29. Inseguridad

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Afrodita

Inseguridad, ese es el mayor monstruo al que nos enfrentamos y muchas veces ignoramos, lo ignoramos frente a todos la mayoría de las veces mientras que en la soledad de nuestra habitación nos juzgamos y repasamos todo lo que hicimos en el día, buscando fallas, un comentario, haber reído más fuerte de lo normal o nos miramos al espejo practicando o recreando expresiones para saber que tal nos vemos, tan inseguros, todos lo sufrimos como si se tratara de una enfermedad que empieza en nuestra adolescencia y que nunca se va del todo, estamos más pendientes de como nos ven los demás que no solemos preocuparnos del como nos vemos nosotros mismos.

Yo estaba llena de inseguridad, aun lo estoy, pero ya no es tan fuerte y ya no quiero permitir más que ese sentimiento me controle.

Bastian era inseguro, yo lo sabía, el nunca había tenido el tiempo de descubrir por sí mismo quién se suponía que era.

No me mira a los ojos, apenado como si yo le recordará algo malo, en su lugar mira a otra parte de mi rostro pero nunca a mis ojos, si pudiera regresar en el tiempo sinceramente no cambiaría nada, si, Bastián me gustaba en el momento en el que se declaró y me continua gustando un poco, pero el esta confundido y esta completamente perdido a la espera de que alguien le diga que hacer y le de la respuesta de quien es; como lo lleva haciendo toda su vida, las personas lidian con la fama de forma diferente, algunas personas son como Caiden que se volvió co - dependiente de sus fans y que le encanta la atención que recibe y es espontáneo y tiene ese aire juvenil, por que el se quedó estancado en el momento en el que llego a la fama, se quedó estancado a los 17 años.

En mi carrera como periodista también vi como otros llevaban la fama de una forma muy sana queriendo mantener una normalidad y sin que se les subiera el ego, pero también estaban los que lo llevaban al contrario, aceptando que ya no eran personas de la multitud viviendo su vida a más no poder, con fiestas, mujeres, autos de último momento y también están los que se sienten abrumados por la fama, supongo que al ser adolescentes y ya tener el dinero suficiente para desperdiciarlo les debe de abrumar demasiado, muchas emociones y la única manera en la que lo logran centrar son las drogas desgraciadamente.


Bastian no cayó en  ninguno de esos casos, el solo se sintió desorientado y comenzó a hacer lo que le pidieron, siempre con la ayuda de alguien, siempre con alguien a sus espalda diciéndole que hacer, hasta que se hartó de eso y trató de revelarse, volviendo a estar desorientado y hizo lo que se esperaba de una estrella de Rock.

Un horrible cliché a mi parecer.

Le doy otra sonrisa a Bastian señalando una silla alrededor de mi cama, al parecer a todos les gusta estar alrededor de mi como si me fuera a romper.

—Siéntate — el asiente con los labios apretados, pensando, esta un poco bronceado, supongo que las fiestas en la playa que hizo dejaron su marca, pero el bronceado hace que sus ojos verdes resalten mucho más, su cabello está un poco más largo y tiene un rastrojo de barba de unos días, Bastian mete las manos en el bolsillo de su suéter blanco que parece unas tallas más grande que el. —¿Estás bien Bastian?

Sonríe de medio lado y yo llevo a mis dulces a un costado, acomodándolos en la mesita que tengo al lado de mi cama, aparto el cabello azul de mi rostro poniéndolo detrás de mi oreja, aun estoy un poco incómoda por la operación de ayer, me acomodo de nuevo en la cama de hospital.

—No lo sé, me siento un idiota total — su gesto se tuerce en una mueca descontenta con el ceño fruncido, mientras mira abajo, se ve realmente adorable.

—¿Por qué?

Se queda en silencio pensando, esta visita está más llena de silencios que de cualquier cosa.

Bastian abre la boca pero no sale ningún sonido, espero pacientemente hasta que se decide, me mira a los ojos buscando algo dentro de mi, — ¿Alguna vez te gusté? — me pregunta inseguro, y se que las siguientes palabras que diga son muy importantes, pero aun así no puedo evitar la risa que se me escapa a causa de su inseguridad.

Como dije nadie esta libre de la inseguridad, ni siquiera una de las estrella más brillantes en el cielo llamado la farándula.

—Ni siquiera tienes que preguntar algo así — lo miro pero realmente parece confundido por mi actitud — Bastian mírate a un espejo — lo señalo con mis manos — literalmente eres un sex-symbol, una gran parte de la población femenina de este país suspira por ti y eres el protagonista de muchas fantasías sexuales. Es obvio que me gustas… — la alegría cruza su rostro fugazmente y el inicio de una sonrisa aparece en sus labios, pero mato su sonrisa al sacudir mi cabeza —  me gustabas.

—¿Ya no…?

—No, bueno, solo un poco — junto mi dedo índice y mi pulgar — pero pase por mucho y me di cuenta de lo vacía que estaba y que… no importa, pero tu en parte eres igual a mi. O tal vez todos tenemos un hueco en nuestra alma, tal vez la mayoría lo llena con otra persona, pero no quiero ser así.

» Y tu… tienes que averiguar muchas  cosas sobre ti mismo.


—Lo se, ¿Sabes que estoy pensando en dejar la música? — me pregunta y yo lo miro fijamente sorprendida, el sonríe tristemente — Al principio solo pensé en un año sabático para aclarar mi mente, pero ahora solo quiero dejar la música atrás, ya solo me parece estresante y de todas formas tengo el dinero suficiente para pasar todo el resto de mi vida sin hacer nada — se encoje de hombros como si no fuera tan importante, pero se que lo es, probablemente la música sea lo único importante en su vida y su única constante — además siempre quise ir a la universidad.

—¿Y que quieres estudiar? — le pregunto aun un poco aturdida por su confesión. Pero antes de que pueda responder la puerta de mi habitación se abre y un Ares un poco agitado entra, mientras corre a mi a abrazarme.

—Es un monstruo Afrodita, es un monstruo, la mató y no siente nada — solloza fingidamente y a continuación entra Angie con una sonrisa, y Ares la señala acusatoriamente como si yo fuera su madre y ellos fueran unos niños peleando — mírala, esta sonriendo regodeándose en el dolor que ha causado.

Me río con el comportamiento exagerado de Ares.

—¿Que hiciste Angie?

—¿Yo? — pone ojos de inocente y ofendida.

—Ángela Marie Clark — le advierte Ares separándose de mi — obligaste a Jaden a matar a Yosel.

Mis ojos se abren mientras miro a Angie que ahora esta mirando una mancha en el techo como si fuera lo más interesante del mundo, —Ángela Clark ¿hiciste que? — la sonrisa de Angie crece demostrando que en realidad disfruta de nuestras reacciones, veo que Bastian nos mira confundido y decido aclararle el asunto — Angie esta escribiendo una novela y al parecer acaba de matar a la protagonista de la historia.

—No sólo la mató, no se conformo solo con eso, sino que obligó a él amor que es Jaden a matarla — aclara Ares y luego señala a Angie acusadoramente — se donde vives desalmada, más te vale cambiar el final o…

—¿O que? Una llamada a mi familia y no tendrás donde esconderte — ahora es Ares quien la mira ofendido. A Angie le encanta jugar la carta de su familia numerosa y si su libro logra salir a la luz y ser publicado va ha tener que usar esa carta más seguido de lo que alguna vez creí.

Angie y Ares se la pasan peleando un rato más hasta que llaman la atención de una enfermera que los manda a callar y que vino para llevarme a rehabilitación, supongo que es momento de iniciar con mis ejercicios. Todos se despiden de mi, Bastian siendo el último.

—Volveré pronto — dice un poco incómodo .

—Espero que así sea — extiendo mis brazos en una clara señal, y el la recibe, me rodea con sus brazos de forma delicada como si temiera  que me fuera a romper, pero aun así se siente bien, me permito cerrar los ojos disfrutando del calor y la seguridad que me da.

Lo quiero de eso no hay duda ahora.

Pero el estar juntos en este momento no es una buena idea.

Estrella Fugaz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora