Capitulo 22

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Día #1

Desde el momento en que pisó el cuartel policial esa tarde ella supo que no había vuelta atrás. Que todo estaba jodido. Había llamado a su madre explicándole brevemente, debido al limitado tiempo del teléfono, pero ella no había contestado nada después de ello. Sintió su respiración en la línea y como luego susurró algo sobre que estaba en Londres, pero intentaría llegar lo antes posible. Su tono de voz siempre algo alterado. ¿Y cómo no estarlo? Se enteró que Sooyoung y los otros también habían sido arrestados y se encontraban los cuatro en celdas separadas (y alejadas) para que no hubiera tiempo de una posible conspiración en sus declaraciones.

Era tarde, del mismo día, cuando un oficial le mencionó que había una chica esperando para verla. La dirigieron esposada, porque obviamente no dejarían suelta a una pervertida, hacia el cuarto de visitas, permitieron que tomara asiento y por esa misma puerta, segundos después entró Momo.

- Tuve que debatir mucho conmigo misma para venir aquí.- dijo con un tono neutral, el policía, notando que todo parecía en orden, se retiró en silencio, cerrando la puerta a sus espaldas.

Ella asintió, comprendiéndola totalmente.

- No tengo perdón, Momo.- soltó dejando escapar un suspiro.- No tengo excusa, ni siquiera deberías estar aquí.

Momo tomó el asiento frente a ella, su rostro lucía algo cansado. Seguramente había tenido que encargarse del restaurante todo el día ella sola.

- Lo sé.- fue sincera también.- Pero te quiero, Seulgi. No sabes cuánto, odiosa.- era verdad. La relación de ambas siempre había sido como la de esos típicos hermanos que discutían todo el día, pero al final de éste, sabían muy bien que se querían. La castaña estaba luchando con sus ganas de soltarse a llorar ahora mismo.- Yo... Sólo no entiendo nada de esto y...

- No puedo explicar ni justificar mis acciones.- dijo ella tomando su mano cariñosamente, en un gesto que esperaba la aliviara. Quería consolarla. Que no sufriera por alguien como ella.- Sólo diré que esto era lo que merecía. Tantos años atormentándome el recuerdo, es mi castigo, Ella.- Momo apretó sus manos unidas al oírla. Aún no asimilaba como todo se había jodido tanto.- Sólo me duele mi hija. No quiero que sepa nada, que no pase por esto.

Momo dejó caer las lágrimas.

- Estás en prisión.- dijo en voz baja, como si no fuera obvio.- Si te condenan, ella lo sabrá algún día.

- Lo sé.- admitió Seulgi frotándose la sien.- Mabel... Ella...

Momo cogió un pañuelo de su bolsa y comenzó a secarse las lágrimas que le arruinaban el maquillaje. Sollozando en el proceso.- No quiere verte más.- confesó ella.

Seulgi asintió.- Lógico ¿no? - dijo con los ojos cerrados.- No quería que sufriera por esto.- Momo la observaba tan triste, Seulgi enfocó su mirada en ella después de unos segundos.- Matando a Joohyun ya la había matado un poco a ella también.- murmuró con lágrimas comenzando a arremolinarse en sus ojos.

La castaña la cortó rápidamente, volviendo a coger su mano firmemente para que la observara.

- Hey, tú no mataste a Joohyun.- Trataba de creérselo ella también.

- Sé lo que hice.

Ambas no sabían que más decirse. Eran buenas peleando, insultándose, y hasta golpeándose. Pero en estos momentos, en el que una de ellas necesita apoyo o consuelo, eran tan torpes como un ratón aconsejando a un gato para que se hiciera vegetariano.

Al cabo de unos minutos de silencio extremo, en el que sólo se habían oído los pasos de los oficiales afuera, ella habló:

- Bueno. ¿Qué sucede con los demás? ¿Quién fue el que los entregó?

𝙑𝙚𝙣𝙙𝙚𝙩𝙩𝙖 - 𝙎𝙚𝙪𝙡𝙧𝙚𝙣𝙚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora