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De regresó en la reunión de machos (pijamada) más inolvidable de toda la historia, Hector y sus amigos se encontraban en una habitación del segundo piso, sentados de espalda en un círculo y con sus manos atadas con una soga.

-¡¿Qué vamos a hacer?! ¡Soy muy joven para morir! ¡Aun hay muchos animes que no vi!

Gritó Lin, intentando recordar cómo es que aceptó ir a ésa pijamada... no, mejor preguntarse, ¿cuándo fue que se hizo "amigo" de Hector sí al inició lo odiaba?... aun lo odia.

Un tiempo atrás

Lin dormía tranquilamente hasta que la ventana de su habitación se abrió en medio de la noche y se vio la silueta de un sonriente rubio.

-Es hora de probar la hipnosis en un otaku mientras duerme.

Nadie le decía a Hector Zapato que no es importante, nadie.

De regresó con los princeso... chicos

Lin sacudió la cabeza, no recordando como se hizo amigo de ése fenómeno pero éso era lo de menos, lo importante ahora es que estaban en la misma casa que un ladrón... y por primera vez no se refiere a Hector.

-¡Calma Lin, no debemos ponernos nerviosos, debemos mantener la calma!- gritó Brian mientras volteaba la cabeza hacía todos lados, desesperado.

¡Ya pasó su hora de dormir, se sentía un niño malo por estar despierto hasta tan tardé (21:02)!

-Brian, calma, respira profundo.- dijo Lin, preocupado por su amigo.

-¡Estoy calmado, sólo tengo sueño!
¡¿Y por qué Hector está tan callado?!- gritó Brian con total calma.

Lin giró su cabeza en dirección de Hector al darse cuenta de que su amigo tenía razón.

Usualmente Hector ya estaría muerto por desesperar al ladrón pero está demasiado calmado.

-Vamos a morir, estamos en la habitación prohibida, vamos a morir, estamos en la habitación prohibida....

Y el rubio tenía la mirada perdida mientras veía al suelo.

El de rasgos asiáticos se sorprendió.

Nunca creyó ver a Hector asustado y lo disfrutaría sí no fuese porque él también está asustado.

-¡Ya regresé, rehenes!- gritó el ladrón pasando a la habitación.

-¿Hiciste mucho popo?- preguntó Hector haciendo que Lin cierre los ojos.

Lo primero que se le ocurre decir era éso... bueno, al menos lo vería morir primero.

-¡Tú!- el ladrón sacó un tenedor.- ¡Tú!- el ladrón se acercó a Hector y le apunto con el tenedor.-¡TÚ!- gritó.

El rubio miró a los lados y luego al criminal.

-¿Yo?- preguntó con dudas sí le hablaba a él.

-¡Sí, tú! ¡Tú pequeña rata que arruinaste mi vida, está noche me vengare de ti!- gritó el tipo.

Lin se sorprendió al oír éso (Brian se quedó dormido así que ya no estaba ausente)

¿A cuántas personas le arruinó la vida Hector?

-Mira nene, no sé quien seas pero no me apuntes con éso que es peligroso.
Aun eres joven, nuestra edad podría decirse, así que arrepiéntete, desaranos, dame un bolígrafo para dibujar en el rostro de Brian mientras duerme y vete de mi casa lo antes posible que no eres bienvenido.- ordenó el rubio sin miedo alguno de la situación.

Hector y su vida normal (humor)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora