destiny games • markhyuck

18

—¿Qué estás haciendo?

Donghyuck se sobresaltó y elevó su vista.

Se había olvidado por completo que Mark estaba sentado frente a él observándolo.

—¿Eh...?

—¿En qué estás pensando?

—Tan sólo estaba pensando en la pregunta— se excusó, señalando el cuaderno.

El rubio sonrió.

Rayos, sabía que Mark era difícil de engañar.

—Pregúntame.

—¿Qué?

—Luces como si realmente quisieras saber algo, esto me hace enojar— suspiró— Pero ya que accedí a ayudarte, pregúntame— insistió— Quién sabe, quizás te cuente algo sobre lo que te interesa...

Donghyuck se quedó mirándolo tentado.

¿Debería preguntarle? Definitivamente, Mark sabía sobre Jeno.

Pero eso significaba hablar sobre ese pelinegro, y las cosas se pondrían molestas si lo hacía.

El chico no necesitaba que las cosas se pusieran más peligrosas.

—No te preocupes por ello, no se trata de algo que pueda preguntarte.

El rubio se dedicó a mirarlo fijamente, sin intenciones de mover una minúscula parte de su rostro.

Su mirada penetrante estaba poniendo nervioso a Donghyuck.

—¡¿Q-Qué sucede?! ¡Si tienes algo que decir, entonces hazlo y deja de mirarme de esa forma!

—Bueno, está bien... entonces, ¿has pensando sobre mi pregunta?

—¿Pregunta?

—Así es— asintió Mark— ¿Acaso no te di una pregunta para que pudieras pensar mucho sobre mí, ya que al parecer tienes demasiados pensamientos demás?

Donghyuck recordó.

"¿Tan sólo encuentras estas acciones como algo asqueroso y repulsivo? ¿O también lo disfrutas como yo...?"

Si tan sólo Mark supiera que "esos pensamientos de más" siempre tenían que ver con él...

Tragó saliva al recordar los besos y sin darse cuenta, sus mejillas se colorearon de rosa.

Mark lanzó una leve risita.

—Vaya... parece que has sido un buen chico y pensaste mucho sobre ello, ¿eh?

La calentura de su rostro subió.

—¡N-No lo malentiendas!— exclamó el pelinegro levantándose de su asiento— ¡Esto sólo es una reacción natural!

—¿Natural?— rió— Entonces, ¿te estás poniendo todo avergonzado como una colegiala tímida que acaba de tener su primer beso?— se burló.

—¡¡Claro que no!! ¡¡Es sólo que eres tan malditamente bueno besando!!

Rápidamente se dio cuenta de lo que había dicho y selló su boca, atónito.

El rubio hizo una leve sonrisa ladeada y se levantó de su silla también, tomó la barbilla del pelinegro con una de sus manos y lo acercó a él.

—Entonces, ¿te excitó?

El color rojo en el rostro de Donghyuck era imposible de ignorar.

—Ugh...— movió su rostro hacia un lado, evitando la mirada del alto— Ya te lo dije imbécil, esto es sólo una reacción natural.