destiny games • markhyuck

10

Mark lo miraba fijamente.

—¿Me seguirás la corriente?

—No entiendo a qué te refieres, pero sólo dije que haré lo que pueda.

—Descuida, no esperaba mucho de ti, de todas formas— se encogió de hombros el rubio.

El pelinegro lo miró ofendido.

—Oh, ¿en serio? Pues si no hay nada en lo que pueda ayudarte, entonces olvídalo, bastardo.

—Ya te lo dije, ¿no es así? Me seguirás la corriente.

—Oh, claro. Entonces estás diciendo que en realidad no necesitas mi ayuda pero de igual manera debo seguirte la corriente y por eso debería intentarlo, ¿no?— cuestionó Donghyuck con molestia— ¿Es esto para tu propio entretenimiento o qué diablos? Si todo esto es para tu diversión, entonces detente, bastardo— masculló— Tal vez me puedas seguir el ritmo, pero yo no tengo ninguna intención de hacer lo mismo contigo.

Se levantó de su lugar y se colocó su chaqueta, dirigiéndose hacia la puerta.

Tomó el picaporte, pero la mano del alto se posó sobre la suya y lo detuvo.

—¿Por diversión?— inquirió con su voz profunda— Por desgracia, nunca he jugado contigo— aseguró— Aunque no lo creas, voy en serio cuando se trata de ti. Pero si sientes eso, deberías agradecerme, Na Haechan.

El chico se volteó para mirarlo.

—¿Qué?

—Eso es lo que demuestra mi consideración por ti.

—Bastardo demente... ¿Acaso esto te parece una muestra de consideración?

—Por supuesto— asintió Mark— Si actuara bajo mis propios deseos, es obvio que tú ya habrías huído.

Donghyuck forzajeó el picaporte.

—Eso es lo que haré.

El alto apretó su agarre en la mano del chico, impidiéndole abrir la puerta.

—Sólo deberías seguirme la corriente, mientras soy tan considerado contigo— aconsejó el rubio— Puede que tenga mucha paciencia, pero mi personalidad no es tan buena como para seguir soportando— susurró en su oído.

Donghyuck sabía que fue un gran error ir a la casa de Mark.

Ahora mismo se encontraba huyendo de él, el sujeto era un completo imbécil. No tendría que haber ido jamás a esa casa.

Del uno al diez, Donghyuck sabía que había perdido completamente ante Mark. Cuanto más trataba de ignorarlo, más se alojaba dentro suyo. Donghyuck no tenía idea de como lidiar con él.

Dejó de pensar en el tonto de cabello rubio y recordó que hoy pensaba ir a su casa. Pero probablemente ya era muy tarde para hacerlo. Para ser honesto, le daba miedo ir allí.

A Donghyuck no le importaría que el verdadero Haechan estuviera viviendo en su cuerpo, tal y como él hacía. No le importaría que estuviera viviendo en la misma situación.

Pero, ¿en verdad él seguiría con vida, luego de desear morir con tantas fuerzas?

Así como el deseo de Donghyuck de seguir viviendo se cumplió, tal vez el deseo de Haechan de morir también.