Capítulo 1/ Seulgi

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Ella se encontraba allí, Jisoo y Moonbyul la sujetaban fuertemente para que no pudiera escapar. Había sido un tanto fácil ganar la confianza de Joohyun, más aún sabiendo que la chica tenía un enamoramiento tonto hacía Seulgi desde hacía un tiempo.

Joohyun, al principio, cuando se dio cuenta que la supuesta cita que "tendrían" en ese edificio abandonado no era más que una vil trampa, se había visto decepcionada e incrédula con la situación.

No sabía de lo que serían capaces de hacerle esas tipas, las mismas idiotas que no le dejaban tranquila en el instituto. Miró fijamente a Seulgi, rogándole ayuda con la mirada. Pero el punto era, que Seulgi no la ayudaría, ella había sido la mente maestra, la creadora de la cruel hazaña que llevarían a cabo, así que por más que su mente le dijera que no lo hiciera, que Joohyun no lo merecía, se acercó a la indefensa chica y la golpeó fuertemente en la mejilla, provocando que está tomara un fuerte color rojo. Sus amigas rieron, ella se forzó a hacerlo. Ver a Joohyun sin reaccionar de ninguna forma a los fuertes golpes que le estaba dando, le enfurecía bastante.

Cuando la pelinegra estuvo llena de marcas por todos lados, y había sangre saliendo de un costado de su labio inferior, fue cuando Seulgi decidió que aún no era suficiente. Se acercó a Joohyun más de lo normal, ganándose una mirada llena de miedo de parte de la menor, y la besó duramente. Joohyun reaccionó a lo que pasaba y comenzó a forcejear para alejarla de ella. Otro golpe de Sooyoung bastó para dejarla sumisa por unos segundos, hasta que Seulgi comenzó a desabrochar sus propios pantalones y la miró de esa manera tan... Sucia.

Joohyun supo que todo estaría mal a partir de ahora cuando Sooyoung le dijo Jongin que "la cosa" se ponía interesante y le ordenó que grabará.

Sin piedad Seulgi tomó el cuerpo de Joohyun, ignorando sus gritos de dolor y embistiéndola más fuerte cada vez.

Uno a uno fueron tomando a la chica después de Seulgi, obligándola a recibir cosas inhumanas en su interior, desgarrándola por dentro, marcando su cuerpo.

Al tiempo después, cuando el efecto de la droga comenzaba a pasar, Seulgi se fijó en Joohyun, en cómo, después del tercer sujeto había dejado de quejarse y llorar, en cómo parecía una muñeca siendo tomada para el placer ajeno.

Pero su mirada, su mirada no era la misma. La miraba a ella, precisamente a ella, con algo indescriptible en ella y un odio descontrolado.

Seulgi se sentó abruptamente en la cama. Su garganta estaba seca y el sudor cubría cada centímetro de su cuerpo.

"No otra vez", pensó.

Se pasó la mano por el rostro, frustrada otra vez consigo misma.

Las pesadillas, o mejor dicho, esas pesadillas la perseguían casi cada noche, despertandola y acelerando su respiración hasta tal grado de no permitirle volver a cerrar los ojos.

Sacó su cuerpo perezosamente de la cama y se dirigió a la cocina.

Su departamento era realmente grande, demasiado grande para ella sola, y una que otra conquista ocasional. Lo ha conseguido hace dos años atrás gracias a su trabajo. Era la dueña de un restaurante muy famoso en el pueblo y por consecuente, ella también era muy reconocida y bien vista.

Abrió la nevera, la cuál estaba realmente casi vacía, y sacó una botella de leche que al parecer no estaba caducada, preguntándose cómo es que era dueña de un restaurante, pero su cocina era un asco total. Bebió la leche directamente de la boquilla y se sentó en el sofá, sabiendo que no volvería a dormir y que no tendría caso volver a la cama.

El silencio y la oscuridad de la casa le daba una mala sensación. Hubiera encendido el televisor, pero luego recordó que no había pagado la señal del cable y que no habría nada para ver. Durante unos minutos pensó en nada, pero luego su mente traicionera la llevó a la razón principal por la cual ahora estaba allí en lugar de estar durmiendo en su cómoda cama a las cuatro de la mañana.

𝙑𝙚𝙣𝙙𝙚𝙩𝙩𝙖 - 𝙎𝙚𝙪𝙡𝙧𝙚𝙣𝙚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora