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—Ya llegamos, así que puedes bajar.

Donghyuck se sobresaltó ya que estaba metido en sus pensamientos.

—Ah, sí.

Abrió la puerta del auto y bajó, mirando hacia la casa.

Bueno, por lo menos podía decir que tuvo suerte.

Viviría en una gigantesca residencia cuando en realidad toda su vida estuvo limitado a vivir en una pequeña casa con apenas dos habitaciones, un baño y un apretado comedor—cocina.

La mujer entró, siendo seguida por Donghyuck.

—¡Jaemin! ¡Baja, tu hermano ya llegó!

Donghyuck frunció el ceño.

¿Este tipo tenía un hermano?

Unos brazos repentinos lo abrazaron con fuerza.

—¡Qué bueno que has regresado!— se alejó, pero sus manos seguían en los hombros del otro— ¿Tienes idea de lo mucho que me alegré cuando escuché que habías despertado? Estoy muy feliz.

Donghyuck lo miraba un poco asombrado, después de todo, no estaba acostumbrado a tantos buenos tratos.

De todos modos, ¿este chico era su hermano? Ni siquiera se parecían un poco.

—Jaemin— llamó su madre— Te lo advertí por teléfono, es probable que Haechan esté confundido, así que trata de no ponerlo incómodo.

—Sí, te oí— le dijo a la mujer mirándola y luego volviendo su vista al pelinegro frente a él— ¿Tampoco me recuerdas?

—No... lo siento.

—Está bien, no te preocupes, ¡Puedo ayudarte a recuperar tus recuerdos! Si necesitas algo, sólo dime, ¿Sí?

—Oh... uhm... bueno, gracias.

—Jaemin— llamó su padre— Tenemos que ir a su escuela ahora, así que por favor guía a tu hermano a su habitación y ayúdalo en lo que necesite.

—Claro, papá— asintió.

Los padres bajaron las escaleras y Jaemin comenzó a caminar en dirección contraria.

—Sígueme, te guiaré hasta tu habitación.

Donghyuck obedeció, pero de repente el ambiente se puso algo tenso y extraño.

Abrió la puerta de la habitación y se quedó a un lado.

—Aquí es, entra.

El chico frunció el ceño ante la brusquedad de aquella petición, aunque parecía más una orden.

Tal vez estaba analizando demás la situación y suponiendo cosas.

—¿Qué? ¿No vas a pasar?— preguntó, mirándolo con amabilidad.

De igual manera, algo se sentía muy raro.

—Sí...— contestó el otro, entrando al lugar.

Bastardo perdedor— soltó Jaemin de repente, logrando que Donghyuck detuviera su paso— Debiste haberte muerto mientras podías, ¿Por qué tuviste que volver a despertar? ¿Quisiste volver a experimentar el vivir en un infierno una vez más? ¿O tal vez te agrada ser tratado de esa forma?— preguntó burlón con su mano en el hombro del chico, el rostro de Donghyuck era puro desconcierto y confusión— ¿No podías pensar en mí, quien tiene que asistir a la escuela todos los días con un perdedor como tú?

Donghyuck no entendía, ¿acaso estos dos tenían una mala relación?

Aún así, era bastante raro y preocupante que dos hermanos se dijeran ese tipo de cosas por más mala que fuera su relación.

destiny games • markhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora