Viaje y relajación

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Alex

Sí. Amanecí con una gran resaca y con ganas de desaparecer. Lloré hasta que mis ojos se secaron. Hasta que ya no pude más.

Son las seis y media de la mañana. Me arrastro hasta la habitación. Todo está revuelto. Recuerdo lo que anoche vi en esta cama y desisto en tocarla. Será mejor que busque otro departamento. Vivir aquí no me hará nada bien.

Ingreso a la ducha, el agua recorre mi cuerpo y mientras eso pasa pienso en cómo llegar a la oficina. Nicky tenía razón. Odio reconocerlo, pero es así. No puedo llegar a llorarle. Sería injusto después de lo que le dije por culpa de Zelda. Zelda, ese nombre me duele.

Salgo, me visto, no tengo ganas de ponerme una gota de maquillaje en mi rostro. Me tomo un café y veo todo el desastre en la cocina. Definitivamente haré una mudanza.

Si no fuera por varios documentos que tengo que firmar no iría a la oficina. Salgo de casa y subo a mi auto. Mi teléfono no ha dejado de sonar. Zelda ha llamado más de mil veces. Tendré que bloquearla.

En menos de 20 minutos llego al trabajo y lo primero que veo es a Nicky. Ella se sorprende por mi aspecto. Se supone que debería estar feliz por mi compromiso, pero todo fue un desastre. Sin decir nada mi amiga me sigue al despacho y yo no quiero hablar. Pero sé que ella no desistirá. Entro a la oficina y me voy al mini bar y no importa que sea temprano. Me sirvo un whisky doble y lo bebo sin hacer cara fea. Nicky me observa y me da el espacio que necesito. Después de unos minutos, que parecen horas, decido romper el silencio.

Alex: He sido buena persona, amo a mi madre, amo a mis amigos, me entregué a alguien sin pensar nada. Entonces no entiendo porqué tienen tengo que sufrir. -Me siento en el mueble de mi oficina y tiro mi cabeza hacia atrás- Nicky, tenías razón. Zelda es una perra. -Ella me mira, camina hacia mí, se sirve una copa y se sienta- Por Qué Nicky, porqué. -No puedo más y lloro. Ella no dice nada, solo me observa. Después de unos minutos habla-

Nicky: Lo que sea que haya pasado no te convierte en mala persona. Nena, llora todo lo que quieras. -Me abraza y lloro- ¿Quieres hablarlo? -Me dice-

Alex: No hay mucho que decir. Anoche llegué a mi casa, iba con la ilusión de pedirle a Zelda que se case conmigo, entré y la encontré en mi cama con otra mujer. Fue feo. La boté, luego bebí hasta no saber más y ahora estoy aquí, sintiéndome una mierda y de lo peor.

Nicky: Tú no has hecho nada, no tienes porqué sentirte peor. Sí que se portó como una perra la maldita Zelda. Alex, todo pasa por algo. Amiga y hermana, no tienes que dejarte vencer por esto. Mírate, eres hermosa, puedes tener a cuanta mujer se te plazca. Llórala un momento más y cambia el chip. Lo que te diré no te gustará, pero sé que no la amabas y que lo que más te duele es que te hayan herido el orgullo. -Nicky ha dado en el clavo, pero no lo aceptaré-

Alex: Quiero que no me pasas llamadas de ella, que bloquees todo intento de acercarse a mí, si manda flores o lo que sea, botas todo. Si llega a la oficina la mandas a sacar con seguridad. Hoy iré a dormir a un hotel porque no quiero llegar a esa casa. Quiero pedirte que me busques otro departamento cerca de acá, que te encargues de la mudanza y que nadie sepa que me he cambiado de casa. -Digo desesperada-

Nicky: Lo que quieras Alex, yo me encargo de todo y te diré cuando puedas regresar a tu nuevo departamento. ¿Me permites un consejo? -Asiento y ella prosigue- Tómate unos días, descansa, relájate, date un tiempo, piensa, limpia tu mente. Podrías dejar a cargo a Lorna, ella nunca te ha defraudado, además es tu socia. No hablo de vacaciones, hablo de que te des un tiempo y vayas a lugar que te haga sentir bien.

Alex: Quizás tengas razón, hablaré con Lorna. Me iría el sábado y volvería en dos semanas porque tengo que firmar el contrato con los Chapman.

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