, baje mi mano pensando en que cuando Al toco esta parte de mi se había sentido muy bien; comencé a acariciarme lentamente hasta que escuche una voz.

–Que obsceno– dijo Al con una risita.

Voltee y pude ver a traves de la cortina de baño casi transparente a Alastor recargado en la puerta con una sonrisa enorme.

De inmediato pare mis acciones y cubrí mis pechos con mis manos.

–No te tapes cariño, no hay nada que no haya visto anoche– dijo con una sonrisa sádica.

Me sonroje al escuchar las palabras de Alastor, como pude jale la toalla de baño y me tape. Salí de la regadera y lo mire directamente a los ojos que no me quitaba de encima.

–¿Quien te crees tú para entrar sin tocar la puerta? – dije.

–Cariño, como si no supieras lo que creo que soy– dijo con aires de superioridad.

Yo lo mire algo molesta pero era verdad, es un total egocéntrico y narcisista.

Récorde que tenía que quejarme más por supuesto, adiós a los hermosos shorts cortos que me dio Ángel todo por lo bestia que puede ser Al.

–Por cierto cielo– dije sarcásticamente.

Era mero sarcasmo pero las orejas de Alastor se levantaron rápidamente al escuchar esas palabras.

–¿Porque carajos mordiste y marcaste mi entrepierna? –dije tratando de contener mi enojo.

Las orejas de Alastor bajaron después de escucharte hablar.

–Querida esas palabras no son propias de una dama– dijo.

–Al dime de una vez por todas si lo hiciste para que no usará ropas tan descubiertas– dije sin más.

Alastor se quedó mirándome un momento con una sonrisa nerviosa, como si lo hubiera descubierto, ¿es en serio?. Me lo esperaría de otros pero ¿Al? Bueno los celos encajan con su personanalidad si lo pienso bien.

–No es justo, tú me marcaste y yo ni siquiera pude hacer nada– dije haciendo un puchero.

Alastor me vio por lo bajo, bueno es mucho más alto que yo, suspiro para acercarse y ponerse a mi altura.

–Bien chiquilla, dejare que lo hagas– dijo Alastor rindiendose ante mi berrinche.

Los ojos te brillaron por unos segundos y te acercaste al cuello de Alastor, lo besaste primero para después bajar el cuello de su camisa, lo mordiste un poco y sentiste como este se estremecía. Succiónaste su piel para dejar una dulce marca rojiza en su cuello.

Me reí un poco pero después sentí como este me cargaba recargando mí cuerpo en uno de sus hombros.

–¿Al que planeas?–dije.

Por ti. (Alastor x tú). Donde viven las historias. Descúbrelo ahora