2. Afrodita

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Bastian

Me apresuro a entrar en el departamento de mi estúpido y flojo amigo, cuando esta mañana recibí un mensaje de Caiden con una lista de cosas que supuestamente tenia que comprar yo como tonto voy y le hago caso a el, aun sabiendo que de seguro el asunto no era buena idea, y todo por que es uno de mis mejores amigos… no, ya que el desgraciado es mi mejor amigo desde los 11 años, ya que ambos estamos en este mundo… ambos entendemos la presión a la que estamos sometidos cada uno. Cuando la fama se nos presentó a ambos, nos dimos cuenta que muy pocas personas se acercan a uno solamente con buena fe, todos quieren algo de nosotros, todos piensan en la mejor forma de utilizar nos para su beneficio, ya que al parecer creen que no tenemos cerebro y lo único que sabemos hacer bien es sonreír a una cámara y que al haber saltado a la fama tan jóvenes carecemos de la inteligencia necesaria como para no ver que buscan algo.

Y un claro ejemplo de que todos buscan algo es la “señorita” que tengo a lado mío, no me agradan los periodistas ya que al parecer no pueden entender que algunos solo queremos ocultar nuestra vida privada, ya que es privada, simplemente no me cabe en la cabeza que ellos no entiendan eso y tampoco su curiosidad, persistencia infinita y imaginación tan grande que incluso ven cosas donde no las hay.

—¡Bastian! ¿Eres tu? —Caiden sale de su habitación sin ninguna ropa puesta, los colores suben a la cara de la chica que tengo a mi lado y yo solo me maldigo por tener a un amigo exhibicionista.

—¿Por que estas desnudo? — Caiden sonríe encantadoramente mientras toma una camiseta que tiene tirada en el pasillo para cubrirse… lo que tiene que cubrirse, por una vez agradezco que sea tan desordenado como para tener sus cosas tiradas por todos lados.

—Bueno… ehhh… ¿recuerdas la película para que hice casting? — asiento pero no tengo idea de a cual de todas se refiere, pero puedo ver que por la sonrisa que tiene en su rostro que es un papel que quería desde que se entero se su existencia, lo cual prácticamente resume más de la mitad de películas y series de las que me habla, que puedo decir… Caiden es ambicioso y enérgico — pues me dieron el papel y en una escena tendré que salir como dios me trajo al mundo, así en toda mi perfección. — se señala con una mano el cuerpo que le costó muchas horas de trabajo en el gimnasio, para luego mirar a la periodista y lanzarle una de sus “miradas poderosamente irresistibles” como el las llama — Pero tu dime amigo mío  ¿por que traes a tan hermosa chica a mi casa?

—¿Si, por que me trajiste Bastian? — la periodista me mira con unos ojos ¿verdes? ¿Azules? acusadores y me sorprende que ahora mismo no esté babeando por mi amigo que esta prácticamente desnudo en frente de ella, aunque el color en sus mejillas sigue ahí.

—Necesito tu ayuda… y aquí tienes tus mierdas que son la razón por la que esta periodista está en tu casa — remarcó periodista para que entienda un poco del asunto mientras le lanzo la bolsa a Caiden que logra atraparla con la mano que no está sujetando la camiseta sobre sus partes nobles y me mira frunciendo el ceño y luego a la bolsa y luego a la periodista.

—Hay Bastian, ¿cuál es el problema?

—Primero vístete — Caiden asiente y regresa a su habitación de nuevo, con la condenada bolsa en mano, no se ni para que quiere esas cosas, miro otra vez el reloj en mi muñeca y en definitiva voy tarde para mi cita con mi querida Amanda en la disquera para la que trabajo pero me temo que no puedo ir hasta solucionar el problema, miro al problema y ella me continua mirando con los labios fruncidos.

—¿Me puedes devolver mi teléfono? — volteo los ojos.

—No por ahora, dame quince minutos y te lo doy, luego te podrás ir a cumplir tus planes o a seguir acosando a las personas, espero que nunca nos volvamos a encontrar. — sus ojos me miran como si quisiera saber que planeo pero se rinde y voltea  sus ojos cansada.

—Yo también lo deseo Bastian, pero debido a tu trabajo y el mío nos encontraremos, tal vez no me veas pero yo si tendré que hacerlo señor Black — el tono sarcástico que usa en las últimas palabras no se me escapa, una de las cosas que amo y odio de ser famoso es que todos al parecer ya saben quien soy y yo no tengo la puta idea de nada, como ahora que ella sabe mi nombre pero yo no se el suyo, cuando abro la boca para preguntarle este dato Caiden decide volver, ya con la ropa puesta le doy el teléfono de la periodista.

—Aquí ella tiene fotos de mi saliendo de esa maldita tienda — solo tengo que decirle eso para que entienda, Scott me dejo muy en claro que no quiere escándalos antes de que haga la gira que tengo programada en un mes y si esas fotos salen a la luz estoy segura de que  me formarán un escándalo.

Y uno un poco grande.

La chica se queja mientras Caiden conecta el teléfono a un cable USB para conectarlo en su computadora y en menos de 5 minutos de teclear en su laptop logra desbloquear el teléfono, Caiden es un genio con las computadoras y aunque el lo niegue este hecho nos otorgó la fama a tan temprana edad.

Limpia el teléfono de imágenes mías en tiempo récord para luego bloquearlo nuevamente y dárselo a su dueña.

—Listo, aquí tienes tu teléfono… Afrodita — frunzo el ceño, ¿Afrodita? Supongo que es una broma de Caiden quien tiene una sonrisa divertida mientras observa a la chica de pies a cabeza.

—Cállate, que eso es el resultado de una madre que cree que mi padre es un dios griego; mis abuelos nunca debieron dejarla leer tantos libros — dice la chica con fastidio mientras voltea los ojos, entonces ese es su nombre, que curioso — bueno ya que me quitaron una muy buena paga que me hubiera ayudado a cubrir un mes de alquiler, me voy.

Afrodita se va murmurando algo como que ya ni puede trabajar y ganarse su pan del día en paz, y insultándonos de una manera muy notoria en voz alta donde nos dice de todo menos lo guapos que somos .

—Vaya que la chica tiene carácter — dice Caiden cuando la puerta de su departamento se cierra y yo hago un movimiento afirmativo con la cabeza — que nombrecito tan raro se carga la chica, aunque no le tiene nada que envidiar a la misma afrodita.

Lo pienso y tiene razón la chica era hermosa, alta con un cuerpo espectacular, con los ojos grandes y expresivos, con pestañas largas y tupidas, el cabello de un color muy cercano al chocolate y al rubio al mismo tiempo. Era hermosa… pero irritante e infantil, eso lo comprobé de todas las veces en las que me pidió su celular de camino aquí.

Estrella Fugaz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora