En el comedor de la escuela.
La hora del almuerzo había llegado así como el primer amor de Hector quien sintió su corazón latir a mil por minuto.
Ese nuevo sentimiento era muy fuerte y no le iba a ser posible ignorarlo por que era amor de verdad.
Prendiéndose del hombro de Brian, lo movió de manera algo brusca.
-Brian, Brian.
Brian le dio un empujón para que lo deje y lo miro con enojo.
Nunca deben interrumpir a alguien cuando come, no existe peor pecado que ese.
-¿Si?
-¿Quién... es esa belleza?
Brian dirigió la mirada donde señalaba su amigo y se sorprendió.
-Amigo ¿lo dices enserio?
Le pregunto incrédulo.
Admitía que Hector tenia buen gusto pero siendo Hector, le seria imposible.
-Nunca fui tan serio en mi increíble vida.
En ese momento el rubio solo quería tener en sus manos a esa... belleza.
-¡Wow! cálmate un poco.- pidió Brian.
-Pero es tan hermosa.- susurro mientras abrazaba el brazo de su amigo con emoción.
-Oye, chico nuevo, ya deja de mirar mi hamburguesa que me siento incomodo.- pidió Lin, quien estaba sentado del otro lado de la mesa, apunto de comer una hamburguesa.
-Hector quiere al precioso.
Dijo Hector mientras parpadeaba con un ojo y luego con el otro.
-Lo siento Lin, a este tipo le falta un tornillo.- se disculpo Brian en lugar de su amigo.
-Pero Hector en verdad necesita al precioso.- aclaro Hector.
-¿En verdad la quieres?- pregunto Lin.
-Si, Hector la quiere.- respondió Hector mientras frotaba sus manos.
Lin abrió su hamburguesa y paso toda su lengua por el pan antes de volver a unirla con su otra parte, rompiendo el corazón de Hector.
Ella... ella fue corrompida por una sucia lengua.
-¡Noooo! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?!
Superar el primer amor es algo muy difícil y quizás Hector no lo haga.
-Ya me estoy arrepintiendo de ser tu amigo.- dijo Brian mientras se cubría el rostro por tener la mirada de todos en el comedor.
-Hola, eres Hector, ¿verdad?
Hector dejo su drama y volteo para ver a una chica pelirroja sonriendole.
-Lo siento, no doy autógrafos.
Ser hermoso aveces era tan cansador.
Su bendición, su maldición.
-Ten.
La chica le extendió una hamburguesa al rubio quien por primera vez se sintió feliz de ver a alguien que no sea su reflejo.
-¡El precioso!
Y sin contención, agarro la hamburguesa.
-Estoy haciendo dieta y la pedí de manera inconsciente. Seria un desperdicio tirarla.- aclaro la amable chica que había quedado en segundo plano en ese momento.
-Te voy a comer y ambos lo disfrutaremos.- dijo Hector mientras movía sus cejas, listo para disfrutar ese amor.
-¿No sientes vergüenza de ti mismo?- pregunto Lin.
-Esto sabe taaan bien.- dijo Hector mientras comía su hamburguesa entre lagrimas.
-Eso responde a mi pregunta.
El amor entre hombre y comida va mas allá de la comprensión humana.
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Hector y su vida normal (humor)
HumorAcompaña en esta simple historia de humor a Hector, (un no tan simple chico diva y narcisista) y a sus amigos.