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—¿Qué haces?— preguntó Mark cuando el pelinegro le quitó la grabadora y la tiró al contenedor.

—Pongo la basura en su lugar.

—Es la única prueba que tenemos para demostrarle al mundo la escoria que es Jaemin.

Donghyuck se volteó a mirarlo, con el ceño fruncido.

—Sé que no es necesario decírtelo, pero no quiero volver a verte cerca de él, ¿entendiste?— el rubio sonrió levemente— Parece que te hizo gracia.

—¿Qué cosa?

—Esto, y el creer que me tenías en la palma de tu mano.

—De hecho, me molestó— confesó Mark.

—¿Entonces por qué hiciste esto?

—Creo que no estás entendiendo algo... No pensé que te pondría en esta situación.

—¿Qué?

El alto puso su mano en el cuello del más bajo, observando la marca rojiza en la zona.

—Es cierto que me alié con Jeno, pero que ese bastardo se te acercara de esa forma...— se estremeció de rabia al recordarlo— Esta vez fuiste atacado intencionalmente— le dijo— Además, ignoré la señal de aparentar estar calmado y avancé, Lee Donghyuck... ¿acaso sabías que esto iba a pasar?

El chico frunció el ceño.

—¿De qué hablas?

Mark metió su mano en el bolsillo y sacó el celular del chico, dejándolo en la palma de su mano.

—Sabía que si lo tenías no podrías quedarte quieto, por eso no te dije nada— explicó.

—¡¿Por qué tenías mi celular?! ¡He estado buscándolo!

—Jeno te llamó cuando estabas dormido y fui a buscarlo— le dijo— Admito que me puse celoso, no tenía idea de por qué ese idiota te llamaba a ti— confesó— No te desperté porque creí que tendrías otra de tus locas y raras ideas— suspiró— Y así terminamos en esto.

—Como sea, dime cuando pase algo como esto la próxima vez— pidió Donghyuck en un gruñido— Según tú estás bien, o al menos estás calmado... ¡Pero como no me lo dices, es difícil saberlo! No soy adivino y...

Mark lo interrumpió, acercándose y colocando una de sus manos en la mejilla del pelinegro y otra en su cintura.

—¿Te preocupé?

El de baja estatura se sonrojó, desviando su mirada.

—No sé de qué hablas.

—¿De verdad?— preguntó Mark divertido— Desde que comencé a vivir en ese vecindario, no me importó agradarle a nadie— recordó— Pero cuando te conocí, tus ojos eran diferentes. Me miraban con la misma simpatía que ahora, tu mirada era extraña pero, tuve la sensación de haber sido salvado— le dijo sin vergüenza— Cuando desaparecí, nadie me miraba de esa forma... Pero tus ojos no han cambiado— sonrió ante el rostro rojizo del otro— A decir verdad, estaba preocupado de no poder volver a ver tus ojos.

—¿Q—Qué...?

El rubio deslizó su mano dulcemente por la mejilla del chico.

—Tal vez gracias a eso pude reconocerte rápidamente.

El pelinegro hizo un movimiento brusco y rápido, con el rostro rojo y caliente.

—¡Eres idiota!— se excusó— ¿Mis ojos cambiaron? ¡¿Que cosas raras estás diciendo?! ¡Mi rostro también cambió!— se quejó, casi en una protesta.

destiny games • markhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora