"Señorita Kim, suba por favor..."
El ruido sordo de unas puertas siendo cerradas abruptamente se hizo oír por todo el salón. Las cabezas volteandose una por una en dirección a ellas con el objetivo de saber quién había provocado tan descuidado ruido en tan importuno momento. Mas todos los presentes, los que no sabían profundamente nada, sólo se llevaron una gran desilusión al no ser nadie realmente importante. Claro que, para los que sabían todo y alcanzaron a conocerla, o para personas como su hermana o Mabel, e incluso Momo, que ya había sido informada de todo, su presencia causó un gran desconcierto y hasta un poco de intriga.
La mujer baja y de cuerpo estilizado pasó de todas las miradas como si no hubiera ninguna. Caminó derecha y con pasos seguros hacia adelante, enfocada en lo que tenía en mente por hacer, y no desconcentrarse o intimidarse por lo que pudieran pensar sus más cercanos. Cuando llegó al frente, detrás suyo, pudo sentirla; la mirada de Seulgi quemando como una barra ardiente de metal en su cuello.
No le afectaba.
O al menos no lo permitía.
El fornido y elegante hombre; el Señor Lucian; que había estado a un lado de la Jueza para escuchar las declaraciones de los acusados, dirigió toda su atención a ella en cuestión de segundos. No de una buena manera.
- Pero ¡¿Cómo se atreve a interrumpir de esta manera?! -inquirió, indignado.
La intrusa sólo se acercó más adelante y habló directamente hacía él.
- Tengo una declaración que dar, señor.- dijo con voz firme y segura. Pues bien sabía que no debía flaquear en ninguna frase o podía darse por mujer vencida.- Una que probablemente selle este caso para siempre.
Seulgi ahogó la respiración y sus dedos se entrelazaban de ansiedad. Joohyun por fin estaba haciendo lo que debió haber hecho hace años. Y ella, a diferencia de Jongin y Sooyoung, sabía que era lo correcto y lo que merecían. El Fiscal, en cambio, entrecerró los ojos hacia la mujer de estatura baja con cabello largo y ropas oscuras, sin fiarse de ella.
Aclaró su garganta.- Usted no es una testigo de fiar, Señora. Ni tampoco la Fiscalía tiene registro de su identidad. Es imposible que usted pueda emitir declaración alguna. Le pido amablemente que se retire...
La jueza alzó una mano, indicandole educadamente al fiscal que se detuviera.
- Señor Lucian, permítame oír lo que la señorita aquí tiene que decir.
El mencionado asintió profesionalmente y dirigió a la nueva testigo hasta su lugar. Joohyun agradeció mentalmente el gesto de la jueza y la oportunidad que le estaba dando, mas cuando estuvo sentada en el lugar donde declararía y el Fiscal le exigió el juramento de la verdad, tuvo que soltarlo.
- Yo, Joohyun Bae, juro no mentir acerca de nada y en ningún aspecto de este caso ante la ley.
Listo. Estaba dicho.
Y sería una mentira tonta negar la reacción de las personas en el sitio, pues el silencio se instaló de manera instantánea; La audiencia calló. El jurado calló. Seulgi y los otros callaron; Joohyun podía oír la desesperación de Nayeon al no saber qué estaba haciendo, el desconcierto de Seulgi al pensar que había ido para terminar de arruinarla, y el enojo del Fiscal, que la observaba como a una lunática.
- ¿Pero qué clase de broma de mal gusto es esta? Le exijo inmediatamente que se...
- Señor Lucian.- reprendió la Jueza. El Fiscal recuperó la compostura, pero lo cierto era que esta chiquilla mentirosa lo estaba irritando.- Continuemos, por favor.
El intimidante hombre se posicionó frente a Joohyun y le lanzó una mirada amenazante. Para luego comenzar a caminar de un lado hacia otro, añadiéndole suspenso al asunto, como sólo él y las personas que se ganaban la vida de esa forma podían hacerlo.-Correcto.- comenzó.- ¿Cómo es qué usted es Joohyun Bae y está aquí, declarando en su propio caso hoy?

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𝙑𝙚𝙣𝙙𝙚𝙩𝙩𝙖 - 𝙎𝙚𝙪𝙡𝙧𝙚𝙣𝙚
FanficBae JooHyun, ahora con 22 años, decide volver al pequeño pueblo donde nació y creció, y el que también conoció su humillación años atrás. Su objetivo era claro. Kang SeulGi se arrepentiría de haberse aprovechado del amor que una vez Joohyun le había...