Estrella Fugaz

11. Farsa

—Hola Black — Adra entra a la cocina bostezando y frotándose un ojo, lleva puesta la polera blanca que le preste como piyama y sus jeans, es la segunda vez que la veo sin una gota de maquillaje y las marcas de la adolescencia se hacen presentes en su rostro. Camina arrastrando los pies y se sirve media taza de café y completa el resto con leche y toma asiento a lado de mi — Bueno… como ayer no tuvimos avances en la composición de la canción… hecho del que voy a aceptar la mitad de la culpa.

—Tu tienes la culpa…

—No, no tengo toda la culpa la otra mitad le corresponde a Gomita — dice señalando a la gata que ahora esta dormida, yo si termine una canción, pero solo lo sabré hasta hoy en la tarde cuando trate de ponerle el ritmo de forma adecuada y compruebe si la letra puede funcionar.

—No puedes culparla, es un gato — tomo otra cucharada de mi cereal de letras.

—Entonces tu también tienes la culpa por permitirme perder la tarde jugando con la gatita… pero no estamos aquí para asignar culpas, estamos para escribir una canción que enamore a tus fans, ¡necesitamos inspiración! — se toma de golpe su café y la veo ir a la sala de estar gracias a que esta es una cocina abierta, recoge el cuaderno que estábamos utilizando ayer y un bolígrafo.

Termino mi cereal antes de que ella llegue.

—Adra…

–Bueno… ¿donde esta todo lo que avanzamos ayer? — pregunta mientras frunce el ceño  al cuaderno buscando la hoja en la que ella escribió.

Esa hoja está descansando en el cajón de mi mesita de noche, esperando a que le ponga melodía.

—Todo lo que avanzamos fue un título — le recuerdo y me levanto para darle comida a Gomita que continúa durmiendo.

—Fue un título hermoso en el que sólo yo aporté. Pero vamos ahora con el intento dos, dime lo primero que se te venga a la cabeza… y de ahí podemos sacar una idea — lo pienso un instante mientras acomodo el plato de gomita en su lugar. Afrodita me mira expectante como si lo que fuera a decir fuera la siguiente gran idea en el mundo de la música.

—Que… que deberíamos revisar mis intentos fallidos o las letras que deje inconclusas.

Así nos pasamos la mañana, con muchas hojas de toda clase, en las que anote frases o rimas que no llegaron nunca a nada.

—Por qué anotaste tus ideas en esta servilleta —Inspecciona el papel y luego me lo lanza para que lo vea.

—“No hay nada que ganar, pero si que perder. Avanzo con una mentira que nunca se volverá realidad. Quiero escapar pero hay una cadena que me ata a ti. Solo quiero huir y gritar la verdad” — leo las palabras y recuerdo el momento que lo escribí.

—Vaya… ¿Porque escribiste algo así? — me pregunta curiosa y se que en este momento su instinto de periodista quiere tomar el control.

—Fue cuando salí con Valentina…

—Oh, recuerdo eso, causaron furor ustedes dos, ¡eran la pareja perfecta! Y cada vez que se les veían juntos eran tan adorables y lindos, Angie siempre me lo decía… ella juraba que se casarían y que tendrían lindos bebes, fue un poco divertido ver cuando ustedes rompieron y ella se quedó en shock cuando le di la noticia y todas sus ilusiones se desmoronaban, ella todavía espera que vuelvan a estar juntos, por que a decir verdad son perfectos juntos…

—Fue una farsa — digo por que no aguanto más el como ella habla de Valentina y yo, y quiero aclararle que entre Valentina nunca hubo, ni habrá nada más que amistad. Adra se queda en silencio por un instante antes de formar una “o” con los labios y ese brillo de curiosidad pasa por sus ojos que ahora parecen más azules que verdes.