27. Suficiente

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Cada segundo que pasaba era completamente asfixiante, los murmullos se extendían por el pasillo con el eco que este ocasionaba al estar prácticamente vacío, con excepción de una que otra enfermera que caminaba con paso apresurado sin tiempo que perder, todos parecían relajados en el pasillo, frente mío, los padres de Adra tenían una conversación entre susurros con Ares y Angie, y lo que se que Ares les está comentando a los señores, les hacía sonreír.

Cuando Angie me los presentó parecían personas un tanto relajadas pero aun así con angustia en sus fracciones. En cambio Opal esta al otro lado del pasillo con su inseparable teléfono en mano, tiene el ceño fruncido mientras escribe frenéticamente en este.

Mientras que yo estoy sentado en una de las sillas que siempre son incómodas de él hospital, tratando de revolverme disimuladamente en mi lugar, mientras trato de distraer mi mente, para no pensar demasiado en lo que sucede tras las puertas al final del pasillo, mi vista se desvía a la puerta cada cinco minutos esperando… esperando…

El tic del reloj en mi muñeca me recuerda constantemente el tiempo que pasa, no se que hacer, no hay más que hacer que esperar, primero a que la operación termine y luego a que ella despierte y por más que lo quiera se que no podre ser el primero en verla, ese lugar obviamente esta reservado para sus padres y luego de seguro que entrarán sus amigos, ellos tienen más derecho que yo a verla, estoy seguro que Ares la verá antes que yo.

Observo al chico de cabello azul que sonríe alegremente a los padres de Adra, con ademanes de manos les explica algo que los hace reír suavemente de forma genuina, yo hable dos segundos con los señores y fueron los segundos más incómodos que tuve esta semana y estoy seguro que esa sensación no fue unidireccional.

Terminaré siendo el último en la fila de personas importantes en la vida de Afrodita, y estoy empezando a creer que talvez nunca entre en esa lista.

Afrodita, ella odia ese nombre pero he notado que Ares solamente la llama de esa forma, ningún diminutivo o fusión como lo hacemos los demás, como lo hacemos el resto, esa sensación de frustración, dolor y enojo se instala y lo odio, odio los celos. Odio saber que probablemente solo sea uno más de los que Adra dejó atrás, de la misma forma  que descubrí tiene tendencia a alejar a la mayoría.

El zumbido que proviene de mis jeans desgarrados me distrae un momento, saco mi teléfono y me encuentro con un mensaje de Caiden.

Perra Drama Queen
¿Dónde carajos estas? Llevo una hora esperándote
¿Sabes lo humillante que es que te dejen plantado?
Todos en el restaurante me miraban y murmuraban, otros incluso me sacaron fotos por la pena que sintieron por mi.


Yo
Lo siento…
No seas tan dramático
Y estoy seguro que las personas no te miraban y sacaban fotos por que te planteé , estoy muy seguro de que eso fue… hay no se…
¡¿Tal vez por que tu cara esta en las carteleras de cine?!


Perra Drama Queen
Hey, hey te dije que dejaras de ser una perra conmigo.
Y no te perdono
Y no soy dramático, estuve esperando nuestra cita por ¡tres meses! Para que no te importe y me dejes plantado
¿Dime que es más importante que tu mejor amigo?


Y yo ya te dije que no soy ninguna perra contigo
Y… te conté que vendría al hospital ¿no?


Si lo hiciste


Aquí me encontré a Angie


Y esa quien es? Por que estoy seguro de que no puede ser más importante que yo.


Ella es una de las amigas de afrodita


¡La diosa! De acuerdo te perdono pero quiero que la traigas de nuevo a nuestras vidas



No lo entiendes
Adra esta aquí, ahora mismo esta en el quirófano


Cuando el mensaje se envía y comienza a aparecer el “escribiendo” una doctora aparece de entre las puertas que tanto he estado mirando, no puedo identificar ningún tipo de emoción en el rostro de la doctora, y eso no hace nada para que mi preocupación disminuya, me pongo de pie al igual que los demás pero no me acerco a donde están todos, me quedo en segundo plano por que puedo escuchar la conversación desde donde estoy perfectamente.

En general no entiendo gran parte de lo que la doctora dice, pero cuando dice que toda la operación fue un éxito hasta el momento, el alivio me invade profundamente y me dejo caer otra vez en la silla incómoda, esa opresión que llevo sintiendo en mi pecho toda la mañana se desvanece y siento que ya puedo respirar mejor. La madre de Adra sonríe pero unas lágrimas se le escapan mientras se abraza a su esposo, este está con los ojos cerrados con una pequeña sonrisa en su boca claramente aliviado. Mientras tanto Ares abraza a Angie y a Opal al mismo tiempo, levanta a ambas del suelo y las hace girar una vuelta, Angie suelta una risa cuando regresa de nuevo al suelo y Opal esta rígida y incómoda por el abrazo pero aun así sonríe un poco.

—¿Cuando podremos verla? — la emoción que refleja Ares es palpable y hasta puede ser contagiosa, me pregunto cuanta felicidad y sonrisas le debió contagiar a Adra.


—La paciente no despertará en horas, pero hasta el momento está en la sala de recuperación, muy pronto será trasladada y podrán verla solo por unos minutos,–  todos asentimos y la doctora continúa su camino pero cuando pasa a mi lado me mira fijamente unos segundos y se que me ha reconocido y se que esta noticia no va ha tardar en propagarse.


Media hora después como lo predije soy el último en verla, cuando entro a su habitación el ruido de los pitidos que hace la máquina que controla sus latidos me recibe, es constante, como el compás de una canción, bum, bum, bum, marcando el inicio, sin prisas esperando la perfecta melodía y la letra que la acompañará, bum, bum, bum, un recuerdo de que esta viva y aquí conmigo, no esta despierta pero esta aquí después de meses.

Me acerco a la cama en donde está,, la visión que tengo de ella me rompe un poco, por un segundo dudo que sea ella, pero luego la observó detenidamente y se que no podría ser nadie más, esta con los ojos cerrados, no hay rastro de las largas pestañas que solían adornar sus ojos, esta pálida lo que sólo hace que las ojeras que tiene sean mucho más notorias, esta un poco delgada pero no ha perdido mucho peso lo que me tranquiliza un poco, tomo una de sus manos que descansa a un lado de su cuerpo y la sostengo entre las mías, es tan pequeña y delicada, mis manos con callos por tocar la guitarra se ven enormes entre el rededor de la suya.

—Sabes… — mi voz sale rasposa y ronca — Escribir y plasmar toda clase de sentimientos en el papel, me libera, cada rima que canto, esa es mi felicidad… o lo era, pero apareciste tu y eso ahora nunca parecerá suficiente.


Nota de Autora:

Lo siento por la demora pero no es mi culpa, la culpa es de una de mis amigas que me introdujo al oscuro mundo del manga. 👀👀

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