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El chico de cabello negro es lanzado bruscamente contra el estante de libros de ese salón de clases vacío y abandonado.

Las risas no se tardan en escuchar cuando el joven jadea de dolor.

Uno de los matones lo toma del cuello de la camisa y lo golpea contra el suelo, rápidamente arrancándole el uniforme escolar y riendo con los otros ante su acción.

—¡N-No, no! Por favor...— ruega entre llantos.


• • • • • • • • • • • • • 


Cuando la tortura ha terminado —una vez más—, el pelinegro se levanta del suelo, lleno de golpes y sangre corriendo por todo su cuerpo delgado.

Se coloca su ropa de nuevo y sale del salón en cuanto puede, agarrándose de las paredes para no caerse.

Logra salir de la escuela y respira el aire fresco.

Las lágrimas en sus mejillas se secan al instante mientras camina fuera del campus, acercándose a la calle.

Camina un poco más, nada tiene sentido.

Se queda parado al costado de la carretera, mirando algún vehículo que se atreva a pasar, y cuando ve un camión cerca, cruza.

Logrando así ser atropellado.

«Quiero morir»

Donghyuck abrió sus ojos agitado y sudoroso, su corazón latía frenéticamente y se sentía muy angustiado.

Peinó su cabello castaño hacia atrás, quitando el sudor de su frente y se quitó las frazadas de encima, levantándose de la cama.

—¿Ese fue... un sueño?— se preguntó a sí mismo, jadeando con el ceño fruncido, confundido— ¿Qué clase de sueño de mierda es ese?

El pecho de Donghyuck aún seguía subiendo y bajando.

Para él, ese tonto sueño se sintió tan real... que incluso pensó que lo había atropellado un camión.

La horrible sensación seguía allí.

Donghyuck apretó el puente de su nariz y luego suspiró.

A pesar de que sintió que fue él a quién atropellaron, en realidad se veía como otra persona, alguien que él no conocía en lo absoluto.

—¿Será que tuve este sueño porque estoy muy cansado últimamente? ¿O acaso mi día será una mierda como ese sueño?— se preguntó nuevamente a sí mismo ya que, era tan solitario desde que tenía memoria.

Mientras tomaba su celular, definitivamente pensaba que debía tener cuidado hoy.

La alarma de las 6 de la mañana sonó y Donghyuck sólo tenía la oportunidad de tomar su chaqueta y salir corriendo de su casa.

18 años.

Ese es el tiempo que ha estado viviendo este tipo de vida.

La peor.

Su madre quien abandonó y dejó a su único hijo en la pobreza, junto a un padre abusivo.

Y su padre quien se fue, justo después de que su madre lo hiciera, sin ningún remordimiento.

Donghyuck quien quedó completamente solo, ni siquiera tuvo tiempo de sentirse triste.

Tuvo que trabajar muy duro para pagar las deudas y gastos, tuvo que hacer todo lo que pudiera para continuar viviendo.

Y estuvo demasiado ocupado luchando para sobrevivir cada día.

La campanilla del ring de boxeo sonó.

—Bien, bien. Es suficiente— dijo el entrenador.

Donghyuck se quitó los guantes y exhaló el aire, limpiando las gotas de sudor en su frente.

—En verdad estoy sorprendido— le dijo el hombre mayor— Has mejorado mucho.

El chico rió tímidamente, frotando su nuca.

—Eso es porque estuve entrenando las semanas anteriores.

—Es muy difícil encontrar gente como tú— confesó el entrenador maravillado— Normalmente, los tipos que no saben nada de boxeo y buscan empleo aquí, terminan renunciando al instante— dijo— Tú fuiste diferente desde el principio. A pesar de ser golpeado una y otra vez, aún continuabas de pie— recordó divertido— Aquí tienes tu paga de hoy— le tendió el dinero sonriente— ¿Sigues sin tener interés en entrenar de verdad?

—Lo pensaré cuando pueda darme el lujo— respondió Donghyuck, agradecido por el dinero.

—Oh... bueno, es una pena. Tipos fuertes como tú no son cosa de todos los días.

Donghyuck rió ante el repentino halago y se despidió del hombre, saliendo del gimnasio.

Miró unos segundos los billetes en sus manos para luego guardarlos en el bolsillo.

En poco tiempo, sería capaz de pagar todas sus deudas.

No importaba lo jodida que era su vida, algún día todo sería mejor para él.

El chico comenzó a caminar por las calles, pensando en que debería ir por el camino del boxeo una vez que pague todas sus deudas y tenga un poco de tiempo para él.

Pero un par de voces y risillas interrumpieron sus pensamientos.

Se volteó y pudo ver un grupo de estudiantes pasando un rato juntos.

Ahora que lo pensaba bien, durante todos estos años se enfocó en tratar de sobrevivir día a día solo, que se olvidó que su sueño era continuar la escuela.

Tal vez era un poco tarde, pero también estaba seguro de que podría prepararse para la escuela otra vez.

La señal de peatón se cambió a verde mientras Donghyuck esperaba a la orilla de la carretera para cruzar, una vez que vio que podía pasar, comenzó a caminar.

De su mente no salía una sola pregunta:

¿Qué he hecho mal?

Pero él sabía muy bien que nada lo que hacía importaba, el problema siempre era el dinero.

Pero también sabía que el día que pagara todas sus deudas, no tendría que trabajar día y noche como estaba acostumbrado a hacer.

En verdad pensó que debía tener cuidado ya que tuvo esa clase de sueño, pero lo único que hizo mal en ese momento, fue distraerse por unos segundos con sus planes del futuro.

Y no ver ni escuchar el camión que se había quedado sin frenos y que justo, lo atropelló.

En ese entonces, Donghyuck sintió la misma sensación que había sentido en aquél sueño cuando se cruzó frente a ese camión idéntico a éste.

Sabía que su vida era una mierda, pero nunca pensó que sería una sin esperanzas de mejorar.

De todos modos..


Donghyuck quería seguir viviendo.

destiny games • markhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora