— Tiene cinco años. Se supone que los hijos son producto del amor de sus padres, pues ese no es su caso. Sunmi y yo solo habíamos estado demasiado ebrias aquella noche. Al día siguiente acordamos pretender que nunca había sucedido, pero al mes ella me dio la noticia. Las dos fuimos responsables esa noche, y yo no abandonaría a un hijo mío. El resultado de aquella aventura y los nueve meses restantes fue Clary. – hizo una pequeña pausa.– Ella es... Mi todo, mi princesa, la luz de mi vida. Y creo que si ella no hubiera aparecido en esos momentos donde mi vida no tenía sentido, yo no hubiera sobrevivido.
Seulgi se había decidido por contarle la historia de su pequeña niña a la rizada, ambas se encontraban en el interior del coche, aún en el estacionamiento de la cafetería.
— Suena a que es muy linda.— dijo Joohyun al terminar de oír lo que le contaba la ojicafe.
— Lo es.
— Pero estoy confundida. Nunca he oído que la menciones tu o alguien más en el restaurante.
— Eso es porque Sunmi rara vez me permite verla. Cree que no soy apta para cuidar de una niña. Después de... unos incidentes.— respondió Seulgi con un deje de decepción en su voz.
— Y... ¿Lo estás? — tanteó despacito Joohyun.
— Por el amor de Dios, cuide de mis hermanos pequeños por muchos años.— Joohyun ya sabía eso — y es mi hija, sé cómo cuidarla y lo que es mejor para ella.
— Bueno, siempre podrías llevarla a juicio. Una madre igual tiene derechos.— propuso Joohyun.
Seulgi suspiró, cansada. Todo últimamente la hacia lucir cansada, excepto ese demoledor beso de hacia un rato.
— Ella ganaría. Tiene bastantes argumentos de por qué no merezco verla, me lo ha dicho en la cara incontables veces. Pero vamos, no hablemos más de Sunmi. ¿Quieres que vaya a dejarte a casa?
Joohyun asintió.
— Sí por favor.
No iban hablar del beso. No.
Así que quince minutos después, Seulgi estaba frente a la casa de su empleada, ésta estaba levemente dormida, con la cabeza contra la ventanilla del coche.
— Irene...— Seulgi la zarandeo un poco para despertarla.— ya estamos aquí.
Volvió a sacudirla. Que tierna se veía.
Joohyun se acomodo en el asiento y luego abrió los ojos, los cuales estaban pequeñitos por el sueño, provocando que se los restregara con los puños.
— ¿Cómo sabías dónde vivo? — preguntó desinteresadamente, tenía sueño, era entendible.
Estaba la posibilidad de que Mabel y Seulgi hablaran sobre ella y su vida, pero no lo creía factible y dudaba de eso.
— Digamos que Mabel vive al frente y... Está tu dirección en tu currículum.
Implícitamente era «Conozco esta casa a la perfección». Pero no lo diría.
— Mhm okay... Uh... Supongo que— un pequeño bostezo— tengo que... Eh... ¿Irme ya?
Seulgi rió al oír el balbuceo de la chica somnolienta.
— Creo que si, Joohyun.
Ese nombre fue como un balde de agua fría para la ojiverde, se le quitó el sueño deprisa y se acomodó bien en el asiento.
— ¿Qué? ¿Cómo me llamaste?— preguntó sorprendida.
Seulgi, por otro lado, quería morir de la vergüenza. No pretendía llamarla así, pero es que toda inocente y tierna recién despierta, Irene era igual a Joohyun. Aún no le cabía en la cabeza que dos personas pudieran ser tan parecidas.

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𝙑𝙚𝙣𝙙𝙚𝙩𝙩𝙖 - 𝙎𝙚𝙪𝙡𝙧𝙚𝙣𝙚
FanfictionBae JooHyun, ahora con 22 años, decide volver al pequeño pueblo donde nació y creció, y el que también conoció su humillación años atrás. Su objetivo era claro. Kang SeulGi se arrepentiría de haberse aprovechado del amor que una vez Joohyun le había...