Aceptación

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Alex 

Que Piper me haya dejado parada en medio de la sala de reunión de mi empresa me llenó de rabia ¿Qué se cree?

Quería verla, intenté ser cariñosa con ella, pero parece que sigue empecinada con la idea de sentir algo por mí. No voy a negar que me alegré cuando abrió la puerta de la sala, quise lanzarme a sus brazos, pero como terminaron las cosas no me queda duda que lo mejor que puedo hacer es alejarme de ella y tratarla solo por trabajo.

Salí del cuarto de reuniones dando un portazo, no me importó que los empleados me vieran así. En el camino me topé con Nicky, que me siguió hasta mi despacho. Intenté cerrar la puerta en su cara, pero sé que no se va a quedar sin preguntar qué me pasa, así que la dejé pasar.

Alex: Te advierto que no estoy para tus bromas ni para tus comentarios sin sentidos. -Me senté a la silla pegando mis ojos en varios documentos que estaban en el escritorio-.

Nicky: Tranquila, no seré yo la que te diga lo idiota que estás siendo. Solo vine a que firme estos documentos -Me lanzó unos papeles, los miré, tomé una pluma y estampé mi firma-. Hasta luego, Alex.

Nicky salió de mi despacho, me extrañó su actitud, pero mentalmente agradecí que no me preguntara por mi pésimo estado de ánimo. No quería pensar en Piper así que me sumergí en el trabajo. Y así pasaron dos días en los que no me quedó más que estar metida en oficina, reuniéndome con mi equipo de arquitectos, haciendo planos, organizando todo para empezar con la obra en Malibú.

El sábado debí hacer presencia en un evento solidario de uno de nuestros socios, no quería asistir, pero tengo que cumplir con compromisos, así que aquí estoy, perdida entre gente que no conozco, en un ambiente que no es el mío.

Varias personas se me acercaron, dialogué un buen tiempo con ellas y cuando me estaba sintiendo un poco mejor mis miradas se centraron en quien no debía. Sigo insistiendo, el mundo es tan pequeño...

Piper estaba aquí y no andaba sola, junto a ella estaba un enano que se mostraba bien cariñoso, la tenía abrazada por la cintura y lo maldije mentalmente, quise irme, pero como me encanta sufrir me acerqué a ella para sorprenderla.

Nos saludamos, se mostraba nerviosa y sonrojada. Luego me presentó a su acompañante. Y lo que vino después cayó como un balde de agua fría. El tipo andaba conquistándola y ella lo dejó acercarse. ¡Vaya! Qué mierda.

Después de que el tal Larry dijera que le había pedido a Piper que fuera su novia sentí rabia, náuseas, dolor de cabeza, quería salir de allí, no podía creer lo que escuché, ella era una mentirosa, hace pocos días se me declaró y ahora andaba feliz con otro. Es como todas, sinvergüenza.

Caminé hasta mi carro y encendí un cigarillo, necesitaba tranquilizarme, no podía conducir en este estado. Estaba por terminar de fumar cuando la vi venir, seguro andaba buscando su auto. Mientras se acercaba no dudé en enfrentarla. Estaba con rabia y quería desahogarme.

Alex: ¿Por qué me mentiste, rubia? -Se sorprendió y me miró-

Piper: ¿Perdón?

Alex: Me dijiste que no estabas con nadie y hace pocos días me pediste que fuera tu novia, pero ahora te encuentro con un hombre...

Piper: No debería darte explicaciones...

Alex: ¡Me mentiste! Me dijiste que no estabas con nadie y que tu última relación había sido hace un año. Eres como todas, incluso peor. -Su rostro se enrojeció y sin verlo venir me dio una cachetada que me hizo tambalear. Toqué mi rostro para intentar calmar el dolor. Pega duro la condenada-.

Buscando el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora