Daryl & Carol ©(En proceso de Edición)

Capítulo 02

El humo se dispersaba en el aire mientras el grupo se alejaba de Terminus.

Reunidos otra vez.

Como un grupo.

Una familia.

Los pensamientos del sureño se desviaron hacia Rick y Carol que conversaban alejados del resto.

No podía engañarse a si mismo, le interesaba demasiado saber que pasaría con ella después de todo.

Él sabía que ella se había equivocado pero ¡Vamos! después de que Carol sola salvara a todo el grupo la creía digna hasta de una maldita medalla.

Ella realmente había cambiado: De aquella mujer tan frágil a la guerrera que tenía en frente.

Una punzada en el pecho se hizo presente al pensar en todo lo que ella había tenido que pasar cuando estuvo sola y por un instante no pudo evitar preguntárse que habría sucedido si él hubiera estado allí para ayudarla.

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—No quiero hablar de eso, no puedo, sólo necesitó olvidarlo—musitó Carol mirando hacia ambos lados,vigilando.

Daryl chasqueó la lengua al verse descubierto,se sentía predecible.

—Esta bien—atinó a decir algo molesto.

Un ruido,un sonido débil pero perceptible alertó a ambos rompiendo el momento y haciendo que los dos cogieran sus armas.

—No es nada—afirmó el arquero tratando de parecer sereno para no alertarla.

Pero se equivocaba,ella también lo había notado.

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Ambos caminaban trayendo consigo algunas botellas recién llenadas llevándolas hacia donde estaba el grupo.

Ambos con sentimientos encontrados y pensamientos confusos.

Daryl se sentía incómodo.

Conversar con Carol antes había sido tan sencillo y ahora sentía como si un muro se interpusiera entre ellos.

Se ánimo a decir algo—Oye entiendo, no quieres hablar de eso ¿Estas bien?—preguntó tratando de no mostrarse impaciente.

—Tengo que estarlo—respondió ella mirando a la nada.

—Tenemos que comenzar de nuevo –propuso—Todos nosotros ,con el resto.Tu y yo .Tú nos salvaste por tu cuenta—ánimó con una media sonrisa.

—Tuvimos suerte–afirmo sin inmutarse—Deberíamos estar muertos.

—Oye no estamos muertos—asevero con firmeza el sureño —y lo que haya pasado, pasó. Comencemos de nuevo.

—Quiero hacerlo.

—Y puedes.

Ambos se miraron con sinceridad por primera vez y algo en el corazón del sureño se encendió.

¿Qué era exactamente?

No lo sabia pero por ahora no le importaba con que ella estuviera bien ,le bastaba.